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LA IDIOTEZ


Enviado por   •  27 de Abril de 2013  •  1.974 Palabras (8 Páginas)  •  344 Visitas

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Las leyes fundamentales de la estupidez humana

Primera Ley Fundamental:

Siempre e inevitablemente todos subestiman el número de individuos estúpidos en circulación

A primera vista esta afirmación puede parecer trivial, o más bien obvia, o poco generosa, o quizá las tres cosas a la vez. Sin embargo, un examen más atento revela de lleno la rotunda veracidad de esta afirmación. Cipolla considera que por muy alta que sea la estimación cuantitativa que se haga de la estupidez humana, siempre quedaremos sorprendidos de forma repetida y recurrente por el hecho de que:

personas que uno ha considerado racionales e inteligentes en el pasado resultan ser inequívocamente estúpidas;

día tras día, con una monotonía incesante, vemos cómo entorpecen y obstaculizan nuestra actividad individuos obstinadamente estúpidos, que aparecen de improviso e inesperadamente en los lugares y en los momentos menos oportunos.

La Primera Ley Fundamental impide la atribución de un valor numérico a la fracción de personas estúpidas respecto del total de la población. Cualquier estimación numérica resultaría ser una subestimación. Por ello en las líneas que siguen se designará la proporción de personas estúpidas en el seno de una población con el símbolo σ.

Segunda Ley Fundamental:

La probabilidad de que cierta persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de esa persona.

No todos los humanos son iguales ya que unos son más estúpidos que otros. Según Cipolla, el grado de estupidez viene determinado genéticamente por la naturaleza pero no está asociado a ninguna otra característica de raza, sexo, nacionalidad o profesión.

El profesor Cipolla realizó amplios estudios demográficos con muy diversos sectores de la población. Inicialmente afirma haber comprobado que entre los trabajadores "de cuello azul" existía una fracción σ de estúpidos y que esa fracción era mayor de lo que esperaba, con lo que se confirmaba la primera Ley. Sospechando que podía deberse a falta de cultura o a marginalidad social estudió muestras de trabajadores "de cuello blanco" y a estudiantes, comprobando que entre ellos se mantenía la misma proporción. Más sorprendido aún quedó al medir el mismo parámetro entre los profesores de universidad. Decidió por tanto expandir sus estudios hasta la élite de la sociedad, los laureados con el Premio Nobel. El resultado confirmó el poder supremo de la naturaleza: una proporción σ de laureados con el Nobel son estúpidos.

Tercera Ley Fundamental (o de Oro):

Una persona estúpida es aquella que causa pérdidas a otra persona o grupo de personas sin obtener ninguna ganancia para sí mismo e incluso incurriendo en pérdidas.

El análisis de costes y beneficios de Carlo M. Cipolla permite clasificar a los seres humanos en cuatro tipos de personas, cada uno de los cuales ocupa un cuadrante en un sistema de coordenadas. Si representamos en el eje de abcisas el beneficio, positivo o negativo, que obtiene el individuo y en el eje de ordenadas el beneficio (+) o coste (-) que causa a los demás, podemos definir y estimar las coordenadas de los siguientes tipos:

Desgraciado (D): aquel que se causa un perjuicio a sí mismo, beneficiando a los demás.

Inteligente (I): aquel que se beneficia a sí mismo, beneficiando a los demás.

Bandido (B): aquel que obtiene beneficios para sí mismo, perjudicando a los demás.

Estúpido (E): aquel que causa pérdidas a otros, perjudicándose a la vez a sí mismo.

Distribución de Frecuencia

La mayoría de los individuos no actúa consistentemente. Bajo ciertas circunstancias una persona puede actuar inteligentemente y en otras actuar como desgraciado. La única importante excepción a esta regla es la de las personas estúpidas que normalmente muestran una fuerte tendencia hacia un comportamiento estúpido en cualquier actividad o empresa. Para los demás, podremos calcular su posición en el eje de coordenadas del gráfico 1 como una media de los resultados de sus acciones en términos de costes y beneficios causados sobre sí mismos y sobre los demás. Esta posibilidad nos permite hacer la siguiente digresión:

Consideraremos un "bandido perfecto" aquel que mediante sus acciones obtiene para sí mismo un beneficio igual al coste que origina en los demás. Es el caso del ladrón que roba a otro cien euros sin causarle ningún coste adicional. Esta situación puede ser definida como un "juego de suma cero" en el que el conjunto de la sociedad ni gana ni pierde. El "bandido perfecto" quedaría representado en el eje de coordenadas del gráfico 2 sobre la línea OM que bisecta el cuadrante B.

Sin embargo los "bandidos perfectos" son relativamente escasos. Es más frecuente que haya "bandidos inteligentes" (Bi) que obtienen más beneficios que los costes que causan, o "bandidos estúpidos" (Be), que para obtener algún beneficio causan un coste alto a los demás.

Desgraciadamente los bandidos que permanecen por encima de la línea OM son relativamente poco numerosos. Es mucho más frecuente el individuo Be. Ejemplo de este último puede ser el ladrón que destroza los cristales de un coche para robar su radio o el que asesina a alguien para irse con su mujer a pasar un fin de semana en Montecarlo.

El poder de la estupidez

Los estúpidos son peligrosos y funestos porque a las personas razonables les resulta difícil imaginar y entender un comportamiento estúpido. Una persona inteligente puede entender la lógica de un bandido. Las acciones de un bandido siguen un modelo de racionalidad. El bandido quiere obtener beneficios. Puesto que no es suficientemente inteligente como para imaginar

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