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LA SEXUALIDAD DESVINCULADA


Enviado por   •  21 de Enero de 2018  •  Trabajos  •  5.704 Palabras (23 Páginas)  •  251 Visitas

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  1. LA SEXUALIDAD DESVINCULADA.

La sexualidad es un dinamismo ómnibus que empieza en la fisiología, atraviesa los tupidos campos de la religión, la psicología, la economía, la política, para llegar a la ética. Y en cada uno de estos territorios se le adhieren significados. Si queremos entender la sexualidad tenemos que reactivar esos copiosos sedimentos.

Los discursos sobre el sexo han sido unas veces orgiásticos y otras apocalípticos pero siempre dogmáticos y simplificadores. Las normas sexuales han cambiado tan rápidamente que mucha gente se siente estafada por haber creído en ellas. Se acostaron con una ideología de la fidelidad y se despertaron con una ideología del matrimonio múltiple. Para defendernos del misterio del sexo, lo mejor que se nos ha ocurrido es trivializarlo.

Si consideramos sexo igual a las relaciones sexuales. En cambio, si en vez del sexo consideramos  la sexualidad, es decir, todo el complejo político, social, jurídico, elaborado a partir del sexo, tenemos razón al darle tanta importancia ya que preocupa y ocupa nuestra vida vivir una situación amorosa,  familiar, o social, basada en la sexualidad.

El sexo desde el punto de vista teórico, es que se trata de un fenómeno privilegiado para estudiar la trasfiguración del fenómeno privilegiado para estudiar la transfiguración del animal en ser humano. Las estructuras fisiológicas del sexo son escandalosamente parecidas en los niveles superiores de la evolución animal. Visto desde fuera, el coito de los primates y el de la pareja humana son semejantes. Pero la especie humana ha transfigurado a trancas y barrancas esos comportamientos instintivos, la inteligencia ha penetrado también las pulsiones biológicas, y ha transformado el sexo en sexualidad, que es un gigantesco dominio simbólico, un capazo trenzado con aspiraciones, creencias y afectos, en que cabe todo. En este campo, donde la realidad se amplía con la irrealidad, la percepción con la fantasía, el determinismo con la libertad, surgen las normas morales que regulan el comportamiento sexual, y toda una educación sentimental que las sitúa en el corazón humano. Algunos autores como Freud y Lévi – Strauss consideran que la cultura humana comienza, precisamente, con la aparición de una norma sexual: la prohibición del incesto.

Nos hemos liberado parcialmente de los instintos, este cambio liberador se ha realizado a lo largo de nuestra evolución por tres vías: controlando, sentimentalizando e ideologizando la sexualidad. El siglo XX ha sido gran testigo de la liberación sexual, que tiene muchas semejanzas con la liberación artística que ocurrió casi simultáneamente. Sexualidad y arte quisieron alcanzar la libertad plena, y, para conseguirlo, les pareció necesario echar por la borda todas las normas, coacciones, modelos y tradiciones. Ambos soñaron con alcanzar la libertad desvinculándose de todo. El sexo se desentiende de responsabilidades y se hace lúdico e inocente. Vivimos una sexualidad omnipresente y sin definición. Una sexualidad activa, hiperestésica y desconcertada.

En el ser humano, el coito se independiza de los periodos fértiles, el sexo se libera de coacciones temporales. En cierto sentido se puede decir que estamos en celo permanente. Somos el único animal que puede obsesionarse con el sexo. Cualquier cosa puede despertar el deseo, además de las características del sexo opuesto: las del mismo sexo en el caso de la homosexualidad, y también animales, recuerdos, rituales, imaginaciones, o diferentes objetos en los fetichismos. Este es el punto decisivo de todo lo que vamos a explicar. Biológicamente, el sexo humano se ha liberado del determinismo del instinto y del determinismo del estímulo. Se desvincula de las estaciones del año, de desvincula de los periodos fértiles de la hembra, se desvincula de la biología y se integra de la cultura.

Convertido el sexo en actividad lúdica, no comprometida y alegre, no seria, todo tipo de moral sexual resulta injustificable, patológica, patógena o todo a la vez. Occidente, cuna de este movimiento de liberación, tiene una larga historia de normativas sexuales y una larga historia también de recelos sobre el sexo. No hay sexo inmoral. Hay, en todo caso, sexo criminal: la violación, la trata de blancas, la explotación infantil, por ejemplo. Pero en este caso, la maldad estriba en la violencia, no en su carácter sexual. La sexualidad ha recuperado una inocencia paradisiaca, una jovialidad intrascendente, sin miedo y sin inquina.

Deshonestidad o conducta inmoral o comportamiento impuro eran calificativos que se aplicaban sobre todo a comportamientos sexuales. Una persona deshonesta era una persona sexualmente licenciosa. En fin, parece que, afortunadamente, nos hemos librado de una sofocante moral sexual, sin que hayamos caído en una orgia perpetua. Sin embargo los padres continúan sin saber cómo introducir a sus hijos en la sexualidad. Mary Pipher, ha escrito “las jovencitas de hoy llegan a la mayor de edad en una cultura más peligrosa, mas sexualizada y más influenciada por los medios masivos de comunicación. Se enfrentan a presiones increíbles para ser bellas y sofisticadas, lo cual, en los primeros años de secundaria, quiere decir usar sustancias químicas y tener relaciones sexuales”. La educación sexual de los adolescentes continua siendo profundamente debatida. Para unos, es perjudicial por que incita a tener experiencias sexuales, para otros es también es perjudicial, pero por razones contrarias: moraliza el sexo y complica la vida. La liberación de la sexualidad, su desvinculación, la ha convertido en asunto privado, en privilegiado modo de realización individual, pero tampoco deja de tener sus dificultades.

COMENTARIO: Este capítulo nos habla sobre la desvinculación del sexo y como se volvió de repente una práctica inocente e inocua que cualquiera puede realizar, lo cual me parece que tiene sus ventajas y sus desventajas puesto que mi idea a expresar es que la desvinculación de este tema en cuanto a cultura, religión, intereses, etc. trae consigo grandes beneficios a los seres humanos ya que la mayoría practicara y vivirá su sexualidad como mejor le convenga no siguiendo normas, patrones o conductas de una religión impuesta, de una cultura o quizá de la misma sociedad puesto que existe la libertad de vivir y expresar de manera respetuosa la sexualidad de cada quien, sin embargo cada día se ve menos respeto por eso que llamamos sexualidad o por los actos sexuales, puesto que es evidente que ahora los adolescentes al creer que la sexualidad es una práctica inocente no toman las medidas de precaución necesarias para esta práctica o simplemente la realizan y viven su sexualidad sin saber o estar informados. Cosa que aún es evidente en el país, puesto que estando en pleno siglo XXI aún existen personas que tienen muy arraigadas las costumbres, valores e ideales con los que se educó sin permitirse que a él y su familia se le brinden y/o se mejoren los conocimientos que posee sobre educación sexual impidiendo así que cada integrante se su familia pueda vivir una sexualidad responsable y que le brinde satisfacción eligiendo seguir las normas, valores y costumbres de su familia o esconderse y vivir una sexualidad irresponsable que puede traer consigo embarazos o enfermedades de transmisión sexual curables o no. El hecho de que se desvincule la sexualidad de todos los temas ajenos a ella no quiere decir que el individuo no deba estar bien informado para ejercerla con toda plenitud, respeto y siempre buscando un bien individual y colectivo siendo el individuo debidamente informado el que elija que costumbres, tradiciones, normas o deberes necesita, debe o quiere seguir para ejercer y vivir su sexualidad.

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