AVATAR: DOS MUNDOS

AVATAR: DOS MUNDOS

¿O DOS MIRADAS?

¿REALIDAD O FICCIÓN?

“Sed prolíficos y multiplicaos, poblad la tierra y sometedla; dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre cuántos animales se mueven sobre la tierra”

Cuando en 1981 Alvin Tofler, publicó el libro, “El shock del futuro”, se afirmó que muchos de los asuntos tratados en él eran mera especulación, hoy sabemos que nuestra realidad supera la ficción.

Avatar muestra una realidad frente a la cual es imposible mostrarse indiferente: nuestros congéneres, seres desprovistos de humanismo, desposeídos de conciencia, obnubilados por el poder que da el dinero, depredadores implacables, invasor de culturas ajenas, ejecutor certero y egoísta del mensaje bíblico; instrucción, tal vez tergiversada por el tiempo y las diversas lenguas, en su trasegar de un código a otro, de un escritor a otro.

Avatar anuncia el cataclismo, el desprecio por la vida en todas sus manifestaciones, la codicia desmedida. Paralelamente, evidencia la posibilidad de un mundo mejor, sin superiores ni inferiores, seres hermanados, grandes, pequeños y variados, no por ello menos importantes; todos, integrando el maravilloso engranaje de la rueda de la vida, en donde la energía fluye en equilibrio de unos seres a otros y se magnifica en comunión.

Los moradores de la tierra no sólo se dividen en razas, nación o ideología; aun existen grupos cazando y buscando la comida como se hacía hace miles de años, otros dependen de la agricultura, conservan huellas de su pasado silvestre, un gran porcentaje vive en la era de la industrialización y por último, aquellos que viven en el futuro, con grandes cambios tecnológicos y sociales, en medio de una aceleración, al parecer imposible de frenar. Este último grupo, irracionalmente contamina nuestro hábitat con su vómitos industriales: insecticidas, desperdicios radiactivos, termocontaminación, destrucción de vida, desaparición de los casquetes polares

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