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ANALISIS JURIDICO DEL PRINCIPITO.


Enviado por   •  2 de Abril de 2017  •  Reseñas  •  727 Palabras (3 Páginas)  •  1.538 Visitas

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“EL PRINCIPITO”
Análisis Jurídico

Para comenzar el presente trabajo, es preciso señalar los puntos principales sobre los que versará el mismo; puntos que constituyen, a mi juicio, las ideas principales que pretende trasmitir el autor analizadas desde el punto de vista jurídico, y cuya relevancia se fundamenta en la detallada explicación de cada una de ellas que se elaborará a lo largo de este trabajo.

El primer punto: El principito y su relación con cada uno de los personajes del cuento; este punto es el más abarcado en este cuento, pues podemos encontrar una explicación de fondo en las relaciones interpersonales del principito con los demás sujetos de la historia, que podría aplicarse para toda relación de poder, tomemos por ejemplo la relación de los adultos hacia los niños, del rey hacia los súbditos, de los patrones hacia los trabajadores, etc. y creo que ello podría tratar de explicar también la relación Estado-ciudadanos, ya que estamos tratando relaciones de supra-subordinación. El segundo punto: El principito conoce al rey: positivismo jurídico, lo explicaré remitiendo al episodio X de nuestro libro, donde el principito se encuentra con un solitario rey, que habitaba en un planeta tan pequeño, que su manto cubría casi toda la superficie. Siendo soberano de un reino tan diminuto, sin súbditos como era de esperarse, sabía perfectamente bien lo que implicaba dar una orden.

Hay un diálogo en este capítulo que ejemplifica a la perfección la idea de lo que es la autoridad, de lo que es dar órdenes para ser obedecidas: "Si ordeno a un general transformarse en ave marina y el general no obedece, no será culpa del general. Será culpa mía.” Lo anterior se relaciona a un principio general de derecho “Nadie está obligado a lo imposible”, puesto que si se ordena a un general que se convierta en ave marina, por supuesto que no va a poder hacerlo. Este diálogo guarda entre líneas la idea de que al ostentarse una posición de autoridad, y al dar órdenes con base a dicha autoridad, se debe procurar que aquéllas habrán de estar en línea con la competencia y las posibilidades de la persona que tendrá que ejecutarlas. Es decir, pedir lo posible. Se trata pues de emitir órdenes justas, ajustándose a las capacidades y habilidades de la persona a quien van dirigidas. Con base a lo ya mencionado, podemos concluir que con este diálogo, aunque breve, el autor hace hincapié en que la autoridad debe basarse antes que nada en la razón: “La autoridad reposa, en primer término, sobre la razón”.

Así pues, en esta parte del libro se nos muestra una autoridad ejercida de la manera más ideal: aquella que no ordena cosas irrealizables y cuyos mandatos están acordes a la competencia y posibilidades que tiene aquél a quien se lanza la orden, dando como resultado que todos los mandatos y órdenes que provengan del soberano, estarán apegadas a lo posible. Esto corresponde a la base del positivismo jurídico, por lo cual las órdenes no pueden tener validez universal.

Cabe realizar un análisis de los viajes del principito por los siete planetas, puesto que al hacer una reflexión al respecto, podemos ver que se trata en realidad de un reflejo de las diversas características que tenemos los adultos, siendo la primera de ellas –y posiblemente la más notable a ojos de un niño pequeño como nuestro principito– la de ser autoritarios. Esta cualidad la encontramos de manera muy evidente en el rey del décimo capítulo de nuestro libro, puesto que ilustra un panorama en que los adultos son seres que solo quieren mandar y donde las personas que los rodean son sus súbditos, mismos que viven para cumplir y obedecer cualquiera de sus órdenes. Esas personas que los rodean, siempre son niños, subordinados a ellos. El autor ilustra al autoritarismo como una cualidad en que las personas mayores o adultos tienen que mandar o imponer órdenes como una manera de enriquecer su seguridad en sí mismos, su autoestima. Requieren pues del conocimiento de que siempre se les es obedecido o por lo menos la creencia de que así es, ya que el tener el poder es parte de su naturaleza y de su confianza en general, y les otorga la idea de ser más poderosos frente a los que son más débiles o vulnerables ante ellos (como ejemplo de ello tenemos, por supuesto, a los niños).

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