EL DIA QUE MORI

ENSAYO:

“EL DÍA QUE MORÍ”

CARMEN ELIZABETH JUÁREZ MORTERA

EL DÍA QUE MORÍ

Steve Sjogren

Su título tal vez le haga preguntarse: ¿Por qué el día que morí? Un tema bastante polémico es la muerte, y ¿Qué es la muerte? El diccionario define a la muerte de la siguiente forma:

“La extinción del proceso homeostático y por ende el fin de la vida” Por supuesto, sé que todos tenemos un momento incierto en el futuro cuando debemos partir.

¿Quién está listo para morir?

La respuesta más lógica es simple. <<Esta bien, lo admito. No estoy listo para morir, todavía no. Tengo mucha vida por vivir>>

No tienes que temer a la muerte. Es así de simple.

El fenómeno de la muerte no es ese enemigo grande y atemorizante que nos hace creer nuestra cultura.

Es sabido que las personas que enfrentan la cercanía de la muerte o que experimentan la muerte y la resurrección salen de esta experiencia como personas más sabias.

¿Cómo cambia a una persona experimentar la cercanía de la muerte?

Esta es una posibilidad: Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara.

Así este libro se redactó con la intención de tener aunque sea una pista acerca de la vida después de la muerte.

El proceso será sobre cómo enfrentar los cambios repentinos de vida que llegan a nuestra existencia de manera inesperada.

Era un hermoso día de inverno. Steve Sjogren, fue al hospital para una cirugía de rutina y murió… dos veces. Lo que comenzó como un trágico accidente medico llevo a Steve a encontrarse con la muerte, algunas sorpresas, palabras reconfortantes de Dios, un encuentro con un ángel y la visión de los que murieron antes que él.

“Cuesta creer que pocos años atrás, en un día tan hermoso como este, todo el infierno estaba a punto de desatarse en un pequeño hospital de los suburbios, calle arriba. Cuesta aún más creer que el que estaba en la mesa de operaciones y el protagonista de esta lucha entre la vida y la muerte era yo” (pág. 17)

La fría voz del anestesista recitaba la acostumbrada letanía: <<Cuente para atrás desde diez>>.

Mientras estaba en la mesa de operaciones en ese hospital de los suburbios y bajo los efectos de la anestesia, descubrí como es morir, y como es regresar de la muerte.

<<Seis… cinco… cuatro>> La oscuridad se cerró alrededor de mí.

Era un hermoso día para morir. Me estaba yendo, rápidamente. Mis signos vitales eran casi imperceptibles y se acercaba el fin.

<<Tres… dos… uno>>, Podía ver la luz y escuchar una voz diferente, la voz de Dios.

Cuando escuche por primera vez la voz de Dios, me alarmé… hasta que escuche lo que tenía que decirme.

Estaba sorprendido de lo que estaba pasando en la sala. De pronto, me di cuenta de que lo que estaba viendo era yo. Era raro y parecía un sueño.

Finalmente, mi corazón se detuvo. El monitor mostraba una línea recta.

Mientras flotaba fuera de mi cuerpo podía ver claramente al cirujano entrar en pánico.

<< ¡Esta en paro!>> gritó. Mi corazón estuvo detenido siete minutos, pero parecieron horas.

En el último momento, mi corazón volvió a latir. El cuerpo absorbió mi espíritu de nuevo. Extrañamente, yo era consiente de todo lo que sucedía en la sala de operaciones, pero era el único que había escuchado a Dios.

Mi corazón se había detenido y había vuelto a latir. Había salido fuera de mi cuerpo y había regresado a él. ¿Morí? ¿Me resucitaron? Los médicos y yo podemos diferir en estos puntos, pero una cosa se con certeza: Dios me habló sobre mi vida y todas las cosas que quería cambiar.

Me convertiría.

Mi cuerpo estaba sufriendo y no lograba mantenerse vivo por sí mismo. Me indujeron medicamente al estado de coma.

Sin embargo, me daba cuenta de cuando las personas hablaban de manera positiva o negativa acerca de mi situación. Algunos simplemente lloraban, otros no sabían que es lo perfecto para decir.

Había salido del coma. Vi a cuatro personas que me rodeaban… eran totalmente translucidos.

Al mirarlas supe que cada una había sucumbido días pasados, también sabia la causa.

Entonces, sucedió algo poderoso. Mi espíritu comenzó a separarse de mi cuerpo. (Similar a la experiencia en la sala de operaciones)

Después la sensación de flotar

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