Cuauhtémoc

Cuauhtémoc

La defensa del Quinto Sol

Como podemos retener infinidad de detalles, estas ideas que necesitan un orden. Solo basto un primer capitulo de lectura para descubrir lo poco que conozco de la inmensidad de una lengua, Náhuatl. Quise mantener el ritmo con los diferentes términos y significados que en esta lectura encontré, una hoja al principio. Palabras como: Tecuichpo, Tezcatlipoca, Miquiztli, etc. Que escaso es mi conocimiento en la raíz de mi cultura, historia y tradiciones.

Quisiera resaltar re saltar párrafos específicos de descripciones que me hicieron adentrarme, no el la lectura sin no, e las imágenes que se iban construyendo en mi imaginación. El tiempo no existe desde que empezó la verdadera batalla. ¿Cuántas batallas más antes de esta? La bruma densa que opaca e impide ver el contorno de los sucesos, la sangre y muerte de los cadáveres ambulantes. Fue en ese momento en el cual todo no tiene sentido ni existencia; sin el tiempo no hay nada. Antes de estos días que ya presagiaba Tezcatlipoca, la vida en la gran Tenochtitlan transcurría sin exalto.

Las imágenes han quedado grabadas en mi mente de aquellas guerras entre Tenochtitlan y sus pueblos vecinos. Algunas de estas solo para satisfacer a Moctezuma y arrancar el corazón de los guerreros tlaxcaltecas, y traer prisioneros a cuantos pudiesen para después ofrendarlos a Huitzilopochtli. La piedra del Sol esperaba a sus prisioneros señal de una victoria divina. Fiel a sus creencias, tradiciones y gente era Cuauhtemoc. La desconfianza no se había asomado en la mirada del aguerrido jovencito, si no hasta que llegaron ordenes contradictorias de Moctezuma: matar a diestra y siniestra, no importando si tomaban o no prisioneros para su téotl. Pero los Tlaxcaltecas están dispuestos a morir y no en el templo ante los dioses.

En estas guerras floridas solo vale acabar con el territorio enemigo de Huexotingo-Tlaxcala, así el Imperio azteca será mil veces probada ante los hombres, sin embargo, matar por matar es todo lo contrario de lo que los venerados sacerdotes del Calmécac le enseñaron a Cuauhtemoc, junto a el en esa desventurada guerra florida murieron guerreros de la Triple Alianza: Tenochtitlan, Texcoco, y Tlacopan. Al final de la contienda logro capturar un gran numero de Tlaxcaltecas. Moctezuma decidió otorgarle el manto o tilma de ricas plumas y nombrado señor de Tlatelolco.

Habria de renacer la serpiente emplumada y su llegada nos llenaría de pavor y dolor. Moctezuma ya veía su destino destruido de aquella noticia que llego a sus oídos, en aquella ocasión en que grandes sierras o cerros se movían de un lado a otro en el mar, y de ella desendieron hombres con barbas rubias como los rallos del sol, con armaduras de fierro; estos no mostraron señal alguna frente al altar de los sacrificios. Pienso que al fin se cumplen lo presagios de

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