JUAN RULFO Y LA LITERATURA REVOLUCIONARIA.
Enviado por danielperez_s • 4 de Febrero de 2016 • Ensayos • 357 Palabras (2 Páginas) • 215 Visitas
JUAN RULFO Y LA LITERATURA REVOLUCIONARIA.
Daniel Pérez Sánchez
Las lecturas de “Nos han dado la tierra” y “Diles que no me maten”, escritas por Juan Rulfo, son cuentos que a simple vista son sencillos, pero si se analizan tienen muchos asuntos “escondidos”. En estos cuentos se trata de expresar lo que en la época Revolucionaria se vivía.
Muestra el reparto de Tierras, el cual era injusto, ya que las tierras más fértiles se las quedaban las personas más importantes, y las tierras que eran más difíciles de trabajar, debido al clima tan árido que existía, eran otorgadas a gente que en realidad dependía del campo para poder vivir.
Tampoco tenían la manera de mantener o cuidar a los animales que tenían para poder trabajar o que vendían para poder mantenerse, gracias a que no podían cuidarlos se les eran retirados. La gente de ésta época no podía quejarse de esto, ya que sus peticiones o reclamos iban a ser ignorados. Las respuestas que recibían era que no se podía hacer nada al respecto, y que a cada quien le tocaba un pedazo de terreno.
Otro asunto importante que se plantea en ésta época es el cómo era la forma de solucionar los problemas. Si alguien era culpado por algún crimen, la forma en que era castigado era fusilándolo, o torturarlo a golpes para al final matarlo. En esta etapa la violencia era el principal medio para la solución de problemas. De igual forma la venganza y el rencor eran algo que estaba a flote.
En este periodo había cierta similitud con el que actualmente se vive, ya que si alguien cometía un crimen y lo pagaba cumpliendo una condena en la cárcel al momento de su salida iba a ser mal visto y juzgado por la sociedad.
Debido a que se vivió una Revolución, la gente vivía con el miedo de perder la vida, al grado de que si alguien sabía que sería fusilado rogaba o suplicaba para tratar de impedir que muriera. El alcohol también era un asunto importante, ya que muchas veces al fusilar a alguien, era emborrachado para que no sintiera el dolor de los balazos.
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