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Dos Burros


Enviado por   •  4 de Octubre de 2012  •  582 Palabras (3 Páginas)  •  512 Visitas

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Faltando una semana para poder recoger la cosecha por la cual había yo trabajado tanduramente, se me presentaron una mañana dos hombres armados con escopetas. Uno deellos me dijo que era el propietario de las tierras en las cuales había yo sembrado, y que sien veinticuatro horas no abandonaba el lugar, me haría encarcelar.Por este contundente motivo mis esperanzas de vivir tranquilamente en este lugarmientras reunía el dinero suficiente para comprarlo, u otro semejante, se desvanecieron aligual que el producto de la cosecha, que valía seiscientos pesos en plaza. El dueño del lugarla reclamó para sí sin darme ni una mínima parte. Lo único que pude recoger en tan cortoplazo fueron mis aperos y mis cabras, que llevé a vender al pueblo y bien poco obtuve porellas.Allí me informaron que este señor antes jamás se había ocupado de esa tierra, ni le eraposible rentarla, y que la única razón por la cual me había hecho salir de ella era porquedeseaba beneficiarse con mi trabajo.Tuve nuevamente la necesidad de recorrer otros rumbos en busca de un sitio en dondeestablecerme y vivir en paz el resto de mi vida.Fue así como di con los rastros de lo que seguramente había sido un ranchito. Estabadesierto y las casas habían sido saqueadas y destruidas durante la revolución. Nadie parecíasaber de aquel lugar excepto quizá la gente que debía poseer el título de propiedad.Tampoco pude saber quien lo había abandonado o, en fin, a quién pagar el alquiler. No queme preocupara esto mucho, francamente. La verdad es que simplemente tomé posesión.Eso sí, todos los vecinos del lugar a quienes pregunté me explicaron que ninguno deellos tenía interés por esas tierras, pues todos tenían suficiente y que si ocupaban más, estosólo les aumentaría el trabajo y las preocupaciones.En estas ruinas no quedaba un solo techo; de allí que yo viviera en el pueblo en un jacaldestartalado que parecía esperar abnegadamente que algún huracán llegara a aliviarlo de sussufrimientos.Deseo aclarar que por el jacal pagaba exactamente la misma renta que por el ranchito,pero considerando el estado en que se encontraba, la renta me parecía excesivamente cara.Hay que tener en cuenta, desde luego, que las casas en los pueblos o en las ciudadessiempre cuestan más que las del campo.En estos contornos todos los campesinos indios poseen burros. Las familias a las que seconsidera acomodadas, suelen tener de cuatro a seis, y ni a las más pobres les falta siquierauno.La dignidad de esos campesinos les obliga a montar en burro, aún cuando tengan querecorrer sólo cien metros.Naturalmente, esa dignidad se basa, en gran parte, en el agotante clima tropical, pues sia determinadas horas del día se tiene necesidad de caminar diez minutos bajo ese ardientesol, es suficiente como para exclamar: "Se acabó; por hoy he terminado. ¡No puedo más!"La tierra que yo trabajaba y con cuyos productos pensaba enriquecerme rápidamente,se encontraba a cerca de dos kilómetros

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