Beatriz y la polución

BEATRIZ, LA POLUCIÓN

     Este no es más que uno de los tantos cuentos escritos por el uruguayo Mario Benedetti, quien nació el 14 de Septiembre de 1920 y vivió hasta los 88 años. Reconocido y galardonado internacionalmente por sus notorias obras, especialmente en el ámbito de la poesía, publicó un poco más de 80 libros durante su carrera, parte de ellos fueron traducidos a más de 20 idiomas. Dramaturgo, novelista, ensayista, crítico teatral, trabajador en varias salas de redacción, en pocas palabras: escritor de la era del 45 en su país. Algo importante de resaltar es que en varias de sus obras demuestra su gran interés por generar una defensa leal por los valores cívicos.

     Beatriz es la sobrina de Rolando quien al comenzar la historia le hace un comentario que la pone en apuros: “esta ciudad se está poniendo imbancable de tanta polución que tiene”, Beatriz a duras penas entendió la palabra ciudad de toda la frase, lo que la llevó a consultar en el diccionario, tristemente la palabra imbancable no tenía definición, el domingo cuando estuvo en casa de su abuelo le preguntó acerca del significado de esta palabra a lo que jocosamente él le respondió que quería decir insoportable. Por otro lado, había encontrado que la palabra polución era una efusión de semen según el diccionario, Beatriz no sabía que era efusión, mucho menos semen.

     Cuando Beatriz se encontró con su amiga Rosita le contó sobre su situación frente al tema, ella le respondió que le parecía que era una palabra sensual y le prometió que le preguntaría a su prima Sandra sobre el significado de esa palabra ya que ella era mayor y recibía una clase de educación sensual en su escuela. Cuando llegó el Jueves Rosita estaba en casa de Beatriz para contarle que ya sabía cuál era el significado de semen, era una cosa que tenían los hombres grandes, no los chiquitos, solo los grandes; su prima Sandra también le había dicho que del semen venían todos los niños, pues dentro de él había unos bichitos llamados espermatozoides.

     Beatriz volvió a casa de su abuelo, esta vez le contó lo que el tío Rolando había dicho y le preguntó si el mundo estaba poniéndose inbancable porque tenía muchos espermatozoides, al abuelo le causó tanta gracia que necesitó que su nieta le alcanzara un vaso de agua para no ahogarse de la risa, hasta que al fin pudo decirle que el tío Rolando se refería a la contaminación atmosférica y que la atmosfera era el aire. Ya con esto, Beatriz logró llegar a la conclusión de que la polución era la contaminación transmitida por el aire sucio que expulsan los vehículos y  las fábricas. En cuanto Beatriz estuvo en casa de Rosita le mandó decir a Sandra que era mucho más burra que ella y su amiga, pues ella ya lo sabía todo y no venían del semen sino de la atmosfera.

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