ECONOMIA.

Nuestros comentarios en el presente ensayo se apoyarán en las contradicciones y enfrentamientos entre las corrientes que defienden el desarrollo tecnológico, en pro de los fines del materialismo y la industrialización a ultranza y los que por otro lado, mantienen una posición en defensa de la necesidad de una tecnología que responda directamente a los intereses y el bienestar del ser humano.

Se podría preguntar ¿Qué sería del mundo sin la tecnología? ¿Podríamos vivir allí?

La respuesta es un no rotundo. Estamos rodeados de ciencia y tecnología, casi todo lo que usamos son productos de la tecnología. Ella es la que pone a trabajar los conocimientos de la ciencia para satisfacer las necesidades de las personas.

Sin embargo, se dice que la tecnología ha modelado el mundo moderno y aunque ésta ha sido creada por el hombre, esta se ha venido convirtiendo en algo cada vez más inhumano.

Esta afirmación encontraría sus sustento en el hecho que la tecnología no conoce límites tiene sus propias leyes y principios. Su desarrollo tiene mayor importancia que la necesidad de mantener la supervivencia de la naturaleza humana; aunque paradójicamente la excusa de la inversión de tiempo, hombres y dinero en ella, sea para el supuesto progreso de la humanidad.

Por su parte, la naturaleza mantiene la lucha para mantener su equilibrio; cuenta con respuestas y limites a los fenómenos y situaciones que pudiesen provocar sus descontroles: la naturaleza se integra, se equilibra, se ajusta y se limpia.

Es evidente que el desarrollo industrial y su necesidad de obtener mayores ganancias y multiplicación de las inversiones, además del interés por mantenerse en la vanguardia de los avances científicos y técnicos; desestima y/o considera como de segunda importancia, lo concerniente a la preservación de la naturaleza y su respectiva estabilidad, lo que se ha venido conociendo como el equilibrio ecológico para lograr la preservación de las especies animales y vegetales en el mundo.

Observamos entonces que los avances de la industrialización deberían de haber generado la riqueza, el trabajo y el beneficio suficiente para haber logrado el máximo de la felicidad, igualdad y equidad en la humanidad; mas sin embargo, parece que aun en el siglo XXI, las diferencias entre los países ricos y los pobres es cada vez más marcada. Los niveles de pobrezas han aumentado y los problemas del desempleo atentan contra la supervivencia de gran parte de la población.

Ahora bien, se pudiese afirmar que los países desarrollados y los que cuentan con mayor tecnología deberían de tener una población satisfecha, con un equilibrio en la utilización del tiempo, donde se pude compartir con familias y amigos porque existe el tiempo necesario para el ocio; con pleno empleo y un nivel de vida apropiado. Pero contrariamente a ello, la velocidad de la vida va acorde con el de las “maquinas” y las desigualdades también se dejan ver en estas sociedades.

Por otra parte en los paises menos desarrollados, donde el trabajo manual y el uso de la mano de obra en actividades artesanales y no tecnificadas, existe el tiempo que el ser humano necesita para compartir y disfrutar de todos los aspectos de la vida del ser humano, además de desarrollar su creatividad.

Desde ese punto de vista se podría afirmar que la tecnología surge como un limitante en el uso del cerebro, las manos y el desarrollo de la creatividad del ser humano.

Aunado a ello, con la maquina o tecnología como herramienta y los proceso automatizados que rodean el tiempo de labor del ser humano, estos terminan actuando como maquinas, autómatas, cerrándose o limitándose las posibilidades de desarrollar habilidades.

Es por ello que se propone reorientar la aplicación del desarrollo tecnológico de manera tal que se busque lograr el equilibrio entre un estilo de vida

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