ECONOMIA AMBIENTAL SUSTENTABLE

ECONOMIA AMBIENTAL SUSTENTABLE

ENSAYO

Introducción

Aproximadamente durante las dos últimas décadas y en concreto desde el “Informe Bruntland” de 1987, la conciencia ambiental ha crecido a nivel mundial, entendida como aquella preocupación social hacia el efecto que tienen las actividades económicas realizadas por el hombre sobre el medio ambiente. De esta forma, en el ya mencionado Informe, se planteaba por primera vez la necesidad de crecer o tender hacia un desarrollo sostenible y sustentable, esto es, desarrollarse de forma armónica, satisfaciendo las necesidades actuales sin comprometer o poner en riesgo las necesidades de las futuras generaciones.

Por tanto, el tan anhelado desarrollo debía incorporar un análisis intertemporal e intergeneracional sobre los recursos económicos^[1]. Ahora bien, este nuevo termino planteaba un sin número de cuestiones tales como ¿Cómo contabilizar o cuantificar las bondades de la naturaleza? ¿Cómo resolver la problemática existente entre lo actual versus lo futuro? ¿Es posible salvaguardar el futuro o simplemente es inevitable la destrucción de la tierra? ¿Cuáles son los límites del desarrollo?

Desarrollo

Gracias a los avances en la ciencia económica, tanto en lo teórico como aplicado, se propuso desde el principio valorar los distintos recursos tangibles e intangibles de la tierra como bienes y servicios ambientales^[2], logrando con ello, (i) la asignación de precios de mercado y (ii) la maximización del valor económico, social y ambiental de los mismos.  

Finalmente, se tomó la evaluación social de proyectos como una herramienta para la toma de decisiones adaptada al campo ambiental, siendo el análisis costo-beneficio^[3] el más extendido de todos.

Lo que hace interesante el análisis costo-beneficio no es solo el hecho de tener una visión más macro y social, si no también, su alargamiento en el tiempo, es decir, se pregunta ¿Cómo los costos y beneficios a futuro deben ser valorados? Cuestión clave que está directamente relacionado con el concepto de sostenibilidad. Por tanto, el ACB estima el valor actual neto de alcanzar un determinado resultado social. Aquí es donde cobra especial relevancia la tasa de descuento, ya sea en tiempo discreto o en tiempo continuo, porque permite traer al presente el valor futuro de un proyecto para la toma de decisiones, siempre y cuando existan varias alternativas a elegir, como por ejemplo, preservar o talar un bosque.

Dentro del ACB, existen dos criterios de decisión: el primero, el Valor Actual Neto (VAN), y el segundo, la Tasa Interna de Retorno (TIR). Ambos cálculos incorporan en sus fórmulas la tasa de descuento. En proyectos de inversión a largo plazo, la tasa de descuento juega un papel trascendente. Por ejemplo, si un $ 1 dólar hoy a una tasa de interés del 6% anual valdría $ 7.59 millones a los 800 años ¿Qué pasaría si con ese dólar se plantaría un árbol? Es decir, a una tasa de descuento del 6%, éste tendría que valer $ 7.59 millones a los 800 años para que convenga plantarlo.

De ser así, estaríamos comprometiendo el futuro de las generaciones venideras^[4]. Ahora bien, cuando nos interrogamos acerca de si conviene preservar o hacer uso de los recursos naturales debemos señalar qué es lo que estamos valorando de los mismos. Supongamos un árbol. Valoramos el hecho de que este de pie o la madera que nos puede ofrecer para los distintos usos. Si solo valoramos la madera, convendría plantar aquellas especies cuya tasa de crecimiento sea superior a la tasa de descuento, de forma que en términos económicos, sería más rentable sembrar que dedicar aquellas tierras para el cultivo. Por el contrario si creemos que es preferible sembrar cualquier tipo de árbol incluso a una tasa de descuento mayor que la tasa de crecimiento, es porque estamos reconociendo algún valor al árbol en pie.

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