Los Hijos De La Malinche
13003418 de Febrero de 2014
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LOS HIJOS DE LA MALINCHE
El título “Los hijos de la Malinche”, es la tendencia de los temas predilectos a lo largo del siglo XX que son aquellos de las culturas indígenas y del carácter nacional de los procesos históricos y culturales. A través de los mitos de su país, en esta ocasión este de Marina o Malinche *, Paz quiere dibujar el perfil de sus paisanos y analizarlo remontándose a los lazos del pasado, siempre a través de su propia vista del creador comprometido y no de una manera claramente científica y neutral. Malinche es el símbolo de la “Chingada” y los mexicanos son los hijos de una mujer india violada y traidora al mismo tiempo y de un padre “extraño” y violador. El peso de esta unión es insoportable para el fruto de un acto tan brutal que al mismo tiempo crea vida, es algo tan contradictorio que no pueda evitar complicaciones graves como la profunda soledad y el machismo que caracterizan –según O.Paz- y torturan el ser mexicano, quiere decir el hijo de la Malinche. La mujer mexicana casi no existe, está reemplazada y casi anulada tomando solo el papel de esta madre violada y finalmente se habla del mexicano-hombre y el machismo de su sociedad “La mujer… es el Enigma… Es la imagen de la fecundidad, pero asimismo de la muerte. La mujer es… El conocimiento que no poseeremos nunca, la suma de nuestra definitiva ignorancia: el misterio supremo.¿Quién es la Chingada? Ante todo, es la Madre. No una Madre de carne y hueso, sino una figura mítica… es la madre que ha sufrido, metafórica o realmente, la acción corrosiva e infamante implícita en el verbo que le da nombre. […] El chingón… la chingada… La relación entre ambos es violenta, determinada por el poder cínico del primero y la impotencia de la otra.”
Octavio Paz hace una crítica social utilizando los procesos socio-culturales de “malinchismo”, que durante un largo periodo describe la entrega al extranjero. Al repudiar a la Malinche, la traidora emblemática y la madre del primer mestizo notorio, el mexicano rompe sus ligas con el pasado y reniega de su origen. Pero esta actitud lo encierra en un laberinto de soledad de donde es imposible de escaparse. La base de su preocupación intelectual es el uso de “la chingada” en el léxico cotidiano del mexicano. La densa dialéctica de su obra extiende en un panorama de explicaciones desde puntos de vista históricos, psicológicos, etnológicos para encontrar la explicación del sentimiento de tristeza y soledad que caracterizan al mexicano “Esa palabra es nuestro santo y seña Conocerla, usarla, arrojándola al aire como un juguete vistoso o haciéndola vibrar como una arma afilada, es una manera de afirmar nuestra mexicanidad Con ese grito.
La prosa de Octavio Paz es tan rigorosa y fuerte como su poesía y tiene una meta concreta socio-política: de emerger una identidad de su pueblo basada no solamente en la historia sino a la realidad. Según sus palabras: “la historia nos ayuda a comprender ciertos rasgos de nuestro carácter, a condición de que seamos capaces de aislarlos y denunciarlos previamente. Nosotros somos los únicos que podemos contestar a las preguntas que nos hacen la realidad y nuestro propio ser.” Su crítica feroz culmina en sus últimas palabras: “La Chingada .Es una palabra hueca. No quiere decir nada. Es la nada.”
CONCLUSIÓN
Su vida no fue un lecho de rosas al lado de Hernán Cortés, pues a pesar de darle un hijo, al conquistador, éste a su vez la regaló a otro de sus soldados cuando se aburrió de ella, aún y con todo, La Malinche jamás dejó de ser una mujer "respetada" por los españoles, los mestizos y los indígenas.
EN LO PERSONAL
Si yo fuera una mujer noble y desde pequeña sacada a la fuerza del cálido hogar paterno y obligada a servir a otro señor en una región distante que a su vez no hizo sino regalarme como vil objeto a personas
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