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El Suicidio


Enviado por   •  28 de Noviembre de 2012  •  3.654 Palabras (15 Páginas)  •  269 Visitas

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El suicidio en adolescente: un problema que aumenta en el mundo

Resumen: Desde el punto de vista clínico y de salud pública el suicidio es una de las principales causas de muerte en el mundo, considerándose como la tercera causa de muerte en adolescentes. El motivo más frecuente son los problemas con la pareja, sea ruptura de una relación amorosa o los amores contrariados por dificultades con los padres de alguno o de ambos, o por las relaciones difíciles entre ellos.

Introducción: Un problema de salud mental que, para algunos, se explica por la soledad íntima y el miedo al fracaso.

"Me di cuenta de algo que tenía que aceptar. Me siento muerto. Ni el consumo de heroína ni el sexo desenfrenado lograron satisfacerme. No puedo echarle la culpa a nadie. Ustedes se dieron cuenta de mi infelicidad; no tenía expectativa en la vida. Odiaba tener que ir a la universidad. Las pocas cosas buenas no fueron suficientes para amortiguar mi tristeza. Pensé que los antidepresivos me ayudarían, pero eso significaba vivir con la alegría de estar dopado. Ya no siento casi. No lloré escribiendo. Mejor para ustedes, ya que detestan el drama. Detestaría que la gente sintiera lástima por mí. Espero tener la paz y la calma que siempre he buscado. Esto no tiene nada que ver con la pelea que tuve con mi mamá...". El autor de esta carta tenía 21 años, estudiaba Psicología en una universidad privada de Bogotá y durante un año llenó un cuaderno con razones para su suicidio. Además de este texto, les dejó grabados a sus papás los últimos capítulos de la serie que estaban siguiendo por televisión. Con la intención de que su ausencia ni siquiera les cambiara la rutina.

Según la Organización Mundial de la Salud, tres de cada veinte jóvenes en el mundo tienen un trastorno depresivo mayor. Esto es cuando la tristeza, la apatía, la fatiga y la disminución de la capacidad de disfrutar, entre otros, ya no son síntomas esporádicos, sino crónicos, y requieren atención médica.

En Colombia, de acuerdo con un estudio de la Liga Colombiana contra el Suicidio, seis de cada diez jóvenes ha pensado en quitarse la vida. En el 2009, 598 menores de 24 años se suicidaron en el país. Esta cifra ha venido en aumento desde el 2007 (ver gráficos).

Cartas como la de este muchacho que se suicidó demuestran una tristeza infinita, que los especialistas ven como efecto de una soledad íntima tan grande que es considerada sin salida.

En un estudio realizado por la Fundación Merani entre 10.000 jóvenes de 11 a 18 años, y de ocho ciudades del país, el 65 por ciento afirmó no tener un buen amigo. Y el 45 por ciento de los que dijeron tener relación de pareja, la definieron como "insatisfactoria y aburrida". "Esta soledad los está conduciendo a la depresión. Y soledad más depresión (normalmente no diagnosticada) es igual a alto riesgo de suicidio", señala el psicólogo y director de la fundación, Miguel de Zubiría.

Muchos jóvenes han perdido las motivaciones afectivas. Es un problema global. En una investigación del Instituto de Salud Infantil de la University College de Londres, presentada esta semana en la revista científica The Lancet, se muestra que, por primera vez en la historia, las muertes de jóvenes entre 15 y 24 años de edad superan a las de niños de 1 a 4 años. Y las causas son los suicidios, la violencia y los accidentes de tránsito, principalmente. "Tienen tres veces más riesgo de morir prematuramente -explica Russell Viner, autor del informe -. Los profundos cambios sociales que han venido atados al desarrollo económico y la urbanización han sido particularmente nocivos para los jóvenes de altos y bajos ingresos. No se está haciendo lo suficiente para detener el problema de salud mental que están enfrentando".

Nada ni nadie les produce la alegría de vivir. Químicamente, su cuerpo deja de producir las sustancias necesarias para sentir felicidad (como las endorfinas). "La depresión es el mal número uno del presente. Mucho más que el sufrimiento", agrega De Zubiría. Hoy en Estados Unidos alrededor del 5 por ciento de la población menor de 18 años sufre de trastorno distímico: carecer de emociones.

Comienzan los cambios

Cuatro días antes de matarse le dijo a su mamá que no estaba contento con su vida. Acababan de pasar por una discusión en la que él, de 19 años, había amenazado con lanzarse por una ventana. Su muerte, sin embargo, llegó después, colgándose de una cuerda en su cuarto. Lo hizo borracho y dopado, con vodka y pastillas que compró con el dinero que le pagaron por sus audífonos (no contaba con su mesada porque, como método de control, sus padres la habían reducido, asustados por sus comportamientos). Estaba peleado con ellos, ya no se adaptaba a las reglas de la casa. Se rapó la cabeza. Dejó de participar en las reuniones familiares y comenzó a frecuentar bares en las noches. Se mantenía en tensión con su papá, el estricto del hogar, y detestaba el papel de conciliadora que ejercía su madre. "La vida cambia, hay que cambiar", le dejó escrito a ella en un papel.

Todo lo quiso vivir al límite. Cuando su grupo favorito de rock vino a Bogotá, dijo que después de verlo en escena ya podía morir tranquilo. Pero se sintió traicionado al saber que su novia se dejaba coquetear por el líder de la banda. Quince minutos antes de colgarse de una cuerda, le envió un correo electrónico a la gente con la que compartía ese entorno musical: "Hicieron de mi vida un infierno. Me voy a matar y los culpables son ustedes". Ese mensaje, la carta y un casete con canciones para su ex novia, fue lo que dejó. El ruido de la estantería que cayó con su cuerpo despertó a la familia. Alcanzaron a llevarlo a una clínica, pero después de 36 horas de agonía, murió. Este joven se mató a la edad más frecuente de suicidio en el país, y con el método más recurrente en Bogotá. En el 2009, 405 muchachos entre 18 y 24 años se quitaron la vida. El 55 por ciento se ahorcó. Del total de suicidios ocurridos en Colombia durante el mismo año, más de la mitad se concentraron en Bogotá y Antioquia.

Compañía aparente

Nadie podría creer que los jóvenes estén padeciendo de soledad si, precisamente, nunca están solos. O eso parece. Abren cuentas de Facebook con centenares de 'amigos' y andan en parche como si no fuera posible vivir de una manera distinta. Pese a ello, o en parte por ello, hoy les es más fácil comunicarse de forma virtual, según terapeutas. No pueden saludar a una muchacha ni tienen nada que decirse si no hay un computador de por medio. "Y si no hay vínculos, ¿cómo construir

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