Justina

“JUSTINA”

Capítulo 1.

Justina, una dulce niña de 12 años, es abandonada por su hermana mayor al fallecer sus padres. Convencida de que sólo con virtud demostrará su obediencia a Dios y se mantendrá en el camino correcto hacia el cielo, parte en busca de consuelo y refugio. Desafortunadamente, a causa de su lamentable situación, se ve obligada a trabajar en casa de un viejo usurero, de nombre Harpin, quién la acusa falsamente de robo al no lograr convencerla de ser cómplice de sus fechorías. Declarada culpable y sentenciada a muerte, Justina es encarcelada junto a una mujer conocida cómo Madame Dubois, quién la ayuda a escapar, para más tarde, obligarla a formar parte de su pandilla sometiéndola a diversas torturas.

Capítulo 2.

Justina logra escapar de la Dubois y su pandilla en compañía de Saint-Florent, un prisionero al igual que ella, que aún a sabiendas de que le salvo la vida, abusa de ella y la abandona en el bosque; después de tal ultraje y encontrándose mal herida, se convierte en víctima del conde de Bressac, quién la ataca con sus perros al negarse a participar con él en el asesinato de su tía, dejando a la pobre jovencita al borde de la muerte.

Capítulo 3.

Al recobrar el conocimiento y demasiado débil por las heridas, Justina se dirige al pueblo de Saint Marcel, donde acude al consultorio de un reconocido Doctor, Rodin, quién ofrece darle asilo hasta que se recupere. Feliz por las atenciones recibidas y convencida de que su suerte ha cambiado, acepta la oferta sin imaginar que en realidad vive en casa de un libertino, que abusa de sus estudiantes y de su propia hija, con quién planea realizar diversos experimentos de anatomía. Justina intenta liberarla, pero es descubierta y marcada en la piel con un hierro, para después ser abandonada en el camino.

Capítulo 4.

En busca de refugio, Justina se dirige al Monasterio de Santa María del Bosque llena de devoción y con la esperanza de confesar sus pecados, sin embargo, los frailes de dicho monasterio no hacían otra cosa más que ofender los mandamientos de Dios, sucumbiendo a sus más bajos instintos carnales; la inocente joven es obligada a participar en misas negras y a servir de instrumento sexual realizando los actos más pervertidos y deplorables que se pueda imaginar. Después de varios meses de tortura y agotada por los sacrilegios que se cometían en el lugar, logra huir de aquel tormento y obtiene de nuevo su libertad.

Capítulo 5.

Los atrocidades hacia Justina están muy lejos de terminar; al lograr escapar del monasterio, es raptada por los secuaces del conde Gernande, quién disfrutaba de sangrar a sus víctimas gota a gota; después de liberarse de tal villano, pasa a ser prisionera de un ladrón y asesino, (Rolando), jefe de una pandilla de falsificadores, quién la somete a trabajar encadenada a una rueda y a participar en sus indignidades sexuales. Al ser arrestada por los soldados que invaden el castillo donde se encontraba, y al haber transcurrido ya diez años de infamias y tormentos, Justina se pregunta dónde está su Dios y porque permite que le sucedan tales cosas; arrepentida de sus pensamientos dispone su vida a su voluntad.

Capítulo 6.

Acusada de falsaria y llevada a la cárcel, se encuentra nuevamente con madame Dubois, quién la libera solo para acusarla falsamente de un asesinato que ella misma cometió. Antes de dictar sentencia, el juez superior de Corville, decide escuchar a Justina y conmovido por su historia, pide a la madame de Lorsange, se encuentre con ella. Por suerte, dicha madame resultó ser su hermana, y Justina fue declarada inocente y liberada de inmediato. Hasta ese momento Justina comenzó a disfrutar la felicidad, pero no pasó mucho tiempo en que la voluntad divina decidió que muriera a causa de un rayo que le dio directo al corazón.

Así termina la historia de una joven

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