ÉXITO DE LOS PROYECTOS ESTATALES COLOMBIANOS ¿UN MITO?

ÉXITO DE LOS PROYECTOS ESTATALES COLOMBIANOS ¿UN MITO?

En la actualidad colombiana denominar a cualquier idea o tarea “proyecto”, forma parte de la idiosincrasia política nacional. Para todos o la gran mayoría de los que compartimos el territorio nacional y que somos gobernados, la frase “proyecto del estado” suena importante, da estatus, hace que las personas que participan en él se sientan parte importante de algo, crea sentido de pertenencia, reaviva el patriotismo, significa una oportunidad laboral. Pero dadas estas características ¿Le estamos dando la relevancia que se merece esta palabra denominada “proyecto”?, ¿Conocemos realmente que implica llevar a cabo un proyecto exitoso?

Sin lugar a dudas las entidades del estado, las cuales en nuestra triste realidad se convierten en las principales (claramente no las únicas) gestoras de ideas para desarrollar, identificándolas como las poseedoras de recursos, de poder de ejecución, tienen en su haber infinidad de tareas por realizar, que si bien en algunos casos les han sido encomendadas o en otros se dan por iniciativas propias, tienen la enorme responsabilidad de desarrollarlas de manera exitosa.

Pero es el mismo éxito el que pareciera ser imposible de alcanzar al emprender el camino de un proyecto dentro del estado colombiano y/o sus entidades, debido a que se evidencia claramente que no se entiende la magnitud de lo que se inicia y mucho menos de lo que se pretende desarrollar, al parecer no existe la ruta, siempre se está a la deriva.

Las entidades deben comenzar por entender que para lograr lo que se proponen de manera exitosa, a través de sus proyectos, no deben anteponer el capital político que tienen y mucho menos los intereses de particulares, sino y aunque suene a frase de cajón, debe primar el bien general. Pero ¿Cómo lograr el tan anhelado éxito dentro de los proyectos que inicien?, la formula no la podemos dar con absoluta certeza debido a todas las variables que se involucran en el proceso, pero si podemos determinar los pasos básicos a tener en cuenta para encaminarlo de manera correcta.

Enmarcar un proyecto dentro de preguntas básicas como lo son ¿Qué se quiere hacer?, ¿En qué tiempo se quiere hacer?, ¿Con cuales recursos se cuentan y cuanto de ellos se quieren utilizar? ¿Cómo se va a hacer?, ¿Cuáles riesgos se asumen al desarrollarlo?, ¿Qué espero del producto final?, si bien no garantiza su calidad de exitoso desde el principio, si permite estar muy cerca de cumplir con los objetivos que se han propuesto al iniciarlo, que dado el caso podría traducirse en bienestar general.

El alcance, tiempo, costo, riesgo y calidad se convierten de esta manera en las variables indispensables y claves que se deben considerar por parte del estado, cuando de iniciar un proyecto se trate, sin importar el escenario, el momento, ni los factores externos que lo puedan afectar; el como representante de todos tiene la responsabilidad de entregarnos productos bien elaborados, él tiene la responsabilidad de GERENCIAR LOS PROYECTOS, él tiene la responsabilidad de que el proyecto estatal no se considere un mito y que podamos volver a confiar en él.

...