De la práctica reflexiva al trabajo sobre el habitus Phillipe Perrenoud

De la práctica reflexiva al trabajo sobre el habitus.

 Phillipe Perrenoud

  Es indudable que el docente debe incluir el aspecto reflexivo en sus prácticas educativas,  que adjunto a estas últimas tiene el significado de movilización de saberes y experiencias para hacernos conscientes de lo que se hace. Así también es indispensable la búsqueda de su identidad, conocerse a si mismo, su relación con el mundo y los demás; analizar nuestra imagen y la proyección de esta en el contexto en que nos desenvolvemos y particularmente en el desarrollo de la práctica educativa  es un factor que determina la calidad del desempeño en nuestras aulas y como parte de una institución en general.

   Cada práctica que el docente lleva a cabo constituye lo que el autor Phillipe Perrenoud en su artículo ha llamado habitus, el cual define como el conjunto de esquemas de lo que dispone un individuo en un momento determinado de la vida para responder a diversas situaciones que se le presenten en su contexto u otros. Así también Bourdieu (1972, 1980), siguiendo a Aristóteles y a Santo Tomás (Héran, 1987; Rist, 1984), define el habitus como la «gramática generativa» de las prácticas de un actor, dicho de otro modo, un:

[. . . } sistema de disposiciones duraderas y que se pueden transponer que integra todas las experiencias pasadas y funciona en cada momento como una matriz de percepciones, apreciaciones y acciones, y posibilita el cumplimiento de tareas enormemente diferenciadas, gracias a las transferencias analógicas de esquemas que permiten resolver los problemas del mismo modo. (Bourdieu, 1972, pp. 178-179)

    El avance en el mejoramiento de la práctica del docente se da a partir de la acumulación de experiencias, donde las acciones anteriores nos permiten resolver problemas y actuar en situaciones similares.

    El docente debe ser consciente de la aplicación de sus estrategias en el aula, concientizarse de que al perseguir objetivos se aprende incluso de los fracasos. Además el disminuir la resistencia a hacerse consciente de lo que hacemos es el único medio para llegar a la transformación de la práctica.

  El trabajo del docente es una actividad que constantemente requiere de hacer un alto para reflexionar sobre lo que se hace para en base a ello detectar aciertos y errores que fundamenten un cambio conducido hacia la mejora. Para ello se requiere de reforzarlo y profundizarlo apoyándose  de un sustento teórico que oriente cada una de las acciones que el docente implementa en el momento de abordar un contenido con sus alumnos.

   En gran medida la transformación de la práctica, para que pueda ser efectiva, debe surgir del docente, de una iniciativa propia, del convencimiento de que es requerida para conseguir un bien propio y en la formación de los alumnos. El habitus del docente constituye su práctica y este debe estar convencido de hacer las cosas bien incluso cuando las condiciones de la práctica no sean las mejores.

...