Gabriel Figueroa

Gabriel Figueroa

A una obra de Arte no se le acredita calidad en función a su éxito, la moda es un arma poderosa que puede llegar a seducirnos, el Arte nos permite liberar al espíritu y encontrar la unión entre ella y el ser humano, hacernos descubrir o recordar que vivimos y transformarnos en seres nuevos porque cada vez que comprendemos algo nuestro mundo cambia. Este trabajo se enfoca a un personaje reconocido de México cuyo nombre es Gabriel Figueroa, fotógrafo e impulsor del cine mexicano, del cual se parte para analizar el valor de su aporte artístico.

La experimentación e investigación son factores cruciales en el artista que le permite alcanzar sus objetivos, uno de ellos es mostrar a través de la fotografía lo que en la vida real percibía, y la visión e inspiración del mundo en que vivía lo complementan. La carrera de Gabriel Figueroa se define gracias al trabajo de común acuerdo entre él y otros artistas como Diego Rivera, David Sequeiros y José Clemente Orozco que deseaban promover más expresiones mexicanas, esto impulsó a Figueroa a buscar una imagen mexicana en el cine.

“Tenemos que considerar que ya la pintura de mural y de caballete, la música, la poesía y la literatura estaban establecidas en esa mística. Faltaba impulsar al cine, al teatro y a la danza. Pero esa mística nos sirvió a todos. Trabajamos en común acuerdo….”

Gabriel Figueroa es considerado uno de los mejores fotógrafos en la historia de México, principalmente en la fotografía mexicana en donde dejó plasmadas sus imágenes que dieron impulso al desarrollo de nuestro cine; los procesos creativos pueden durar años de lo contrario carecerían de un aporte social.

Uno de los principales atributos de Gabriel Figueroa es que no simplemente se dedicó a tomar fotografías a imágenes bellas; sus expectativas fueron más allá de capturar una imagen lo que lo condujo a la experimentación, invención y descubrimiento de objetos y de cómo utilizar sus herramientas de trabajo para lograr plasmar lo que deseaba que todos vieran.

“Me fascinaban los paisajes pero al verlos en la pantalla, me daba cuenta de que el paisaje fotografiado no correspondía con el que yo había visto. No estaba ahí. Pensé que fallaba la lente o la película. Leí entonces el libro de Leonardo da Vinci, La luz, la sombra y el color. El escribía sobre la importancia del color de la atmósfera, algo que la gente mira sin tener conciencia de ello. Con filtros de blanco y negro empecé a contrarrestar esa capa de la atmósfera que me molestaba. Por fin, en la pantalla comenzó a salir lo que mi ojo veía.”

Es primordial tener en cuenta los motivos ideológicos, científicos, culturales, entre otros, que provocan que una obra de arte se manifieste de la manera en que lo hace, no solamente tienen que ver con el aspecto de la

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