El Existencialismo De Sartre Ante La Realidad Humana.

ENSAYO

El existencialismo de Sartre ante la realidad humana.

INTRODUCCIÓN.

Ismael Quiles, en su libro Sartre y su existencialismo, comenta que una profesión de sinceridad es el mérito indiscutible de Sartre. Debemos, ante todo, reconocer la realidad del hombre tal como es, sin descuidar ninguno de sus aspectos. Hay que pensar en el hombre tal como es, con sus miserias y su trágica realidad; su angustia, su soledad y abandono; su aislamiento, contingencia y limitación, sus inexplicables problemas. Todo esto justifica, insisten, las descripciones ultrarrealistas del hombre, especialmente de lo que comúnmente se considera sus miserias. El verdadero optimismo es fruto de la realidad; consiste en mirarla de frente, tal como es, y vivirla con decisión y con valor.

Deseo cuestionarles lo siguiente, ¿De qué sirve cerrar los ojos a la realidad de forma ingenua para vivir un mundo tan ideal como irreal? Sería ésta una felicidad fundada en la ignorancia y en la inconsciencia, y, en el fondo, una falta de sinceridad, que justificaría el dicho de que solamente los ignorantes, los tontos o los hipócritas pueden ser felices.

El hecho que las dos fases más características de la filosofía del siglo XX giran en torno a las dos grandes guerras mundiales es sin duda algo significativo. Fue un importante parte aguas que ha determinado la manera de pensar de muchos filósofos. La filosofía previa a la guerra reflejaba el estado de ánimo de la humanidad en tensión característica; y la de la postguerra, a la par, las huellas trágicas del desengaño y de la insatisfacción después de tan enormes sacrificios de la felicidad y de la sangre humana.

Si decidiéramos señalar la característica más pronunciada de la filosofía del siglo xx, sería sin duda la vuelta al yo individual y concreto (Quiles, 22).

La filosofía de nuestro siglo es en su conjunto (contando siempre con la excepción de un grupo idealista) una fuerte reacción contra el idealismo, que hace del individuo un momento abstracto, destinado a perderse en el aspecto universal. El hombre moderno quiere, más que nunca, vivir él mismo su vida individual. Siente su realidad individual como la realidad básica y no puede resignarse a quedarse en el anonimato, lo que equivaldría a inutilizar su vida individual o personal en cuanto a tal.

El hombre se ha encontrado a sí mismo solo, y comienza a trabajar nuevamente a partir de su soledad, con la esperanza de formarse un mundo mejor o de quedar reducido a sí mismo en una definitiva desesperación.

Todo a lo largo de la filosofía moderna y, sobre todo en relación a los siglos XVIII Y XIX dominados por el escepticismo, por el ateísmo de los enciclopedistas, por el racionalismo de Kant y el idealismo de Hegel y por el positivismo cientifista del siglo XIX, tal vez, es el siglo XX el que más se ha acercado hacia un contacto con los valores espirituales y eternos del hombre. He aquí el clima propicio en que germinó el existencialismo.

“Esa su existencia es su verdadera realidad; de ahí el nombre de existencialismo”

DESARROLLO.

Evitando perder de vista el tema en el que se centra este ensayo, referente al existencialismo de Sartre ante la realidad humana, considero de suma importancia mencionar algunos fundamentos históricos y psicológicos del existencialismo nihilista del filósofo mencionado. Desde el punto de vista individual, Sartre nos va describiendo al tipo de ser con un aspecto de banalidad e irresponsabilidad y libertad absoluta, y al mismo tiempo, con fracaso absoluto. La conciencia del fracaso de la vida humana, tanto individual, como social, respecto de su ideal de felicidad y perfección, es algo que llevamos todos con nosotros. Deseo graficar este pensamiento comentando lo siguiente, algo que seguramente varias personas han vivido: Muchas veces nos ha sucedido pensar de ciertos amigos a quienes veíamos en la mejor posición en la vida, como si fueran enteramente felices. Y de repente nos hacen confesiones por las que descubrimos la tremenda sensación de fracaso que están viviendo. La vida angustiada porque no se llega al ideal de felicidad y de perfección en que uno sueña es nuestro pan cotidiano. Esta sensación llevada al extremo pinta nuestra vida como un verdadero fracaso y la hace ininteligible y absurda.

Una mirada a los fundamentos históricos, psicológicos, que son puestos al descubierto, nos obliga a reconocer que están describiendo verdaderas realidades humanas, que es necesario tener en cuenta para una concepción total del hombre y sus problemas. Muchas de las veces nos encontramos con el problema del radical ser y no saber nada que provoca la repulsión. Es la acentuación de nuestra esencial impotencia para comprendernos enteramente y disipar los misterios que nos rodean. Lo que ha hecho Sartre es acentuar hasta el máximo esta actitud y sacar de ella todas las consecuencias posibles. Pero reconociendo el fundamento de verdad que todo ello encierra, debemos responder a Sartre con una observación:

Se refiere a que no es esa toda la realidad humana. Si refleja, es verdad, un aspecto muy real del hombre incapaz de comprenderse y dirigirse y de triunfar en todas sus aspiraciones, también es cierto que deja sin reflejar otros aspectos de la realidad humana, y por

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