La Puerta Cerrada

Hay personas que saben lo que va a pasar simplemente con ver una acción de alguien más o de un objeto, pero estas personas tampoco se explican cómo es el que saben que pueden saber lo que va a suceder.

Un ejemplo que nos da la lectura es el de un entrenador de tenis llamado Vic Braden y sabia cuando un jugador iba a cometer doble falta, Vic trataba y trataba de averiguar qué es lo que le hacía sabia saber que un jugador iba a cometer doble falta, recordaba cada partido e intentaba ver y saber que patrón, actitud, movimiento, paso demás o algo que le hiciera saber que sabría que cometería doble falta el jugador pero cada que trataba no conseguía nada y volvía a cerrar la puerta. Puesto que no sabía explicar ni explicarse a sí mismo como es que sabía esto.

Nuestro mundo exige respaldar decisiones y acciones con citas y notas al pie; si decimos cómo nos sentimos hemos de estar también dispuestos a explicar por qué nos sentimos así. Creo que este planteamiento es un error, puesto que a que si queremos mejorar la calidad de nuestras decisiones debemos de aceptar la calidad misteriosa de nuestros juicios instantáneos. Necesitamos aceptar que es posible saber sin saber por qué y que a veces es mejor este camino.

Muchas veces no creemos lo que nos dicen por qué no tienen pruebas o no creemos nuestros propios juicios por lo mismo de que solo son palabras pero como se mencionó anteriormente, creo que el camino más correcto es el creer primero en nosotros mismo y en nuestro propio juicio.

Un test realizado por el psicólogo John Bargh llamado el test de las palabras revueltas, se trata sobre un test en donde hay una variedad de palabras revueltas en donde las personas deben de acomodarlas pero en este test lo que hace es que se piense lo que se quiere, como un ejemplo, <<preocupada>> <<florida>> <<viejos>> <<solos>> <<gris>> <<bingo>> <<arrugas>>, no solo son palabras desacomodas sino que se está haciendo que las persona que las lea piense en la vejez.

Predisponiendo a la gente a que piense lo se quiera. Haciéndola cambiar de comportamiento dependiendo de lo que se le hiciera pensar. Aclarando que la predisposición no es como el lavado de cerebros, puesto que no funciona por mucho, no se le puede hacer revelar a la persona a hacer o decir cosas solo con esto.

En ocasiones es preferible que la parte de la mente situada tras la puerta cerrada tome decisiones por nosotros.

Los seres humanos tenemos el problema de querer dar respuesta a todo. Tenemos una tendencia excesiva a dar explicaciones de las cosas para que en realidad no hay ninguna explicación. Cuando pedimos a la gente que explique su pensamiento debemos de interpretar sus respuestas con prudencia puesto que nuestro juicio también puede ser contradictorio a sus repuestas sobre su

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