El Diario De Ana Frank

EL DIARIO DE ANA FRANK

Ana Frank fue una joven judía que junto con su familia tuvo que esconderse de los alemanes nazis en Ámsterdam, Frank a sus 13 años recibió como regalo de cumpleaños un diario, mismo que cargaría durante su travesía, y en el que relataría cómo fue para ella y su familia el escapar de los alemanes para refugiarse en un escondite secreto en Holanda.

Ana, a falta de una mejor amiga, decidió llamar “Kitty” a su diario para así contarle todos sus secretos y a su vez todo lo que ocurría durante el tiempo que se mantenía escondida.

Fueron más de dos años los que Ana y compañía estuvieron escondidos del ejército alemán, años en los que se enfrentaron a ladrones, enfermedades, hambre y días en los que no podían ni estornudar porque ponían todo en peligro.

Así, Ana casi diario plasmaba en su diario los sucesos que ella consideraba relevantes, había veces en las que incluso repetía lo mismo, pero esa era su forma de desahogarse, pues no tenía con quien hablar (hasta que se hizo amiga de Peter, el hijo de la familia Van Daan), escribía sus preguntas, sus sentimientos y sus deseos.

En el libro podemos apreciar cómo Ana iba madurando rápidamente debido a la situación en que se encontraba su familia. El libro me recuerda un poco a “Ladrona de libros” (Zuzac, Marcus 2005), ya que la inocencia de los niños nos hace ver de otra forma las cosas, y vemos que al final del día Ana seguía siendo una adolescente que no se podía permitir los problemas típicos de adolescentes por la guerra; pero ella hacía lo posible por vivir esa etapa de su vida; peleaba frecuentemente con su madre, se enamoró e incluso tuvo su primer beso.

Y es precisamente el punto de vista de Ana lo que ha hecho de este libro un clásico de la literatura bélica, el hecho de que haya sido una adolescente quien lo escribe, su forma de describir las cosas tan maduramente para alguien que no había terminado sus estudios (y eso le preocupaba a ella), el cómo no entendía por qué no querían a los judíos, su inagotable fe en Dios y lo que a mí en particular me llamo mucho la atención, fue el hecho de que nunca se quejó, al contrario, estaba agradecida de estar donde estaba, porque al fin y al cabo, como ella decía, afuera había gente que estaba sufriendo mucho más y morían asesinados o de hambre y ella incluso se sentía egoísta por estar escondida comiendo y durmiendo en una cama decente.

En su escritura se puede sentir que lo que Ana deseaba más que nada era ser libre, no era exigente, sólo quería salir a respirar aire fresco y sentirse como un ser humano nuevamente.

A pesar de todo, la familia de Frank y sus “vecinos” intentaban llevar una vida “normal” y seguían celebrando Hanukkah y los cumpleaños, e incluso daban obsequios. Pero ellos no estaban solos, ya que había

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