Desigualdades sociales en el trabajo por razón de sexo
Michelle EstradaDocumentos de Investigación8 de Mayo de 2018
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Contenido
Introducción 1
Desigualdades sociales en el trabajo por razón de sexo 2
Acoso entre hombre y mujeres 2
Mujeres en puestos directivos 3
Brecha salarial 3
Informe Global de la Brecha de Género 2015 5
Población activa 6
Desempleo 6
Segregación ocupacional 7
Trabajo no remunerado 7
Permiso de maternidad y paternidad 8
Trabajo informal 8
Violencia contra las mujeres en el trabajo 8
Barreras legales 9
Protección social 9
Bibliografía 12
Introducción
Desde el principio de los tiempos, ha existido la desigualdad entre hombres y mujeres en las diversas sociedades alrededor del mundo. El sexo, se refiere a las características físicas, biológicas y corporales que distinguen a los hombres de las mujeres, características distintivas que, se han utilizado como base para atribuir ciertos comportamientos y roles aprendidos en sociedad e interiorizados de tal manera que, sus miembros perciban como masculinas o femeninas determinadas actitudes, tareas y responsabilidades. Según estas creencias, los hombres y las mujeres tienen diferentes rangos en cuanto a las formas de vivir. Estas formas diferentes de vivir se han llegado a justificar como "naturales". Es por esta razón, que muchas sociedades se han edificado de manera jerárquica y basadas en creencias de superioridad de un sexo e inferioridad del otro, sociedades en las que es notorio las desigualdades entre hombres y mujeres en relación al poder y autoridad, siendo el hombre el que siempre ha ocupado una posición dominante y las mujeres han vivido en un papel de subordinación, desvalorización y opresión.
La discriminación y la violencia son las consecuencias que se consiguen por el simple hecho de ser mujeres. Las situaciones de discriminación, violencia, acoso y explotación de las que han sido objeto las mujeres han sido la fuente de inspiración para el surgimiento de movimientos mundiales que han buscado desesperadamente, otorgar la igualdad de derechos en relación a los hombres. Sin embargo, hay muchas sociedades que culturalmente no han evolucionado y siguen atados a la creencia de que las mujeres son inferiores a los hombres.
Se han logrado avances a nivel mundial en el reconocimiento de los derechos de las mujeres, siendo una lucha muy extensa y plagada de obstáculos a superar.
Desigualdades sociales en el trabajo por razón de sexo
La desigualdad de género explica porque a las mujeres se les asignan roles que les conceden menores oportunidades y privilegios que los que se asignan a los hombres. Las mujeres han experimentado una situación de discriminación y marginación histórica, tanto en los aspectos económicos, sociales y culturales como en el ámbito público y privado.
La teoría del genero postula que no hay ninguna base de inferioridad biológica que explique los roles de subordinación que se adjudican a las mujeres en nuestras sociedades. Estos roles han sido culturalmente definidos e impuestos y pueden, por tanto, ser construidos de manera diferente a lo que algunos consideran como el orden natural de las cosas. No hay ninguna determinación biológica o genética que haga que, por ejemplo, las actividades del hogar solo puedan ser realizadas por las mujeres como se piensa en las sociedades rurales. (Posas & Navarro, 2013)
La igualdad exige reequilibrar la posición de la mujer en el ámbito laboral y en lo familiar, social, político y económico. En lo laboral se aplican diversas técnicas: tratamiento de las diferencias indisolublemente ligadas al sexo (protección del embarazo y lactancia), prohibición de la discriminación indirecta (efectos adversos que sobre ellas produce un puro tratamiento igualitario con los hombres), medidas de conciliación de la vida familiar y laboral (diferentes roles sociales respecto de las cargas familiares que ocupan mujeres y hombres) y, finalmente, una estrategia transversal, que valore la diferencia social y estructural entre sexos, que implemente acciones preventivas, incluidas las medidas positivas en favor de las mujeres, como hacen la Ley Orgánica de Protección Integral contra la Violencia de Género y la Ley Orgánica para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres. (Valdeolivas & Tudela, 2015)
Acoso entre hombre y mujeres
No es sorpresa para nadie que la mayoría de los abusadores son varones, como revelan las investigaciones de un grupo de defensa, el Instituto contra el Acoso Laboral. Sin embargo, el 40% de los abusadores son mujeres. Pero por lo menos los abusadores varones no hacen distinción de género, e intimidan prácticamente a hombres y mujeres por igual. Las mujeres, en cambio, prefieren, al parecer, a las de su mismo sexo, y más del 70% de las veces eligen como blanco a otras mujeres.
Una de las razones por las que las mujeres eligen como blanco a otras mujeres "es probablemente la idea de que se enfrentarán con una persona menos hostil, alguien menos propenso a responder a la agresión con agresión", afirma Gary Namie, director de investigaciones del Instituto contra el Abuso Laboral.
"Las mujeres sienten que tiene que ser agresivas para que las asciendan, y entonces lo son cada vez más. Después, de pronto, parecen sentir la necesidad de ser compañeras y ayudarse, en lugar de ser competitivas", dijo Laura Steck, presidenta del Centro para el Crecimiento y el Liderazgo de Sunnydale.
El Instituto contra el Acoso Laboral dice que el 37% de los trabajadores han sido acosados o intimidados. Sin embargo, muchos empleadores ignoran un problema que, según el instituto, atenta en definitiva contra los resultados, la productividad y los gastos de salud. (The New York Times, 2009)
Mujeres en puestos directivos
Para las mujeres es más difícil encontrar trabajo, están peor pagadas y siempre cuentan con más trabas para ascender; y los datos lo confirman. El estudio de Grant Thornton para 2016 apunta a un avance leve para España, un punto en cuanto a la presencia de mujeres en la dirección, del 26% al 27%, y de los 453 puestos que hay en los consejos del Ibex sólo 92 están ocupados por mujeres, es decir, el 20,3%. A nivel global, los datos no son mejores, las mujeres ocupan un 25% de los puestos directivos. (El País, 2017)
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Brecha salarial
En la disparidad de ingresos entre hombres y mujeres intervienen diversas causas interrelacionadas, como desigualdades de género más amplias en el ámbito socio-económico:
- La discriminación en el lugar de trabajo. En ocasiones los hombres y las mujeres no reciben el mismo sueldo, aunque desarrollen el mismo trabajo.
- Prácticas laborales y sistemas salariales. Factores culturales e históricos afectan negativamente a la fijación de los ingresos.
- Infravaloración del trabajo y las capacidades. Las competencias femeninas suelen estar infravaloradas. Los sectores en los que ellas representan, la mayoría, reciben salarios bajos.
- Tradiciones y roles de género. Los roles de género siguen determinando el papel social que desempañan mujeres y hombres.
- Escasa presencia de mujeres en puestos de liderazgo y de alto nivel. Las mujeres siguen teniendo una escasa representación en política y economía. Incluso en los sectores dominados por mujeres, es común que estas se vean privadas de los puestos de responsabilidad.
- Conciliación de la vida laboral y familiar. Las féminas se inclinan por ocupaciones que les permitan conciliar su vida personal y profesional. Muchas veces, en busca de ese equilibrio, las mujeres tienden a desempeñar trabajos a tiempo parcial, y, por tanto, acumulan mas responsabilidades de ser contratadas en empleos con baja remuneración y de no alcanzar puestos de responsabilidad. (Universia España, 2015)
Las mujeres ganan 83.9 unidades monetarias por cada 100 unidades que perciben los hombres, es decir un 16% menos, un hecho que se mantiene como un obstáculo para la autonomía femenina en América Latina, según la CEPAL. Este 16% evidencia que las brechas salariales de genero persisten como obstáculo para la autonomía económica de las mujeres y la superación de la pobreza y la desigualdad en la región, según datos del Observatorio de Igualdad de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
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