Yo Explico, Pero Elos ¿aprenden?

Para lograr planificar el modo de enseñanza hay que tomar en cuenta 3 principios; cómo captar la atención de nuestros alumnos, mantenerla, exponer el contenido a aprender, contextualizanándolo, que el estudiante pueda encontrarle sentido a lo que se trabaja en el salón y tomar en cuenta que trabajamos con personas, por lo tanto, hay que tomar en cuenta los sentimientos y emociones de nuestros alumnos, ya que estos influyen en el proceso de aprendizaje.

Volviendo al principio de la atención de los alumnos, debemos tratar en lo más posible de plantear preguntas que los inviten a querer saber más sobre el tema, que los lleven a un nivel de curiosidad que invite al alumno a mantener la atención y emoción por parte del niño.

El docente debe de logra que la clase no solo sea una exposición de su parte sino que el alumno esté al tanto y participando en todo momento. Es bien sabido que una participación pasiva no deja un aprendizaje duradero por lo que animar al niño a que se involucre es el mejor objetivo que debemos alcanzar como docentes, que no importe a qué asignatura nos refiramos, que ese siempre sea el objetivo principal.

Una manera eficiente de lograra que el alumno participe es contextualizando el aprendizaje, llevando el tema a las situaciones actuales, vivencias reales con las que ellos lidian día con día. Además de mostrarle que sea cual sea su participación, siempre y cuando sea dentro del tema, es completamente valiosa para sus compañeros y para el docente ya que un alumno se complace en agradar al docente.

Ahora bien es necesario que todas estas observaciones y propuestas de motivar al alumno sean plasmadas en nuestra planeación y llevar un control de lo que funcionó, pues esto lo que nos llevara a cada día mejorar en nuestra docencia.

En conjunto con la planeación del proyecto, el método y los resultados, debemos de tener presentes las dimensiones del saber:

 La historia: la cual es el origen de nuestros intentos de solución.

 La ciencia: la presentación de la realidad empleada.

 Tecnología: los métodos e instrumentos utilizados.

 Filosofía: la reflexión sobre el saber.

Conjuntando esto se puede llegar a una buena planificación de la enseñanza, pero, ¿cómo notamos que tal planificación no es la adecuada?, sencillo, cuando los alumnos presentan síntomas de desintegración de los aprendizajes, tales como, la dificultad de aplicar un conocimiento en un contexto diferente al visto en clase, el desinterés por los contenidos, debido a que son “aburridos”, y la incapacidad de articular sus aprendizajes.

Al presentarles situaciones reales a nuestros niños se podrá propiciar un desarrollo en sus conocimientos (información), habilidades (actividad, transformación de la información) y valores (actitudes), en pocas palabras un desarrollo integral. Asimismo estas situaciones reales deben tener también utilidad, para que así el alumno les encuentre sentido y una necesidad real por aprender.

Ahora que sabemos cómo planificar y cómo el alumno debe aprender, surge otra interrogante ¿cómo debemos organizar los contenidos que el estudiante deberá aprender? , no existe un único modelo, sino uno que se ajuste a las necesidades y características de cada grupo de niños, por esa razón sólo se puede tomar ciertas condiciones generales; especificar los aprendizajes que se espera alcanzar, conocer las características de sus alumnos, descubrir el ambiente propicio, crear actividades para aprender, ir cambiando las condiciones del aprendizaje con el tiempo y con el cambio de las características de los alumnos.

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