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Biografia


Enviado por   •  21 de Marzo de 2014  •  1.800 Palabras (8 Páginas)  •  169 Visitas

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Sofía Helena Vargas Marulanda (Cali, Valle del Cauca, 3 de marzo de 1934 – Cali, Valle del Cauca, 7 de febrero de 2011), fue una cantante colombiana, conocida artísticamente como Helenita Vargas o La Ronca de Oro. Fue la solista colombiana más vendedora y famosa de música popular hasta la actualidad.

Índice [ocultar]

1 Primeros años y el ascenso a la fama

2 Hizo lo que quiso

3 María de los guardias

4 Enfermedad y muerte

5 Vida musical

6 Series sobre su vida

7 Referencias

Primeros años y el ascenso a la fama[editar]

Nació en Cali y de joven vivió en el barrio de Santa Rosa de Lima. Se dice que de niña no fue buena estudiante y que aprendió a cantar antes que a leer.1 Le apasionaron siempre los tangos y los boleros, aunque se hizo famosa cantando rancheras. Su carrera artística duro más de 50 años, pues empezó a los 17 años, después de presentarse a un concurso de belleza Santiago de Cali.

La de Helenita es una historia de amor. Desde que tuvo uso de razón, esta mujer se enamoró perdidamente de la música y de la idea de ser cantante. Después conoció el amor carnal, el humano, el egoísta, el de un hombre que la llenó de infelicidad y de un dolor que solo había conocido en las letras de las rancheras y boleros que empezó a desgarrar aun antes de saber leer. Y sería ese amor desenfrenado por la música el que la salvó del infierno que vivía al lado de un hombre que creía era el amor de su vida y la llevó, al fin, a cumplir su sueño de ser cantante. Por el camino también conocería otras versiones del amor, humano también, pero este sí desinteresado, incondicional: el de su hija y el de su segundo esposo, que sería su cómplice, su adoración.

Así fue la vida, hasta ahora desconocida, de Sofía Helena Vargas Marulanda, una lucha constante por defender su derecho a amar, a ser ella, a cantar. Porque la Helenita que conoció el público fue la mujer arrolladora, teatral y apasionada que interpretaba la música popular como una arrabalera de verdad, así ella hubiera nacido y crecido en cuna de oro. La Helenita que se subía al escenario se mostraba vanidosa y perfeccionista, con una cabellera coqueta, vestida de lentejuelas, tacones altos, cejas delineadas, boca y uñas muy rojas y siempre bien pintadas. La Helenita pública era amiga de expresidentes, políticos y empresarios, pero adoraba, por sobre todo, al pueblo, el que esperaba horas en una plaza para verla y aplaudirla.

Pero antes de llegar a los escenarios y consagrarse como la reina de las rancheras, Helenita tuvo que enfrentarse a una sociedad pacata y conservadora que no aceptaba que una mujer de «alta sociedad» cantara música popular, bebiera aguardiente y se casara a escondidas con el papá de su mejor amiga, que le doblaba la edad, para luego separarse e irse con otro hombre.

En su juventud se presentó ante el maestro mexicano Agustín Lara, abordándolo en la puerta de un cuarto de un hotel de Cali, donde se hospedaba el artista. La Ronca cantó junto a él el tema Farolito y de inmediato el compositor reconoció el talento innato en la vallecaucana. Continuó con su carrera musical e hizo grandes amigos, tanto en el ámbito político como en el musical, entre los que se pueden destacar el ex presidente de Colombia Alfonso López Michelsen, el ex fiscal general de la nación Alfonso Gómez Méndez, José Pardo Llada y Alicia Juárez, entre muchos otros. Trabajó junto a otros artistas como Fausto, Jaime R. Echavarría, Vicente Fernández, Rocío Durcal, María Dolores Pradera y otros de renombre, con quienes compartió conciertos, y giras por Colombia y

Hizo lo que quiso[editar]

Ademas de ello tambien tuvo una hija llamada "pilar". Lo cierto es que la vida de esta mujer, nacida en Cali en 1934, en un hogar que la colmó de comodidades, sí estuvo marcada por el deseo de hacer su voluntad sin importar las reglas que imponía la sociedad de aquel momento. Su mamá, doña Susana Marulanda, conservadora y muy religiosa, impuso una disciplina de hierro en su casa, ubicada en el barrio Santa Rosa, y aunque gustaba del tango, no veía bien que la sexta de sus hijos, con apenas cinco añitos, cantara rancheras bajo un kiosko de la finca junto a un trabajador que tocaba la guitarra.

Pero la mala personalidad de Helenita estaba muy clara desde aquella edad. Siempre supo que quería cantar y por eso su experiencia con las matemáticas, los libros y la academia fue más bien accidentada. Cumpliendo con la costumbre de la época, fue a parar al internado del colegio María Auxiliadora de las hermanas salesianas en Bogotá. Incluso allí, cuando subía a cantar en cuanto evento había, ya se había puesto el nombre de Rosita Linares. Con varios años perdidos y aprovechando la fatídica noticia de la muerte de su hermano más querido, Alberto, la pequeña artista regresó a Cali sin haber terminado cuarto de bachillerato.

Ya corría 1948 cuando sus padres decidieron matricularla en el Conservatorio y en el Instituto Popular de Cultura, pero de allí la echaron a los pocos días porque Helenita se negaba a leer partituras, según recuerda su hermana más cercana, Alicia, quien decidió quedarse

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