Factores De Produccion

NEOLIBERALISMO, GLOBALIZACIÓN Y LAS PRÁCTICAS LECTORAS JUVENILES

La juventud se ha convertido en un tema vigente no sólo en México sino en la geografía planetaria debido a que, en el ahora, ésta fase de vida del sujeto representa una complejidad no sólo por las dificultades que le son “inherentes”, como la crisis de la adolescencia, el conflicto generacional, sino también por otras específicas de la época, tales como la inserción laboral poco viable, la inseguridad ante el futuro, el desempleo juvenil” (Guerra y Guerrero, 2005:15). Insertados en una sociedad cruzada por el fundamentalismo de los órganos financieros, la rapacidad del libre mercado y la voracidad de los grandes monopolios por absorber y controlar desde la educación hasta la canasta básica alimentaria. La sociedad del libre mercado, de los grandes avances tecnológicos, telemáticos e informativos, de las poderosas trasnacionales que han construido sus macro-plazas como esparcimientos para el consumo de todo tipo de novedades; se sigue consolidando sobre desigualdades sociales y culturales profundas e injustas, sobre la violencia que se instala como fantasma que dificulta los lazos sociales. El salvajismo económico que produce la globalización transnacional y el neoliberalismo:

Han traído consigo efectos desesperanzadores en los jóvenes; cuando la solidaridad ha perdido terreno, cuando la desconfianza en la política es profunda; cuando el número de chicos que quedan fuera de la escuela y del trabajo aumenta día con día.(Pérez, 2007:3).

En medio de éstas profundas y complejas características actuales, la escuela aparece en el ojo del huracán, con severos cuestionamientos a su labor y función educativa y social. Si anteriormente, ingresar al colegio representaba una alternativa para insertarse al mundo del trabajo; actualmente un gran porcentaje de aquellos que terminen una trayectoria escolar se encuentran marginados del campo laboral. La escuela como uno de los grandes campos educativos parece que empieza a retrasarse como ruta de identidad social en la vida de los jóvenes.

La pérdida de horizontes para construir identidad y generar certidumbres juveniles se enmarca en procesos mucho más profundos, amplios y complejos, agudizándose cuando se miran desde la escuela, incrustada en la volatilidad del presente siglo.

Sin embargo, a pesar de los nuevos signos sociales, políticos, económicos y culturales tan abrumadores; la escuela sigue representando un lugar, un rumbo, una frontera de enlaces identitarios, sociales y culturales para los estudiantes. Madeja de hilos que los sostienen para que no se conviertan en sujetos sociales desconocidos e inasibles. Los alumnos preparatorianos que refieren a la escuela como posibilitadora de acciones, haceres, saberes y posicionamientos. Efectivamente, también los constriñe, el cumplimiento de las normas escolares no embona a la perfección con las de la juventud. El centro de las diferencias radica en el rechazo que se da como polos

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