Efectos Y Consecuencias En Abuso Sexual Infantil

EFECTOS Y CONSECUENCIAS EN VÍCTIMAS DE ABUSO SEXUAL EN LA INFANCIA

Introducción

El abuso sexual se define como aquellas actitudes y comportamientos que realiza una persona sobre otra, sin su consentimiento o conocimiento y para su propia satisfacción sexual. Va desde la amenaza al engaño, la seducción y confusión. Cuando el abuso sexual ha ocurrido, el niño puede desarrollar una variedad de sentimientos, pensamientos y comportamientos angustiantes. En ocasiones el agresor suele dominar y poseer a aquella víctima que se siente impotente, humillada, desprotegida, otras veces se vale de la confianza en él, de la cercanía de una relación afectiva y en donde llega a romper los límites de la intimidad e introduce elementos eróticos sobretodo en niñas y niños. El abuso sexual puede suceder en el seno de una familia, de una institución, con un vecino, en el lugar de trabajo, y sus consecuencias pueden ser más graves cuanto mayor sea la implicación afectiva.

Los efectos de la agresión son múltiples y es vivido como un suceso traumático, no hay niño preparado psicológicamente para hacerle frente al estímulo sexual repetitivo, ya que los niños pequeños de tres años no pueden saber que la actividad sexual es incorrecta. Un niño de cinco años o más que conoce y aprecia al que lo abusa se siente atrapado entre el afecto y la lealtad que siente hacia esa persona y la sensación de que las actividades sexuales son terribles. Si el niño trata de romper con las relaciones sexuales, el que lo abusa puede amenazarlo mediante la violencia o negarle su afecto. Cuando los abusos sexuales ocurren en la familia, el niño puede tenerle miedo, puede temer que la familia se desintegre si se descubre el secreto, o venganza de otros miembros de la familia.

El niño que es víctima del abuso sexual, generalmente desarrolla una pérdida de autoestima, tiene la sensación de que no vale nada y adquiere una perspectiva anormal de la sexualidad. El niño puede volverse muy retraído, perder la confianza en todos los adultos y puede llegar a considerar el suicidio. Algunos niños que han sido abusados sexualmente se convierten en adultos que abusan de otros, se dedican a la prostitución, o pueden tener otros problemas serios cuando se llega a ser adulto, por ello nosotros como psicólogos debemos usar el conocimiento respecto de las personas en general, para comprender y ayudar a personas específicas con este y otro tipo de problemas.

Antecedentes

Los estudios que se realizaron a nivel mundial por la organización Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), muestra en los países desarrollados que entre 5% y 10% de los hombres declararon haber sido objeto de abuso sexual durante su niñez. Varios estudios que se realizaron en la población adolescente de algunos países en desarrollo, el porcentaje de varones declararon haber sido víctimas de una agresión sexual, esto varía entre 3,6% en Namibia, 13,4% en la Republica Unida de Tanzania y 20,0% en Perú. Asimismo los estudios llevados a cabo en los países tanto industrializados como en desarrollo indican que no es infrecuente que la primera relación sexual haya sido forzada.

Existen pocas estadísticas precisas en relación con la explotación sexual de los niños y niñas puesto que estos delitos se cometen de manera encubierta, en secreto y suelen estar asociados con intensos sentimientos de vergüenza que impiden a niños y a adultos solicitar la ayuda requerida. Aunque las estadísticas con relación al abuso sexual y explotación son valoraciones generales y deberían tratarse con precaución, se estima que 150 millones de niñas y 73 millones de niños menores de 18 años han mantenido relaciones sexuales forzadas u otras formas de violencia y explotación sexuales que implican contacto físico. En 2000, se estimaba que 1,8 millones de niños eran explotados sexualmente mediante prostitución y pornografía. Se piensa que alrededor de 1 millón de niños cae en la prostitución todos los años.

Aunque la mayoría de las víctimas infantiles de explotación y abuso sexuales son niñas, tanto las niñas como los niños de todas las edades y clase social en todas partes del mundo son víctimas de la explotación y abuso sexuales. Cada hora de cada día 228 niños y principalmente niñas son explotados sexualmente en América Latina y el Caribe.

La información recopilada de distintos países de la región de América Latina y el Caribe muestra que entre el 70% y el 80% de las víctimas de abuso sexual son niñas, que en la mitad de los casos los agresores viven con las víctimas y en tres cuartas partes son familiares directos.

Varios países cuentan con un plan de acción para la erradicación de la explotación sexual infantil, casi todos prevén penas para la producción de pornografía infantil, cada vez más países lanzan líneas de atención telefónica para las víctimas y promueven el compromiso del sector privado del turismo para generar acciones de prevención. Sin embargo la desprotección frente a la explotación sexual, la trata, el tráfico, el abandono y la violencia sigue siendo una realidad para millones de niños, niñas y adolescentes de la Región.

Son grandes desafíos donde no solo hay que mejorar los marcos legislativos, sino, en el fondo, mejorar la implementación de esas leyes y promover un cambio de actitud que evite la impunidad de quienes comenten este delito. La falta de información sobre la situación que atraviesan millones de niños en América Latina y el Caribe, agrava aún más la situación.

La Encuesta de Maltrato Infantil aplicada a adolescentes de secundarias en Baja California, Sonora, Tlaxcala y Yucatán, realizada por el Instituto Nacional De Las Mujeres (INMUJERES) y el Instituto Nacional de Psiquiatría “Juan Ramón de la Fuente Múñiz”, en el 2006, establece que si bien el maltrato físico lo padecen tanto niñas como niños, estos últimos lo padecen en forma severa.

Los porcentajes de niños maltratados oscilan entre 16% en Tlaxcala y 21% en Sonora, mientras que los porcentajes de niñas maltratadas varían entre 10% en Sonora y 15% en Tlaxcala y Yucatán. De los niños que viven en hogares donde no están sus padres, el porcentaje de los que sufren violencia física es 22% y violencia severa 30%; en el caso de las niñas estos porcentajes son de 25% y 20% respectivamente.

En general el tipo de maltrato con mayor prevalencia es el emocional, ligeramente mayor para las niñas. Las prevalencias observadas para las niñas fueron 48.7% en Tlaxcala y 60.4% en Baja California, para los niños los porcentajes correspondientes fueron 47.1% en Tlaxcala y 54% en Baja California.

El abuso sexual es más frecuente entre las niñas que entre

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