Autoconcepto Emocional

El Autoconcepto Emocional.

Se refiere al autoconocimiento del sujeto, en relación a la aceptación y evaluación de sus emociones; y si el mismo tiene control de las situaciones y emociones, respondiendo adecuadamente a los diferentes momentos de su vida cotidiana. Esto, porque las emociones son un estado, temporal y fluido, o un rasgo más estable, según el cual cada persona tendría un valor de referencia esperado en cada emoción concreta por ejemplo en la ira, la alegría, el miedo, la sorpresa; que de no manejarse adecuadamente, serian contrario a estados anímicos de perseverancia, optimismo, y fe.(George, 1986).

Analizando esta conceptualización sobre autoconcepto emocional las personas mostraran un equilibrado autoconcepto de este tipo, cuando aprendan a manejar operativamente emociones de angustia, desanimo, pesimismo, ansiedad, rechazo, regocijo, rabia, miedo, aversión, desconcierto, tristeza, pena, desprecio, sumisión, aburrimiento, frustración, o decepción, y puedan ejercer un control de las mismas a fin de evitar la emisión de conductas inadecuadas.

Salovey y Meyer (1997), definen cuatro habilidades básicas en el dominio del autoconcepto emocional; la habilidad para percibir, evaluar y expresar adecuadamente las emociones, (tanto las propias como las de los demás); la habilidad para acceder, generar y utilizar los sentimientos cuando esos sentimientos facilitan el pensamiento; la habilidad para comprender la información emocional, cómo las emociones se combinan y saber apreciar los significados emocionales y; la habilidad para estar abierto a los sentimientos, modular las emociones propias y las de los demás, y promoverlas como base para el crecimiento personal.

Sobre estas habilidades, para formar el autoconcepto emocional bien fortalecido es necesario el dominio de emociones que se manifiesten en un momento dado o una situación particular, porque las personas tienen diferentes modos de responder ante diferentes estímulos, y es en ese momento que, se debe actuar con asertividad para el dominio de las respuestas emocionales. También, es transcendental para la conformación fortalecida del autoconcepto emocional aceptar con tolerancia sentimientos distintos a los que ostentamos; aceptar y lidiar la ira para que ésta no se endurezca y se convierta en resentimiento.

Sobre el autoconcepto emocional, Salovey y otros (2002) revelaban que el control y discernimiento de emociones en el individuo daban lugar a menos síntomas físicos de deterioro en la salud, seguridad, buen ánimo, menor ansiedad social y depresión, mejor autoestima y satisfacción interpersonal. Dicho diferente, un adecuado autoconcepto emocional está estrechamente ligado con el bienestar subjetivo; porque esto favorece un pensamiento más alejado de concepciones cognitivas erróneas; más variedad de posibles conductas asertivas al tomar decisiones; y la detención de emociones negativas persistentes.

El autoconcepto emocional también admite, el establecimiento de vínculos sociales con otras personas para compartir experiencias positivas que no sólo generan bienestar en el momento, sino que también favorecen el establecimiento de vínculos duraderos. Aún más, las personas que sientan un elevado afecto positivo estarán más atraídas a ayudar a los demás y a involucrarse en tareas cooperativas.

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