Arrepentimiento

Arrepentirse está bien

Ps. Pablo Carranza

En algunas terapias de la psicología popular se maneja mucho esa consigna de “nunca te arrepientas de lo que hagas” o evitar arrepentirse de decisiones que tomamos en el pasado, pero eso es una equivocación.

Porque es claro que la capacidad de juicio es la más importante de las capacidades de nuestra mente y hacer juicios del pasado nunca debe estar perturbado por la complacencia. El juicio debe ser estricto para ser imparcial. Valorar lo bueno y lo malo no puede estar afectado por un “hago como que no es importante o como que no me duele”. Esto es hacernos tontos nosotros mismos.

El juicio de nuestro pasado debe ser totalmente honesto. Poder decir “me arrepiento” de lo que dije, de lo que no dije, de lo que hice o lo que no hice, de haber estudiado tal carrera, de no haber estudiado tal otra, de haber trabajado en esa empresa, de haber renunciado a esa otra, de haber conocido a esa persona, de no haberle dicho que la amaba a aquella otra, de haberme casado con tal persona, de no haberme casado con tal otra, de haberme quedado soltero y hasta de tener hijos o no tenerlos.

Parece egoísta y lo es, porque el Yo es egoísta primero para poder compartirse después.

Todo es cuestión de análisis riguroso y no importa que nos invada la nostalgia y la tristeza por lo perdido, debemos afrontarlo. Y tal vez llorarlo y decirlo y sobre todo no engañarnos con eso de que “no me arrepiento de nada”. Eso es falso. Es una mentira que nos queremos creer. Es una cortina de humo para no ver nuestros desaciertos. Y no somos robots.

Muchas cosas en la vida hemos hecho o dejado de hacer de las que en verdad estamos arrepentidos. ¿Por qué no asumirlo? ¿Por qué no lo afrontamos? ¿Para no “sentirnos mal”?

Entonces seguiremos creyendo que hemos estado en un mundo de terciopelo y de color de rosa donde nunca me he tropezado, donde todo ha sido perfecto y maravilloso.

La vida es un continuo de ensayo y error. Debemos ver los errores, reconocerlos, arrepentirnos, enjugar las lágrimas, guardar el pañuelo, ponernos de pie y seguir caminando.

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