Principioto Capitulo 7-18

CAPITULO VIII.

Trata sobre una conversación que tiene el principito con la flor.

Esta flor era hermosa, especial y diferente a las que el principito había visto. La flor despierta el ingenuo amor del Principito, pero al mismo tiempo, lo confunde por si vanidad y esto hace que el amor del principito hacia la flor se llene de dudas.

CAPITULO X.

Este capítulo trata sobre que el principito se encontraba en la región de los asteroides y decide visitarlos.

El primero que visita está habitado por un rey, quien aparenta ostentar un gran poder, el principito llega cansado y el monarca lo reprime por bostezar delante del rey, este rey evidencia carecer de súbditos para ejercer tal poder y por tanto le ordena al Principito que se quede con él que lo convierte en embajador, pero el Principito no acepta e infiere que las personas mayores son muy extrañas y decide continuar su viaje.

CAPITULO XII.

El siguiente planeta visitado por el Principito estaba habitado por un bebedor, un ebrio que bebe para olvidar, entonces el principito le pregunta a este hombre que, que es lo que quiere olvidar y este le responde agachando la cabeza que para olvidar que tiene vergüenza de beber, lo cual deja al Principito perplejo, es decir confuso, dudoso por tanto el principito sigue afirmando que los adultos son muy extraños.

CAPITULO XIV.

El siguiente planeta estaba habitado por un farolero y su farol, el cual encendía y apagaba velozmente, puesto que su planeta giraba con mucha rapidez. El Principito lo deja con cierto pesar, pues le simpatiza este hombre que cumple su deber sin cuestionarlo, y al mismo tiempo, lamenta perderse las sucesivas puestas de sol que se producían en aquel mundo.

CAPITULO XVI.

El Principito llega por fin a la Tierra, planeta del cual se destacan su gran cantidad de habitantes y el actuar sincronizado de los faroleros de todo el mundo, ocupados en encender y apagar los faroles de todos los continentes. El principito añade que solo el farolero del polo norte y su colega del polo sur tenían descanso ya que trabajaban solamente dos veces al año.

CAPITULO XVIII.

En este capítulo el principito atraviesa el desierto y se encuentra una flor solitaria, a la que pregunta por los hombres. La flor, en toda su vida, no ha visto más que seis o siete, y considera que los hombres se molestan cuando les dicen que les hace falta raíces.

CAPITULO XX.

El Principito después de tanto viaje llega al fin a un camino, junto a un jardín lleno de rosas. Descubre entonces que la flor que dejó en su planeta no era una flor única, sino una más de las tantas rosas que existen, dándose cuenta que le había mentido, el principito pensaba en lo que hubiese hecho la flor si estuviese allí con él. Esto lo entristece mucho y lo hace llorar.

CAPITULO XXII.

Siguiendo su camino, el Principito se encuentra con un guardavía, quien le explica su trabajo, consistente en agrupar pasajeros y embarcarlos en trenes. El guardavía ignora los motivos que llevan a la gente a movilizarse de un lugar a otro tan rápidamente.

CAPITULO XXIV.

El Aviador, quien no ha podido reparar su avión, dice al Principito que si no consiguen agua, morirán de sed. El Principito replica que es bueno haber tenido un amigo, aún si se va a morir. Ambos empiezan a buscar un pozo. Los dos muy cansados se detienen se ponen a hablar y el principito dice lo más bellos que tiene el desierto es el pozo que oculta en algún sitio. El Principito se queda dormido pensando en su flor, mientras el Aviador decide llevarlo en sus brazos, hasta que logran encontrar un pozo.

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