CUANDO CONOCÍ A GIOVANNI

CUANDO CONOCÍ A GIOVANNI

Hace 2 años conocí a Giovanni, un joven respetuoso y amable, en la estación Naranjal del metropolitano.  Ambos conversamos brevemente, preguntamos nuestros nombres, hablamos un poco del inusual clima de Lima y sobre cuánto él extrañaba a su familia, la cual vivía en Italia. Cuando visualicé la llegada del metro, me despedí rápidamente y lo abordé. A las 11 am llegué a la universidad y me percaté que Giovanni también estudiaba en la misma universidad, en diferentes facultades, por supuesto. Sin embargo, no volví a acercarme a él porque mi clase estaba por comenzar.

 Ese mismo día, después de clases, me sentía agotada y deseaba tomar un delicioso jugo helado, así que visité una juguería que se encontraba a 2 cuadras de la universidad, me senté y ordené un jugo de piña. Cuando levanté la mirada del celular, noté que se encontraba en el mismo lugar el chico que conocí temprano, no le tomé importancia porque lo vi con un amigo. Al terminar el jugo, me dispuse a realizar unas compras en Tambo, cuando llegué a la tienda me topé nuevamente con el joven escogiendo un paquete de galletas. Eran curiosas las coincidencias, pero ignoré ello y me dirigí al departamento de mi amiga, toqué el timbre y podrán adivinar quién abrió la puerta, exactamente, Giovanni.

El joven, ruborizado y nervioso, me confesó que le parecía linda y que le gustaría salir conmigo el fin de semana a un parque para conocernos, acto seguido, me comentó que se le parecía una situación incómoda que lo siga a cada punto donde se dirige, cuando mencionó lo último, lo empujó una chica, mi amiga. Así es, Giovanni era su hermano. Mi amiga me agradeció por comprar lo que solicitó y me permitió pasar para llevar a cabo nuestros trabajos de universidad y ver películas al terminar. Él parecía estar avergonzado, no salió de su habitación hasta el día siguiente.

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