AXIOLOGIA
lukabrazi23 de Septiembre de 2012
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¿PARA QUÉ EDUCAR EN VALORES?
¿Qué son los valores?
La persona como sujeto histórico – social hace
valoraciones y al hacerlo crea los valores, y los
bienes en los que aquellos se representan. Es decir,
los valores son construcciones que subsisten y se
realizan en el ser humano, por y para éste. En
consecuencia, las cosas naturales o creadas por el
sujeto, sólo adquieren un valor al establecerse la
relación entre aquellas y éste, quien las integra a
su mundo como cosas humanizadas.
Al referirse a los valores, Izquierdo C (2003)
reconoce que “el sujeto valora las cosas, y el
objeto ofrece un fundamento para ser valorado
y apreciado” (Pág. 13). Ello determina, según
Moleiro, M (2001) que:
Las cosas no son valiosas por sí mismas,
sino que tienen el valor que nosotros
les damos y, por eso cada persona
tiene su propia escala de valores.
Asimismo, especifica, que no todos nos
comportamos igual ante las vivencias
y los problemas de la vida; según los
valores a los que les damos prioridad, le
damos sentido a lo que hacemos (Pág.
10).
Se reconoce así, que los valores son cualidades
peculiares, que poseen ciertas cosas llamadas
bienes, y se originan en la relación que se establece,
entre el sujeto valorante y el objeto valorado. Sin
embargo, es necesario reconocer la existencia de
valores con respecto a los actos representativos de
la conducta humana, esencialmente de la conducta
moral. Todo acto humano implica la necesidad de
elegir entre varios actos posibles, por ende, hay
selección, pues preferimos uno a otro acto, el
cual se nos presenta como un comportamiento
más elevado moralmente. Según Zambrano de
Guerrero, A (2003):
La persona expresa su elegibilidad,
mediante la captación de realidades
éticas percibidas del mundo exterior,
a través de los sentidos genuinamente
selectivos, que siempre la realiza de
diversos estímulos, aceptando sólo
aquellos, vinculados con los esquemas
sensorio- motrices y los esquemas
noéticos que el ser humano ha construido
o está en vías de construcción (Pág.
150).
Por consiguiente, la valoración moral se
nos presenta como un requisito esencial para
conferirle valor moral a los actos o productos
humanos. Sólo lo que tiene significación humana
puede ser valorado moralmente. Esto permite al
his varied relation life, to learn them of people who are significant to him. This test emphasizes the
importance of the educational process, essential mediator for the diffusion of the values; as well as why
teaching values, under a teleological, tending direction to humanize us more like people, for the sake of
solidarity and humanity. Finally, it makes reference of the health care as a fundamental value in people’s
life, value that requires to enrich it and to maintain it, by self-care actions linked to life’s styles.
Key Words: Teaching – Values - Health.
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¿Para qué educar en valores? ● Berta Guevara / Amarilis Zambrano de Guerrero / Ani Evies ● PP 76-86
sujeto valorante asumir una actitud aprobatoria o
de rechazo a un acto u otro y lo hace como ser,
que pertenece a un grupo social y está inmerso en
un contexto histórico- social determinado.
A su vez, la valoración favorece la creación
de valores que actúan como directrices para la
conducta humana, pues son los que dan sentido
y finalidad a la persona tanto individual como
social. Al respecto, Izquierdo C (2003) expresa
que los valores son “los ejes fundamentales por
los que se orienta la vida humana y constituyen
a su vez, la clave del comportamiento de las
personas” (Pág. 14). El autor admite que, los
valores “dinamizan nuestra acción y nuestra vida;
dignifican y ennoblecen a la persona e incluso a
la misma sociedad” (Pág. 13). Esto reafirma la
idea de que en la perspectiva de toda conducta
humana, subyacen los valores, los cuales dirigen
y dan sentido al proceder individual y social de
cada persona.
¿DÓNDE APRENDEMOS LOS VALORES?
El ser humano es una subjetividad entretejida de
socialidad, pues vive condicionado por la cultura
que asimila a través del proceso socializador de
los grupos a los cuales pertenece. Dicho proceso
favorece el aprendizaje de valores, actitudes,
creencias, hábitos necesarios en la persona para
participar eficazmente como miembro: individual
y/o grupal.
El aprendizaje de los valores se alcanza en la
vida de relación con los demás; de esta manera,
las relaciones interpersonales se convierten en
la plataforma del proceso de formación de los
mismos, por medio de las interacciones que
se crean con personas significativas, es decir,
aquellas que dejan improntas importantes en la
personalidad de sus alteregos.
La vida de relación con los demás surge
originalmente en el grupo familiar y se amplia
progresivamente con los demás grupos
estructurantes de la sociedad. Moleiro, M (2001)
identifica al menos cuatro colectivos que tienen
gran influencia en la formación de nuestros
valores: “la familia, la escuela, los medios de
comunicación y el grupo de los iguales que
varían según la edad” (Pág. 12). Los valores son
parte del acervo cultural de nuestros mayores. Es
la verdadera herencia que nos legaron nuestros:
padres, maestros, o quienes ejercieron un rol
significativo en nuestras vidas.
LA EDUCACIÓN COMO MEDIO PARA LA
DIFUSIÓN DE LOS VALORES.
Desde la concepción hasta su muerte el ser
humano vive una constante correspondencia
con su ambiente, mediante una interacción de
influencia mutua. Tal interacción se produce en
su relación con el cosmos, la naturaleza y con
la sociedad de la cual forma parte. De ésta, la
persona recibe las normas y los valores sociales;
los asimila de acuerdo con sus inclinaciones y los
utiliza para enriquecer y/o modificar su propio
comportamiento, de acuerdo a sus principios
personales.
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¿Para qué educar en valores? ● Berta Guevara / Amarilis Zambrano de Guerrero / Ani Evies ● PP 76-86
Todo ello se enmarca en lo que se conoce como
educación. Este concepto que puede catalogarse
como sinónimo de influencia, se da en forma
asistemática en la familia, y grupos sociales a los
que pertenece el viviente humano; pero también
puede darse en forma organizada, sistemática
e institucionalizada, según planes previamente
establecidos. Ambas significan la preparación de
la persona para la vida y por la vida.
La familia como grupo primigenio de la
sociedad, juega un papel determinante en el
proceso de formación de valores. Allí se gestan
valores tales como: la colaboración, el compartir,
la solidaridad, entre otros. De ahí la razón, por la
que Moleiro, M (2001) señala que la familia es la
“primera escuela de valores donde se forman los
primeros hábitos”. A su vez, la autora especifica
que la escuela es “un medio de formación
de valores, es el lugar donde el educador debe
mantener una actitud transmisora de valores,
siendo lo más importante el ejemplo coherente
entre lo que el docente dice y lo que hace” (Pág.
12). Esta sinergia entre el decir y el hacer honesto
del educador, en cualquier escenario, es lo que lo
dignifica ante los alumnos y lo convierte para
ellos, en una persona creíble y “significativa”
López, M (2001) refiere que la educación
implica un proceso de relación en el que los seres
humanos nacidos los unos para los otros, los
eduquemos con y para los demás. Al establecer la
relación con el otro, lo vemos como un ello hacia
el progresivo desarrollo de un sentido humano y
humanizante de interacciones; en las que vemos
al otro como un tú, como un sujeto con la misma
dignidad que nosotros. Asimismo, reconoce que
la educación es un proceso por el cual se pasa
progresivamente del yo – ello al yo – tú. Allí
se resignifican los unos para los otros, desde el
sentido egoísta de ver a los otros como seres para
mí, al sentido liberador de transformarme a mí
como un ser con y para los demás. Esta última
idea puede considerarse como una vía pertinente
para humanizarnos más como vivientes humanos,
en aras de una humanidad más solidaria.
Juárez, J y Moreno, A (2000) expresan que:
La educación es dinámica con tendencia
a nuevos procesos educativos cada
cierto tiempo; por lo que adquiere
diversos matices a partir de la realidad
del momento, que hacen de ella un
proceso renovado es decir, regenera
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