El Cuervo
linkarmandocoron17 de Febrero de 2014
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EL cuervo.
Edgar Allan Poe.
Es un poema de Edgar Alan Poe en donde solo hay un narrador que describe la escena de una noche en especial, cuando un cuervo toca a su puerta para nunca más irse del lugar en el cual dicen ¡nunca más!
La atmósfera da por una lúgubre noche, al filo de la media noche, el débil y cansado narrador estaba sumido entre una triste y muy profunda reflexión, Casi dormido, escucho el sonido de un golpe tocando la puerta de su cuarto, Recordaba un lúgubre diciembre y el dolor se sintió por la amada que llevaba por nombre: Leonora. La única virgen y radiante para èl. Calando el latido de su corazón, pensó que algún visitante quiere entrar a su cuarto a una hora que no es apropiada para la situación en la cual esta. Ahora su animo cobraba brios y sin titubeos pido un disculpa al señor o la señora por quedarse adormilado cuando tocaron a su puerta. Entonces abrió de par en par la puerta y solo había una penumbra, oscuridad. Permaneció en la negrura atónito, temeroso, soñando cosas que ninguna persona se hubiese atrevido a soñar jamás, mas solo había silencio y quietud y la única palabra que sonaba era el de su amada Leonora. Esta parte para muchas personas no tiene un compresión total, pero maneja una persecución y en un miedo que el autor profundiza no en una totalidad pero si en rasgos de la narrativa.
Volvió a su cuarto sin más y pronto en ese instante a escuchar de nuevo el tocar con mayor fuerza ahora. Ciertamente, deseaba que penetrara el silencio y el misterio fue mayor, pero pensó que quia era el viento o tal vez una rama pegando en su ventana con el viento que sopaba Aquella noche y nada más. De un golpe abrió la puerta y con una suave abatir de las alas entro un majestuoso cuervo, que con grandes de señor o dama, postro el busto de Palas sobre el dintel de su puerta. Entonces cambiaron sus tristes fantasías de él por una sonrisa y le pregunto cual era su nombre y el cuervo contesto ¡Nunca Màs!
Se sentó en su sillón, enlazando una fantasía con otra pensaba que el pájaro flaco y en que quería decir ese graznido: “Nunca más” Entonces pensó en ella, en Leonora.
En la narración volvía a tomar una atmosfera áspera, màs densa y perfumando y èl le reclamo al pájaro que le recordara a su amada Leonora. El cuervote respondió con un nuevo “Nunca mas”
Cuanto le asombro que este animal pudiese hablar tan claramente, aun poco significaba su respuesta y , pues ningún humano ha sido bendecido con la visión de un pájaro, bestia posado en su habitación.
Mas el cuervo, posado solitario sobre su recamara, nada màs dijo hasta entonces. Èl se dijo a si mismo que como otros amigos el cuervo igual se marcharía con el tiempo, pero entonces el pájaro respondió: “Nunca màs”
En el cual por su molestia que el pájaro y su exasperación, exclamo: profeta, pájaro o demonio enviado por el mismo tentador, peguntaba sobre el llamado de los Ángeles de su amada Leonora. Màs el cuervo solo contestaba “Nunca màs”
Grito implorando al cuervo que regresara de donde vino, que abandonara su recamara, y que apartara el pico de su mismo corazón, Mas el cuervo contesto con un “Nunca màs” –En una exasperación del protagonista al cual lo narra, bastante evidente en como se hizo presente la fuerte alteración que tuvo esa ave, por recuerdos del protagonista que lo hacían un demente.
Lo interesante y lo que llama mi atención de toda la narración en definitiva es que el cuerpo nunca aprendió el vuelo, jamás. Aun sigue (según la narración) postrado en la pálida habitación. Y sus ojos tienen la apariencia de los del mismo demonio soñando. Èl cual mencionan la parte escalofriante que el alma del narrador no podrá liberarse ¡Nunca más!
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