Finanzas para el emprendedor

Al momento de pensar en iniciar un negocio, se debe tomar en cuenta un mínimo de capital para empezar. Especialistas del área recomiendan disponer de un capital propio en torno a la mitad de la inversión total necesaria. Con el plan en la mano, otra decisión clave es cómo repartir el dinero propio y decidir en qué inversiones vamos a recurrir a financiación ajena. Se debe realizar un análisis de gastos y costes para comprobar si existe un problema estructural o bien se trata de un problema de gestión de cobros. Si la ayuda de liquidez no se obtiene mediante la financiación crediticia, tiene que generarla la propia actividad o la aportación de socios o terceros.

Ante la falta de liquidez inmediata en la empresa, hay tres posibles salidas:

1. Renegociar la deuda.
2. Solicitar una cuenta de crédito.
3. Gestionar pagos de clientes y proveedores.

Desde el punto de vista fiscal, en el tratamiento del IVA no hay diferencias entre leasing y renting: en los dos se deduce el IVA de la cuota mensual. Sí las hay, en cambio, en el plazo de amortización de los bienes adquiridos. Una de las ventajas del leasing es que puedes elegir una amortización acelerada (con el renting no); una opción interesante para un año con muchos beneficios, ya que deduces más dinero en menos tiempo.

Se conoce como apalancamiento financiero, que consiste en buscar un aumento de la rentabilidad del negocio con deuda. Se recomienda aplicar un apalancamiento financiero cuando el coste de capital de los recursos financieros ajenos sea inferior a la rentabilidad que se puede obtener del negocio. Esta fórmula permite un crecimiento más rápido ya que, en ausencia de recursos económicos propios, la financiación ajena nos permite invertir más en el negocio y obtener más rentabilidad.

Cuando la rentabilidad del negocio sea inferior al coste de la financiación ajena, estudiar por qué se está produciendo esa rentabilidad inferior. Si se identifican las causas, podrán tomarse las medidas adecuadas. Básicamente, cualquier medida que disminuya los costes y aumente los ingresos será positiva, como:

1. Outsourcing.
2. Renegociar la deuda.
3. Revisar la política de precios.
4. Buscar nuevos recursos.
5. Emisión de obligaciones.

Entre algunas de las ideas que se pueden aplicar en un negocio que tenga desajustes entre los pagos a proveedores y el cobro de los clientes, están las sigtes:

1. Descuento comercial.
2. Factoring.
3. Confirming.

Un aval técnico es el que se encarga de ofrecer garantías del cumplimiento de una obligación. La entidad financiera que lo concede responde por el avalado ante los Tribunales de Justicia o ante un organismo público de los compromisos no económicos asumidos por la empresa. Cuando se requiere de una financiación para ampliar el negocio y no se posee ningún aval, una opción simple es acudir a una Sociedad de Garantía Reciproca (SGR), quien es la responsable de representar al dueño del negocio frente a la entidad bancaria. Para conseguir este aval, se debe ser socio de la SGR.

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