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Vida De María Cornelia Olivares


Enviado por   •  14 de Mayo de 2013  •  452 Palabras (2 Páginas)  •  3.136 Visitas

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MARIA CORNELIA OLIVARES, Una mártir de la Independencia.

Yo soy María Cornelia Olivares, nací en Chillán y fuí una de las patriotas más destacadas de la Independiencia. Fué en las guerras de la Independencia donde cambió el rol de la mujer en Chile.

En Chillán, la influencia realista era una de las más fuertes, donde la congregación religiosa Propaganda Fide dominaba las conciencias realistas. Fui en esta ciudad una decidida partidaria de la Independencia. Pero, al producirse el desastre de Rancagua (1814), la nueva autoridad realista reprimía a los patriotas en todo el país (deportaciones a Juan Fernández, cárcel y muerte) mientras las patrullas de los temidos Talaveras vigilan las calles y caminos de un país sometido.

Son los días de esperanza en que la figura de Manuel Rodríguez va difundiendo su mensaje de libertad. Y yo junto a otros patriotas, comentamos en secreto de sus hazañas. Y cuando nos enteramos que al otro lado de los Andes se prepara el ejército libertador, alcé mi voz en la plaza. Predicaba en todas partes mi odio a los extraños opresores de la patria ¡exhortaba a todos a la lucha, si temer las consecuencias.

Un oficial realista me ordena callar o seré detenida. “¡Atrévase!” le contesté y fuí encerrada en mi casa, bajo estrecha vigilancia. Gracias a mi valentía aproveché un instante de distracción de la guardia y de inmediato me dirigí a la plaza pública a levantar mi voz por la independencia.

¡¡ Hombres y mujeres, decía, deben tomar las armas contra los tiranos. La libertad a todos beneficia, todos deben amarla y defenderla !!

Nuevamente fuí detenida pero esta vez fuí enviada a la cárcel del cuartel militar.

Yo era una atractiva mujer de treinta años, de hermosos cabellos castaños y porte distinguido. Me dejaron sólo con camisón, mientras un sargento premunido de navaja me cortaba al ras el pelo y las cejas. Terminada la macabra humillación, fuí exhibida en medio de la plaza, donde la tropa y los realistas chillanejos me cubrían de groserías. Ahí, amarrada a un poste lancé un grito angustioso.

¡¡ La afrenta que se recibe por la patria, en vez de humillar, engrandece !!

En Chacabuco (1817) el Ejército Libertador lograba un gran triunfo militar, y mientras las tropas patriotas enfrentaban en el sur a los restos del ejército realista, el Director Supremo Don Bernardo O’Higgins Riquelme, me declaró

“Ciudadana Benemérita de la Patria”

Tal como lo había pensado, las afrentas, en vez de humillarme me habían engrandecido.

En 1919 se pidió que se pusiera mi nombre al Liceo de Niñas de Chillán y

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