HISTORIA DE LA PUBLICIDAD

Hablamos de publicidad desde el primer momento en que el ser humano comunica sus ideas para propagarlas o generar una acción de consumo a través de estrategias de persuasión.

El primer anuncio fue hallado hace miles de años en Tebas, era un papiro en el que se informa lo siguiente:” la persona que encuentre un esclavo hitita que se ha dado a la fuga, y lo lleve de vuelta a la tienda de GAPU, donde están las mejores telas de Egipto, recibirá una moneda de oro”.

Alrededor del año 480 A.C los griegos hacían cilindros donde plasmaban cualquier forma de comunicado a este lo llamaban Kyrbos, mientras que los Romanos, usaban tablones permanentes de gran tamaño y papiros que se pegaban en los muros para informar comunicados, venta de esclavos, especias y un sin número de artículos; Los muros se prestaban para pintar en ellos cualquier forma de ofrecimiento de los mejores productos, importante mencionar a los pregoneros quienes hasta el día de hoy permanecen vigentes (¡Siga usted dama caballero!, ¡Delicioso almuerzo ejecutivo por tan solo 5000 pesitos!).

Estas formas de anunciar y llamar la atención, continuaron desarrollándose aun durante la edad media cuando comienzan a aparecer los grabados ó xilográficas, usados por la iglesia para propagar sus comunicados.

Años más tarde Gutenberg difunde la imprenta, provocando una revolución en cuanto a los procesos de comunicación; al mismo tiempo los centros urbanos crecen, se multiplican y es relevante a simple vista la necesidad de comunicar en masa, propiciando el desarrollo de la publicidad.

La revolución industrial toma un papel importante en este tema, ya que la variedad y el número de productos se multiplican, las tiendas se llenan de miles de artículos y la demanda aumenta, aparecen muchas marcas de un mismo producto y cada empresa hace lo posible por vender la suya.

A principios del siglo XVIII los periódicos para cubrir los costos de producción, inventan la venta de espacios con fines publicitarios, lo que hoy en día llamamos tarifa publicitaria; esta idea se desarrolla muy bien, abriéndole camino a un negocio muy bueno que tomará forma un siglo después en parís “las agencias de publicidad”, encargadas de prestar servicios a los anunciantes y mediar las negociaciones con el medio de comunicación.

La publicidad entonces se profesionaliza a finales del siglo XIX e inicios del XX, un sin número de carteles de muy buen empeño gráfico adornan las calles y los establecimientos comerciales, como también llenaban secciones enteras dentro de los periódicos; pretendían mantener el nombre del producto en la mente del potencial cliente, esto funciono por un buen tiempo, ya que un buen nombre puede decir mucho y al mismo tiempo hablar muy poco ó nada.

Surgen espacios en los carteles donde los argumentos toman un papel muy importante “Vender con palabras”, apoyándose de la radio para

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