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Obras De Teatro


Enviado por   •  3 de Junio de 2014  •  3.087 Palabras (13 Páginas)  •  414 Visitas

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Título: El árbol de las risas

Autor: Mariana Ramos

Personajes: El árbol, Narrador, Luis, Pedro, Bertha, Gogo (El hombre Malo)

Se abre el telón y muestra una placita, que tiene en medio un árbol sonriente, con hojas de muchos tamaños y colores. Dos niños juegan a su alrededor.

Narrador: El árbol que está en medio de la plaza es el más sonriente de todos, la gente del pueblo lo ama, porque comparte sus sonrisas con los demás. De esta forma, nadie puede estar triste.

Después un niño triste entra a escena y se sienta por ahí cabizbajo.

Luis: ¡Ay que tristeza!. (Suspira).

Pedro: (Se acerca a Luis y pregunta) ¿Qué pasa?,¿Por qué estas triste?.

Luis: Me duele la barriga y no me permiten comer helado.

Bertha: (También se acerca). No estés triste. Te presentaremos a nuestro amiguito Risitas y veras que te sientes mejor.

Los tres chicos se acercan al árbol y juegan alrededor de él. Pronto Luis se siente mejor y comienza a reír.

Bertha: ¿Lo ves?, ¡te lo dije!, nuestro amigo Risitas, es especialista en curar la tristeza.

Narrador: Los niños jugaron hasta el atardecer y regresaron a casa muy contentos. (Los niños salen de escena y el árbol se queda solo). Al llegar la noche, el señor Gogo, vino desde un pueblo vecino y fu directo a la placita. A él no le gustaba que la gente fuese feliz, así que aprovechó que no había nadie, para arrancarle las hojas al pobre de Ricitas.

El hombre malo entra a escena, caminando de puntitas, y al llegar al árbol le arranca sus hojitas y lo patea en el tronco, hasta que deja de reír. Después sale de escena.

Narrador: A la mañana siguiente el árbol amaneció enfermo, casi muerto. La gente se puso muy triste cuando lo vio, y la risa desapareció de sus caras.

Pedro: ¿qué le habrá pasado?.

Bertha: ¿Alguien lo lastimó?.

Los niños recogen sus hojitas, lo cuidan, lo riegan.

Narrador: A pesar de los buenos cuidados de los niños, Risitas no mejoraba, hasta que Luis, regresó con una genial idea. (Luis entra a escena)

Luis: Para curarlo, tenemos que darle lo que nos dio siempre.

Todos los niños: ¡Sonrisas!.

Se hace lo que el narrador describe a continuación.

Narrador: Se juntaron todos, haciendo ronda alrededor del árbol, tomados de las manos y empezaron a reír. Rieron tan fuerte que la tierra vibraba. Risitas sacó nuevas hojas y se llenó de vida. En un principio apenas se escuchaban sus risas, pero terminó riéndose tan alto que contagió al Sol. Este envió las risas en cada rayito y así se inundaron de alegría también los pueblos vecinos. Así que el Señor Gogó, no tuvo escapatoria, de sus labios, comenzaron a salir risas. Y jamás tuvo intensiones de dañar al árbol de nuevo.

FIN

El Gatito Desobediente

Autora de esta adaptación: Isabel Tapiador

(Aparece un conejo llevando entre los brazos un montón de plantas de distintos tipos que deberá colocar aquí y allá, deben ser nuestra escenografía.)

CONEJO.-

¡No tengo tiempo, no tengo tiempo!

(¿Os recuerda a alguien?) (Mira a todos lados hecho un lío, no sabe donde colocar las plantas)

¡Esto está a punto de empezar!

(Se da cuenta de que está el público)

¡Uy, esto ha empezado ya!

(Se lleva las manos a la cabeza, con lo cual se le cae el montón de plantas)

¡Mis plantas!

(Intenta no pisarlas, se lía, resbala, se cae, se levanta)

Tranquilidad, mucha tranquilidad, soy el narrador, así que voy a narrar.

(Se coloca muy tieso y formal, de repente hace una mueca, como un espasmo nerviosoque pasa de inmediato y comienza a narrar; esta mueca nerviosa le sucederá de vez en cuando.)

Érase una vez un gatito, tan pequeñito, tan pequeñito, que ni siquiera sabía que era un gatito. (Mueca nerviosa) (Mira hacia los lados receloso y dice la siguiente frase como si fuera un secreto)

Vivía entre los humanos, esto siempre le lía a uno un poco.

(Mueca nerviosa)

Este gatito, que se llamaba Ambrosio, cosas de humanos, era también muy, muy, muy desobediente. Un día, la niña humana que era su dueña…

(Mueca nerviosa)

…La niña le dijo “No salgas del jardín, que te puedes perder”.

¿Y qué hizo el gatito Ambrosio? ¡Se escapó al bosque!

Ahora mismo lo vais a ver, yo lo sé porque andaba por allí.

(Ve las plantas caídas, recoge todo el ramillete)

¡Oh, no hay tiempo, no hay tiempo!

(Sale de escena, de inmediato vuelve a entrar con una sola planta que coloca en algún lugar de la escena.)

CONEJO.-

¡Perdón!

(Coloca planta, mueca nerviosa, se va)

(Aparece en escena una vallita blanca de madera, por la que vemos aparecer al gatito, primero se asoma despacio, varias veces, por fin abre la valla y sale del jardín, le vemos entero, está emocionado)

GATITO.-

¡El bosque!

(De repente sale a todo correr hasta que dejamos de verle, desaparece la vallita blanca y entra conejo)

CONEJO.-

¡Perdón!

(Coloca planta, mueca nerviosa, se va)

(El gatito Ambrosio cruza toda la escena, se mueve rápido emocinado, mira a todos lados, se detiene en un momento del recorrido para decir:)

GATITO.-

¡Qué bonito

...

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