El antropólogo inocente

El antropólogo inocente, Nigel Barley

El libro se escribió, en 1983, por Nigel Barley un antropólogo conocido por escribir obras sobre sus propias experiencias en el trabajo de campo. De hecho, el libro que trataremos a continuación es un diario sobre su viaje a África y su estancia con los Dowayos, el pueblo que se propuso estudiar.

El libro comienza explicando las inquietudes del antropólogo por descubrir el trabajo de campo en sus propias carnes, las dudas que se plantea y sus problemas para elegir pueblo y el lugar al que ir y estudiar. Se planteó múltiples destinos como Sudamérica, África, Oceanía, India, el lejano Oriente o Indonesia. Sin embargo, por una cosa u otra acabó por descartarlos. Se decidió por los dowayos, unos habitantes paganos de las montañas de Camerún.

Empezó a informarse en la bibliografía del Instituto Africano Internacional donde encontró varias referencias de coloniales franceses y viajeros, además el amigo que le propuso dicho tema le proporcionó los nombres de varios misioneros y lingüistas de allí. Solo le faltaba conseguir la financiación y la autorización para investigar.

Después de presentar sus ideas e intenciones a la organización encargada de repartir las becas se dispuso a conseguir el permiso de investigación. Le costó más de lo que pensaba, respecto a tiempo y dinero. Después de conseguir el permiso solo le faltaba el visado que tras una larga espera y un par más de problemas logró obtenerlo.

Se dispuso, pues, a coger el avión rumbo a su destino.

Tras una larga espera en Camerún pudo llegar a Yaoundé, comenzó a buscar un ayudante para que le acompañase al pueblo de los Dowayos y ejerciera como traductor.

Después de mucho esfuerzo, muchos problemas y una larga caminata logró llegar al pueblo, allí se encontró con un modo de vida muy diferente al que estaba acostumbrado. Le adjudicaron una choza bastante lujosa en la aldea y hasta disponía de agua caliente.

Es aquí donde empieza a narrar su día a día, los problemas que le surgen y las curiosidades del pueblo, todo desde una perspectiva biográfica, como si fuera un diario de viaje y no tanto como notas antropológicas.

Uno de los principales motivos por los que se propuso hacer un trabajo de campo, por que muchos antropólogos e investigadores daban su vida por sus trabajos pero no resultaban satisfactorios, habla del concepto de “coleccionar mariposas” con lo que se refiere a la recogida de ejemplos de costumbres, lenguas o celebraciones que más tarde se clasifican alfabéticamente, por época, geográficamente, etc.

Él quería demostrar que se podía realizar un buen trabajo de campo y una buena investigación sin necesidad de usar los métodos más comunes o lo que se piensan que son más correctos, para él un buen trabajo de campo es aquel que te permite no solo conocer las costumbres sino también entenderlas, intenta que a través de su libro podamos ponernos en su piel y así logra trasladarnos a la aldea.

Al leer el libro te das cuenta de que no se ha escrito desde una perspectiva antropológica estricta y de que no se trata de ninguna obra académica, es más, predomina la ironía y gracias al estilo tan cercano que usa al escribir consigue que el texto se nos haga más ameno y entretenido.

Ya en el primer capítulo, el autor advierte que hará hincapié en los aspectos que las monografías etnográficas suelen tachar de “no antropológico”, “no pertinente” o “fútiles”. Con esto intenta transmitir su experiencia de trabajo de campo a los que no han pasado por ella.

Entre historia y anécdota logra explicar el mundo socio-cultural del pueblo, nos cuenta su relación con los diferentes integrantes de la tribu, con el jefe, el brujo, con su propio ayudante, un misionero americano e incluso de las mujeres de la aldea. Él explica en un capítulo que desde el punto de vista antropológico las mujeres no suelen ser útiles para conseguir información, sin embargo para él las mujeres fueron una rica fuente de información, tienen menos pudor y miedo al hablar de ciertos temas que los hombre evitaba a toda costa.

El tema principal que trata el libro, sin duda, son todas las desgracias, los conflictos lingüísticos, las luchas, los problemas desconocidos de la tierra hostil, etc.

El primer problema al que se debe enfrentar, sin duda, es al de conseguir los permisos y todos los papeles para comenzar su investigación, sin embargo no es el más difícil de resolver. Su mayor problema durante su estancia con los Dowayos fue el idioma, los malentendidos y la falta de material para poder aprenderlo rápidamente. Su ayudante ejercía muchas veces de traductor pero Niegel insistía en aprender, no fue hasta que cambiaron de método cuando pudo agilizar el proceso.

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