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Dispraxia


Enviado por   •  27 de Septiembre de 2013  •  Exámen  •  1.811 Palabras (8 Páginas)  •  683 Visitas

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Dispraxia

García. J.M

Universidad autónoma de baja california

resumen

Dispraxia

Dispraxia

La apraxia es la incapacidad para llevar a cabo movimientos con una finalidad y sin que exista alteración motora primaria ni alteración de la comprensión. Si la incapacidad es parcial se habla de dispraxia.

Etimológicamente la palabra praxia proviene del griego “Pratto”. En el diccionario de la Real Academia Española “praxis” viene definida como práctica, en oposición a la teoría. Jean Piaget define las praxias como un conjunto de movimientos que se realizan para alcanzar un resultado o intención. Cada praxia se construye en relación con un aprendizaje. Por otra parte, la partícula procedente del latín “dis” significa negación o contrariedad.

Podemos diferenciar el significado de dos terminologías, la palabra apraxia y la dispraxia. El término apraxia hace referencia a la pérdida de una secuencia de actos que en un momento adquirió, por otra parte la palabra dispraxia hace referencia a la imposibilidad de adquirir la construcción de un acto. En el plano clínico, se trata de niños que son incapaces de llevar a término determinadas secuencias gestuales, o que las realizan con extrema torpeza” (De Ajuriaguerra J.,1969).

Dispraxia del desarrollo o dispraxia.

Considerado uno de los problemas específicos del aprendizaje como parte de las dificultades de habilidades motoras se refiere a una alteración en el aprendizaje de movimientos elaborados, sin que exista un déficit motor o sensorial que lo explique (Polatajko y Cantin, 2005; Vaivre-Douret, 2007).

El DSM-IV (APA, 2002) lo denomina como un trastorno en el desarrollo de la coordinación con las siguientes características: actividades de la vida diaria que requieren coordinación motora por debajo por debajo de lo esperado; interfiere con los logros académicos o la vida diaria; no se debe a una condición médica general; hay retardo mental, el defecto motor es excesivo.

Se puede encontrar en otros miembros de la familia un grado de torpeza motora y se encuentra un desarrollo motor lento en paciente (Gubbay, 1985).

Para Dewey es un trastorno en la realización de gestos representaciones y no representacionales y secuencia de gestos, así los niños tienen dificultad para decir adiós con la mano, imitar posturas y poner mantequilla en el pan.

Características

Los niños presentan retardos significativos en aprendizajes motores elaborados como montar en bicicleta, aprender a patinar o subir unas escaleras y su desempeño en actividades deportivas es pobre. Presentan en general un rendimiento académico normal.

Pocas veces se presenta una causa de consulta médica o psicológica. Con la atención necesaria la torpeza motora tiende a mejorar in que nunca se llegue a superar completamente.

Los síntomas de dispraxia varían y pueden incluir algunos o todos los problemas siguientes: falta de equilibrio y coordinación, problemas de visión, problemas de percepción, escasa conciencia espacial, malas posturas, mala memoria a corto plazo, dificultad para planificar tareas motoras, dificultad con la lectura, la escritura y el habla, problemas emocionales y de conducta, habilidades sociales escasas.

Los síntomas de dispraxia dependen de la edad del niño. Los niños pequeños tienen retrasos motores como gatear, caminar y saltar. Los niños mayores pueden presentar problemas académicos, como dificultades para leer y escribir o jugar con juegos de pelota.

La dispraxia del desarrollo verbal puede manifestarse ya en la infancia con problemas de alimentación. Los niños pueden mostrar retrasos en el lenguaje expresivo, dificultad en la producción del habla, reducción de la inteligibilidad del habla y producción incoherente de palabras conocidas.

Causas de la dispraxia

La dispraxia del desarrollo es evidente desde el nacimiento o desde los primeros años de vida. La causa o causas subyacentes de la dispraxia siguen siendo desconocidas. Se cree que varios factores, como una enfermedad o un traumatismo, pueden afectar el desarrollo normal del cerebro, dando lugar a la dispraxia. Los genes también pueden jugar un papel en el desarrollo de la dispraxia. Se sabe que la dispraxia puede ser adquirida por daños cerebrales sufridos como consecuencia de un accidente cerebrovascular, un accidente u otro trauma.

Diagnóstico de dispraxia

El diagnóstico de dispraxia se basa en la observación de los síntomas del paciente y en los resultados de pruebas estandarizadas. Los resultados de una evaluación neurológica o del desarrollo neurológico también pueden ser utilizados para confirmar la sospecha de un diagnóstico. El proceso de realizar un diagnóstico de dispraxia puede ser complejo por varias razones. La dispraxia puede afectar varias funciones diferentes del organismo, puede ocurrir como parte de otro síndrome y los síntomas de la dispraxia pueden solaparse con trastornos similares, como la dislexia.

Tratamiento de dispraxia

Actualmente no hay cura para la dispraxia. El tratamiento consiste principalmente en la rehabilitación a través de terapias física, ocupacionales y del habla. Otras intervenciones como la educación especial, terapia psicológica o los ejercicios de ortóptica se pueden recomendar caso por caso. El objetivo del tratamiento de la dispraxia es ayudar al niño a pensar, planificar y ejecutar las acciones necesarias para probar nuevas tareas o tareas familiares en formas novedosas.

Terapias alternativas

Hay tratamientos específicos para la dispraxia. En la terapia física, un terapeuta físico puede evaluar algunas de las siguientes áreas de habilidades con el fin de formular un plan de tratamiento con el médico del paciente: El tono muscular, el control de los hombros y la pelvis, extensión y flexión activa del tronco (postura), coordinación mano-ojo (lanzar una pelota), coordinación ojo-pie (patear una pelota), cruzar la línea media (por escrito), conciencia de dirección (capacidad de moverse en diferentes direcciones), conciencia espacial (juzgar distancias y dirección), integración (que mueva ambos lados del cuerpo al mismo tiempo), conocimiento de las dos cara/dominancia de un lado (conocer la derecha y la izquierda), memoria a corto plazo, planificación motora (capacidad de planificar movimientos necesarios para pasar de una posición a otra), auto-organización (vestirse, comer, etc) y seguimiento ocular.

La fisioterapia consiste generalmente en actividades y ejercicios diseñados para mejorar la carencia de habilidades específicas. Por ejemplo, actividades como la escalada, pasar por túneles y entrando y salir de conos pueden ayudar a un niño que tiene una pobre conciencia espacial. El terapeuta físico también puede recomendar que el niño practique las actividades o ejercicios del tratamiento en casa.

En la terapia ocupacional, un terapeuta ocupacional puede usar pruebas estandarizadas para evaluar las habilidades sensoriales de integración del niño. Se puede recomendar una técnica terapéutica conocida como integración sensorial. Las técnicas de integración sensorial ayudan a un niño a ordenar, almacenar e integrar la información obtenida por los sentidos para que pueda utilizarla en el aprendizaje.

En la terapia del habla, un terapeuta del habla puede ayudar al niño en áreas como el control de los músculos, la planificación lingüística y la formación de conceptos y estrategias con el fin de comunicarse. El terapeuta puede utilizar pruebas de lenguaje para evaluar la comprensión y producción del lenguaje con el fin de desarrollar un plan de tratamiento.

Pronóstico de dispraxia

El pronóstico de la dispraxia varía. Algunos niños "superan" su condición, mientras que otros continúan teniendo dificultades en la edad adulta. Aunque el diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno pueden mejorar el resultado para un paciente dado, los factores específicos que influyen en el pronóstico no se conocen bien. Por ejemplo, no está claro cómo factores como influencian la rehabilitación los déficits específicos de un niño y la causa subyacente del trastorno. Además, el pronóstico de dispraxia es situacional, depende de la edad del paciente y las exigencias de un determinado entorno o del medio ambiente.

Estudios

Deuel y Doar (1992) estudiaron 24 niños con dispraxia del desarrollo y encontraron que no había correlación entre la dispraxia y el CI, pero encontraron una correlación entre los puntajes de una prueba de habilidades práxicas y el CIE.

Dewey y Kaplan (1994) propusieron distinguir tres subtipos diferentes de niños con dificultades en los aprendizajes motores:

1. Niños con déficits en la secuenciación motora

2. Niños con defectos en el equilibrio, la coordinación y la ejecución gestual

3. Niños con efectos graves en todas las secuencia motoras

Los autores encontraron que el grupo 1 y 3, tenían dificultades en pruebas del lenguaje receptivo y lectura. Ya que las habilidades de secuenciación se requieren para la comprensión del lenguaje y las habilidades motoras. Aunque en general los defectos en habilidades motoras son independientes del rendimiento académico.

Los niños que presentan dificultad motora tienen defectos muy significativos en caligrafía, lo cual puede convertirse en un problema académico (Johnstone y Garcia, 1994).

Análisis de la evolución de la dispraxia.

Son pocos los estudios hacia la evolución de la dispraxia. Cousins y Smyth (2003) seleccionaron 19 adultos entre los 18 y 65 quienes habían recibido el diagnóstico del trastorno en la coordinación motora o dispraxia, o quienes reportaron haber tenido problemas motores consistentes con este diagnóstico. Se les aplicaron pruebas de destreza motora, escritura, construcción, equilibrio, ejecución simultánea de dos tareas, tiempo de reacción, y secuencias. Como grupo, su desempeño fue inferior al grupo de control.

1. Lentitud y variabilidad en los movimientos.

2. Muchos participantes tenían dificultades con la organización secuencial de movimientos y la ejecución simultanea de dos tareas.

3. Limitaciones importantes para conducir un carro.

Los autores concluyeron que las dificultades motoras se mantienen durante la adultez y pueden ser una limitante en la realización de actividades en la vida diaria.

Dispraxia del habla.

Representa un subtipo de trastorno expresivo en el lenguaje (p. ej., Nijland, Maassen y van der Meulen y cols., 2003; Ygual-Fernandez y Cervera- Merida, 2005), analizado anteriormente. Sin embargo ya que se trata de una dispraxia de desarrollo relacionada con un tipo muy específico de acto motor (producción del habla), es importante hacer algunas observaciones adicionales.

Usualmente la dispraxia (o apraxia) del habla (algunas veces también denominada dispraxia o apraxia verbal) se interpreta como un defecto en la programación, organización y secuenciación de los actos motores requeridos para producir el habla (Nijland, Maassen y van der Meulen 2003). Se considera que los tres elementos cardinales para su diagnóstico son: errores inconsistentes en la producción tanto de vocales como de consonantes observados en la producción repetida de silabas y palabras; trastornos en las transiciones coarticulatorias entre sonidos y silabas, y prosodia inapropiada (Morgan y Vogel, 2008).

Forrest (2003) encontró que usualmente el diagnostico de apraxia del habla evolutiva se hace con base en los siguientes criterios: producción inconsistente, dificultades generales orales-motoras, aproximaciones, dificultades para imitar sonidos, aumento de las dificultades al aumentar la longitud de la producción, y pobre secuenciación de sonidos.

Referencias Bibliográficas.

AMERICAN PSYCHIATRIC ASSOCIATION (APA). (2005). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-IV-TR. Barcelona: Masson.

Rosselli, M, Matute, E y Ardila, A. (2010). Neuropsicología del desarrollo infantil. México: Manual Moderno.

Rosselli, M y Ardila, A. (2010). Neuropsicologia Clinica. México: Manual Moderno.

Ardila, A. y Ostrosky-Solis, F. (2012). Guia para el dignostico neuropsicologico.

Ruiz, L.M., Mata, E., Moreno, J.A (2007) “Los problemas de coordinación motriz y su

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Stansell, D. J. (2007). Giving a face to a hidden disorder: The impact of dyspraxia.

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INSTITUTO NACIONAL DE PSIQUIATRIA RAMON DE LA FUENTE MUNIZ. (2010). Guía clínica para el tratamiento de los trastornos psicogeriatricos. México.

Fejerman, N. (2010). Trastornos del desarrollo en niños y adolescentes. Argentina: Paidos.

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