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Obra Conde De Montecristo

sonikiss23 de Marzo de 2014

2.923 Palabras (12 Páginas)409 Visitas

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Personajes:

Edmundo Dantes:

Mercedes:

Padre de Edmundo Dantes:

Abate Faria:

Gaspard Caderousse:

Fernando Mondego:

Alberto de Morcef:

Gerardo de Villefort:

Eloisa de Villefort:

Valentina de Villefort:

Baron Danglars:

Bertuccio:

Haydee:

Pierre Morrel:

Maximiliano Morrel:

Benedetto:

Capitan Lecrerc:

Personajes extra:

Carcelero-policia 1:

Carcelero-policia 2:

Tabernero (mesero):

Primer acto

Escena I

Capitan Lecrerc: (palido y cansado acostado en la cama) Edmundo, mis tiempos han terminado, moriré como buen marinero y capitán en mi hogar, el mar.

Edmundo: Pero capitán, ¿Qué esta diciendo? Estamos haciendo lo posible para que se recupere…

Capitan Lecrerc: (interrumpiendo a Dantes) Escúcheme, Edmundo. Tengo órdenes que darle. Tome esta carta. (Le entrega una carta.) Esta carta deberá serle entregada al señor François de Noirtier.

Edmundo: (sorprendido) Capitán, haré lo que me ordene.

Capitan Lecrerc: Eres un buen muchacho, Edmundo, buen muchacho…(el Capitán palidece y cierra los ojos demostrando su muerte.)

Escena II

Narrador: El 24 de Febrero de 1815 llegó el barco llamado “El Faraón” a Marsella, después de una larga travesía procedente de Esmira, Trieste y Nápoles. Llegaban con una mala noticia, pues el capitán Lecrerc había fallecido durante el viaje.

(Personas esperando ansiosas en el puerto mientras llega el barco.)

Morrel: (Acercándose a Edmundo al bajar de “El Faraón”.) ¡Ah! Edmundo, mi querido muchacho, ¿Qué ha sucedido? ¿Por qué vienes con esa cara triste?

Edmundo: Señor, una gran desgracia para todos. El capitán Lecrec ha fallecido durante el viaje; murió de una calentura cerebral en medio de horribles padecimientos.

Morrel: ¿Y el cargamento? (preguntó con ansia.)

Edmundo: Esta intacto puesto que seguimos las ordenes del capitán Lecrerc antes de que esto sucediera.

Morrel: ¿Y que vamos a hacerle? Somos mortales y es necesario que los viejos cedan su puesto a los jóvenes. Alguien tendrá que tomar el cargo de capitán del barco…

(A lo lejos, se escucha la voz de Mercedes, quien corre a los brazos de Edmundo.)

Mercedes: (a lo lejos) ¡Edmundo!

Dantes: ¡Oh! Dispénseme señor Morrel, dispénseme, se lo ruego, quiero hacer otra cita muy interesante para mi corazón.

Morrel: No lo entretenemos más. Vaya, pues. Sabemos que esta esperando ver a una persona con tanta impaciencia como su padre.

(Edmundo corre a los brazos de Mercedes y se besan. Danglars se acerca a Morrel.)

Danglars: Ya sabe la desgracia ¿no es cierto?

Morrel: Si claro, ¡pobre capitán! Era muy bueno y valeroso.

Danglars: (con mirada en la que se reflejaba odio) Parece que este joven todo lo sabe, pues apenas y murió el capitán y se apoderó del mando del buque sin consultar a alguien, y nos hizo perder día y medio en la Isla de Elba.

Morrel: Cumplió con su deber; en cuanto a perder tiempo en Elba, obro mal, si es que no tuvo que reparar alguna avería.

Escena III

(Edmundo va a casa de su padre con Mercedes agarrada de su brazo.)

Edmundo: (emocionado) ¡Padre! ¡¡Padre mío!!

Viejo: (Voltea a ver a su hijo y corre con el.) ¡Hijo mío, hijo de mi alma! No te esperaba; y la alegría de verte así tan de repente. ¡Dios mío!

Edmundo: Ya me tienes de vuelta. (Se sientan con Mercedes a la mesa.) Dios perdone si me alegro de una desgracia que ha llenado de luto a la familia. El Capitán Lecrerc ha muerto y es probable con la protección de Morrel, que ocupe yo su plaza…Seré capitán a los veinte años, padre, con 100 luises de sueldo y una parte en las ganancias. ¡Seremos felices padre!

Viejo: (estupefacto) ¿Capitán?

Edmundo: Si, padre, me han nombrado Capitán. Y tenemos mas buenas noticias.

Mercedes: (emocionada) Si, díselas…

Edmundo: Mañana, tendré el honor de casarme con mi amada Mercedes.

Escena IV

(En la cantina, se encuentran Caderousse y Danglars conversando; borrachos. En eso llega Fernando enojado y se sienta con ellos azotando la mano en la mesa.)

Danglars: ¿Qué le pasa, amigo mio?

Fernando: ¿Acaso no se ha enterado? ¡Ese Edmundo Dantes que se quiere casar con mí amada Mercedes! Oh, tanto que la he amado para que la vea caminar al altar con ese desgraciado.

Danglars: ¿Y ahí esta, arrancándose los cabellos en lugar de buscar remedio a sus pesares? ¡Que diablo! No creí que obrase de esa manera la gente de su país.

(El mesero le trae un vino a Fernando.)

Fernando: ¿Y que quiere que haga? Quería asesinas al hombre, pero Mercedes se mataría por Edmundo.

Danglars: Razona como hombre, amigo mío. Durante la expedición, Edmundo Dantes pasó un día en Nápoles y en la Isla de Elba. El ahora fallecido Capitán le entregó una carta, lo cual significa…

Caderousse: (interrumpe. Se encuentra en un estado muy borracho.) …lo que significa que Edmundo es un agente bonapartista.

Danglars: exacto, Caderousse. Tenga, tome más vino. (Le sirve vino a Caderousse.)

Fernando: (emocionándose). Eso quiere decir que si le denunciase alguien al procurador del Rey como agente bonapartista, Edmundo iría a prisión y Mercedes, ¡oh, Mercedes! Finalmente me abriría su corazón.

Danglars: (diriguiendose al mesero.) Muchacho, trae papel para escribir.

(El mesero trae papel y plumas para escribir.)

Danglars: (le da papel a Fernando.) Escribe.

(Fernando comienza a escribir.)

Fernando: (después de escribir.) Dirigida al Señor Gerardo de Villefort, el procurador del Rey. (Firma.)

Escena V

(Mercedes y Dantes en el banquete de bodas. Cuando de repente entran 2 policías.)

Policia 1: ¡Edmundo Dantes! Estáis detenido.

(El policía 2 se lleva a Edmundo.)

Edmundo: ¿Qué significa esto? ¿Cuál es mi delito?

Mercedes: (asustada.)¡¡¡¡¡¡EDMUNDO!!!!!! (Fernando se acerca a Mercedes y la abraza.)

Edmundo: ¡Fernando no la toques! ¿A dónde me llevan? ¡Sueltenme!

Policía 1: Calla, que vas con el procurador del Rey.

Escena VI

Villefort: (Observando a Edmundo.) No pareces vestido para una conspiración…

Edmundo: ¿Conspiración?

Villefort: ¿Habéis servido alguna vez bajo el usurpador Bonaparte?

Edmundo: (sorprendido) ¿Bonaparte? ¿Qué me decís señor…? Yo, no…

Villefort: Le han denunciado como agente bonapartista.

Edmundo: ¿Bonapartista? Señor, le aseguro que yo solo se de mi trabajo. Amo el mar, a mi prometida a mi padre… ¿Por qué razón habría yo ser un agente bonapartista? Si hoy es el día de mi boda.

(Villefort lee la carta.)

Villefort:

Un amigo del trono y de la religión previene al señor procurador del rey que un tal Edmundo Dantés, segundo de El Faraón, que llegó esta mañana de Esmirna, después de haber tocado en Nápoles, ha recibido de Murat una misiva para el usurpador, Napoleón Bonaparte, y de éste, otra carta para la junta bonapartista de París.

Facilmente se tendrá la prueba de su crimen, prendiéndole, porque la carta se hallara sobre su persona, o en casa de su padre, o en su camarote, al bordo de El Faraón.

¿Reconoce la letra?

Edmundo: No, en absoluto, señor.

Villefort: ¿Y es cierto lo que dice la carta?

Edmundo: No, señor.

Villefort: ¿Su capitán le entrego un sobre?

Edmundo: Si, señor, aquí tiene. (Le entrega la carta y Villefort la lee con atención.)

Villefort: (sorprendido al leer la carta) De haber sabido lo que contenía esta carta, no la hubiera traído encima y habrías negado su existencia, lo que muestra que eres inocente, por lo que te puedes ir. Volved con tu prometida… (

Edmundo: (contento) Que Dios le bendiga, Sr. De Villefort. (Se dirige hacía la salida.)

Villefort: Una cosa mas. Esta carta no tiene dirección, ¿a quien va dirigida?

Edmundo: Me ordenaron entregarla esta noche a un tal Señor Noirtier. (Los ojos de Villefort se agrandaron. Se levanta de su silla y de acerca a Dantes.)

Villefort: Repetidme el nombre.

Edmundo: François de Noirtier. ¿Eso es todo? ¿Puedo irme?

Villefort: No, no, unas preguntas más. ¿Usted conoce a ese hombre?

Edmundo: No, señor.

Villefort: ¿Le habéis mencionado a alguien este nombre?

Edmundo: A nadie salvo a vos.

Villefort: (se aleja de Edmundo.) Bien. Lo siento pero no puedo dejarle ir ahora. Quedareis en libertad mañana. Su única acusación es esta carta (la empieza a romper.) Sin ella, no existe ninguna prueba en absoluto.

Edmundo: (sonríe) Señor procurador del rey, usted es un buen hombre.

Villefort: Ahora escuchadme. No mencionaras el nombre de Noirtier.

Edmundo: Jamás.

Narrador: Cabe mencionar que Noirtier era bonapartista y era el padre de Villefort, el procurador del rey, por lo que envió a Edmundo Dantes a la prisión del Castillo de If, para no ser deshonrado por su propio padre.

Segundo acto

Escena I

(Edmundo Dantes aparece en el castillo de If.)

Edmundo: (desesperado) ¡Socorro!

Carcelero 1: ¡Eh, tu, cállate!

Edmundo: Díganme donde estoy.

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