Diferencias Económicas

Las diferencias económicas a nivel mundial están presentes en cualquier parte del mundo, en mayor o menor medida, pero lo están. Sin embargo, a pesar de encontrarse diferencias en cada sociedad son más patentes cuando comparamos familias del tercer mundo con familias que pertenecen al mundo desarrollado. Estas diferencias económicas se pueden apreciar al comparar los bienes pertenecientes a cada una de estas familias. Aquellas familias que cuentan con importantes beneficios mensuales reúnen un amplísimo abanico de productos, primando en su mayoría aquellos objetos superfluos cuya única aplicación es el entretenimiento, como por ejemplos la televisión, videojuegos, instrumentos, cámara... Además dichos objetos, principalmente los tecnológicos, son de vida muy corta, no solo por la obsolescencia programada , sino porque su compra en muchos casos está determinada por modas, y al cambiar la moda se cambia el objeto. También destacan aquellos elementos de decoración como cuadros, estanterías, espejos, llegando a ser casas con demasiados objetos y recargadas. Todos estos objetos son de calidad lo que se percibe por los elementos utilizados para fabricarlos y por el poco desgaste que sufren. También cabe destacar la importancia a los productos de finalidad cultural siendo un elemento común la estantería llena de libros. Por otro lado, las familias pobres cuentan con escasos bienes, la mayoría de ellos de aplicación útil y necesaria como pueden ser instrumentos para cocinar, mantas para taparse del frío o animales que sirvan para la producción de alimentos. Estos objetos duran más, no porque sean de mejor calidad porque no lo son, sino porque no se compran por modas, se obtienen por necesidad, y la imposibilidad de sustituirlo por otro hace que su vida sea mucho más larga, llegando al desgaste y erosión. Así podemos establecer que las pertenecían son de baja calidad, escasos objetos y que su finalidad no va más allá de la satisfacción de las necesidades básicas, y cómo mucho, necesidades de carácter religioso. Por tanto, podemos determinar que las familias con capacidad económica cuentan con muchos, incluso demasiados, objetos. Dentro de todas las pertenencias de dichas familias destacan los productos tecnológicos, de buena calidad y cuya finalidad, en muy pocos casos, va más allá de la educativa, cultural o de entretenimiento. Mientras que la compra de productos de las familias pobres son escasas, en periodos de tiempo muy largos, y sólo productos de máxima necesidad y de gran utilidad.

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