LA QUINTRALA

la Josefa decía unas cuantas palabras sin sentido que al parecer era un hechizo el padre molesto le advirtió que si otra vez hacia lo mismo la mandaría a la horca y nadie podría interceder por ella la negra asustada salió corriendo dejando a la catrala tirada en el piso.

Transcurrido un año del suceso don Gonzalo salió mucho más temprano de su trabajo que de costumbre pero al llegar a su casa se encontró con una gran sorpresa, la casa estaba llena de humo que provenía de la habitación de la Quintrala, el padre se dirigió hacia su dormitorio y la encontró nuevamente tirada en el piso el padre entro rápidamente y la Josefa se volvió a escapar pero al día siguiente la encontró y la mando a azotar y luego llevársela a la casa de la ligua( propiedad del padre de la Catrala ), la pequeña al enterarse que se habían llevado a la negra lejos de su lado se molesto muchísimo con el padre tal así que hizo una tremenda pataleta junto con palabras y miradas de odio. Pero el plan de su padre no funciono tal como él quería porque a los pocos días la pequeña se enfermó y sentía que no podía mover sus piernas pues según ella el diablo se las inmovilizaba, su padre al enfrentarse a este problema no tuvo otra solución que mandar a llamar de vuelta a la Quintrala para que la sanara y le sacara el diablo que se le había metido la Josefa la ayudo y a los pocos días la niña se había recuperado por completo. Transcurrido dos meses de lo ocurrido el padre volvió a alejar a la negra de lado con el simple pretexto de que ella debía ir a ayudar a su hermana, pero en realidad la mando a encerrar de nuevo en la propiedad de la ligua pero le volvió a pasar el mismo problema de las piernas teniendo el que mandarla a llamar de nuevo a la Josefa.

Quintrala a los once años empezó a manifestar su irritabilidad, su corazón estaba lleno de rencor y de odio. Le confesó a su padre que el demonio la perseguía y ella no podía librarse de el por tal razón le inmovilizaba sus

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piernas.

Don Gonzalo decidió enviar a a su hija al convento de monjas, la quintrala no se negó porque soñaba con algún día convertirse en una santa, pero al poco tiempo se aburrió de esa idea y le envió una carta a su padre para que la sacara de aquel lugar el padre la fue a buscar y con el tiempo se dio cuenta de que la catrala al parecer ya no era la misma joven caprichosa y malvada que era antes, por el contrario ahora se había convertido en una joven ociosa, impaciente y pasaba todo el tiempo con sus ojos llenos de lagrimas. Un día don Gonzalo la comenzó a espiar y se dio cuenta de que estaba en una sala llena de humo con la Josefa quienes estaban a punto de hacer un pacto con el demonio,

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