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Enviado por   •  5 de Junio de 2012  •  1.655 Palabras (7 Páginas)  •  342 Visitas

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Difusión y conservación del libro en Grecia

No se tienen muchas referencias acerca de los libros concernientes a la Grecia clásica. Algunos vasos del siglo v a. C. y del siglo vi a. C. representan unos volumina. No existía, sin duda, el comercio con el libro, pero existían algunos lugares dedicados a la venta de los mismos. La difusión, la conservación y la reflexión sobre la catalogación del libro y la crítica literaria se desarrollaron durante la época helenística con la creación de grandes bibliotecas, que respondían al deseo enciclopédico que se puede encontrar, por ejemplo, en el afán de Aristóteles y que respondían también, sin duda, a razones de prestigio político:

en Alejandría, biblioteca creada por Ptolomeo I Sóter y constituida por Demetrio de Falero. Llegó a contener 500.000 volúmenes (en la parte del Museion) y 40.000 en el templo de Serapio (Sérapeion). El Museion fue destruido parcialmente en el 47 a. C. (ver Biblioteca de Alejandría).

en Pérgamo, la biblioteca fundada por Átalo I, contenía 200.000 volúmenes que fueron llevados al Serapeo por Marco Antonio y Cleopatra tras la destrucción de la biblioteca de Pérgamo. El Serapeo fue destruido, en parte, poco después, 391 por los cristianos y los últimos libros desaparecieron en 641 con la conquista árabe.

en Atenas, el Ptolemaion fue la que tuvo más relevancia tras la destrucción de la Biblioteca de Alejandría. Importantes fueron también la Biblioteca de Panteno, hacia el 100; y la biblioteca de Adriano, en 132.

en Rodas, se creó una biblioteca que intentó rivalizar con la de Alejandría.

en Antioquia hubo una biblioteca pública de la que Euforión de Calcis fue director hasta finales del siglo iii.

Las bibliotecas tenían sus propios talleres de copistas y la organización general de los libros aseguraba los trabajos siguientes:

Conservación de un ejemplar de cada libro

Traducción (Biblia de los Septantes, por ejemplo)

Crítica literaria para catalogar los textos de referencia para su copia, como por ejemplo la Ilíada y la Odisea

Constitución de catálogos de libros

La propia copia que permitía la difusión de los libros.

[editar]El desarrollo de la edición en Roma

La edición de un libro se desarrolló en Roma en el siglo i a. C., con la literatura latina influenciada por el helenismo. Esta difusión concierne, especialmente, al círculo literario. Ático fue, por ejemplo, el editor de Cicerón. Pero el comercio del libro fue extendiéndose progresivamente por todo el Imperio romano. El libro se difundió, por tanto, gracias a la extensión del Imperio que implicó la imposición de la lengua latina en la mayoría de los pueblos (España, África, etc.)

Las bibliotecas eran privadas o bien eran creadas por algunos particulares. Julio César quiso crear una biblioteca en Roma: una biblioteca era, ya por entonces, un instrumento de prestigio político.

En el año 377 existían en Roma 28 bibliotecas, así como existían muchas pequeñas bibliotecas en otras ciudades. Pese a esta gran difusión del libro, no se tiene una idea exacta de la actividad literaria de la época dado que millares de libros se perdieron.

[editar]Edad Media

Finalizando la Edad Antigua entre los siglos ii y iii, y ya en la Edad Media, el códice sustituyó al volumen. El libro ya no era un rollo continuo, sino un conjunto de hojas cosidas, con lo que el libro o códice adquirió el aspecto rectangular que conocemos hoy. Desde ese momento fue posible acceder directamente a un punto preciso del texto. El códice resultaba más manejable, podía ponerse sobre una mesa, facilitando de esta forma que el lector pudiera tomar notas o escribir mientras leía. El formato de los códices fue mejorando con la separación de las palabras, las mayúsculas y la puntuación, lo que permitía una lectura silenciosa; posteriormente se añadieron las tablas de las materias y los índices, que facilitaron el acceso directo a la información requerida. Fue éste un formato tan eficaz que todavía se utiliza hoy, después de más de 1.500 años de su aparición.

El papel reemplazó, progresivamente, al pergamino. Una materia más barata que permitió una difusión más amplia del libro.

El código Manesse, un libro de la Edad Media.

[editar]El libro en los monasterios

En el 304 innumerables libros cristianos fueron destruidos por orden de Diocleciano. Durante los períodos convulsos de las invasiones, los monasterios pudieron conservar, para Occidente, textos religiosos y algunas obras de la antigüedad. Asimismo, Bizancio dispuso de importantes centros de copia.

El papel que jugaron los monasterios en la conservación de los libros es bastante ambiguo:

la lectura era una actividad importante en la vida religiosa, su tiempo se dividía en plegarias, trabajo intelectual y trabajo manual (en la orden de los benedictinos), por ejemplo. Era necesario hacer copias de determinadas obras. Había, pues, unas scriptoria (plural de scriptorium) en muchos monasterios en los que se copiaban y decoraban los manuscritos que se guardaban en armarios.

El siguiente párrafo necesita de fuentes confirmatorias.

pero, contrariamente a lo que se cree, la conservación de los libros no tenía siempre, como finalidad, la preservación de la antigua cultura, sino la de entender los textos religiosos con la ayuda de la antigua sabiduría[cita requerida]. Algunas obras no fueron copiadas porque los monjes consideraron que eran muy peligrosas.[cita

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