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Psicomagia


Enviado por   •  8 de Octubre de 2012  •  14.666 Palabras (59 Páginas)  •  374 Visitas

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Psicomagia

Alejandro Jodorowsky es en sí un acto psicomágico ambulante, un personaje alta y definitivamente «pánico», cuyo trato introduce algunas fisuras en el orden de nuestro universo, tan previsible en apariencia. Dramaturgo que, con sus cómplices Arrabal y Topor, ha marcado la historia del teatro con su tan bien denominado movimiento pánico realizador de películas de culto, como El Topo o La montaña sagrada, a las cuales los norteamericanos -impagables- dedican tesis y sabios estudios; escritor, autor de historietas para cómic que se permite el lujo de trabajar con nuestros mejores dibujantes; padre atento de cinco niños con los cuales mantiene actualmente una relación tornasolada, Jodorowsky es hoy el tarólogo sin normas cuyas intuiciones han dejado a más de uno boquiabierto; es, además, el payaso convulsivo del Cabaret Místico que, en un momento en el que el público parisino da la espalda a las conferencias, consigue abarrotar sus auditorios con el mejor poder publicitario del boca a boca; mago internacional -interestelar, podríamos decir, bajo la influencia de Moebius al que han consultado estrellas de rock y artistas del mundo entero...

Este chileno de origen ruso, radicado durante muchos años en México y ahora enraizado en Francia, es un personaje que los novelistas de hoy, demasiado gélidos, no podrían crear, un ser que ha llevado la imaginación al poder en todos los recovecos de su existencia multidimensional.

Acto poético:

los orígenes de la psicomagia y a su actividad de tarólogo lo consideraba el tarot como un test proyectivo que permitía ubicar las necesidades de la persona y saber dónde residían sus problemas. Es bien sabido que la mera actualización de una dificultad inconsciente o poco conocida constituye ya un esbozo de solución. Al trabajar conmigo, las personas tomaban conciencia de su identidad, de sus dificultades, de lo que las llevaba a actuar. Yo les hacía pasearse a través de su árbol genealógico para mostrarles el origen antiguo de algunos de sus malestares. Sin embargo, me di cuenta enseguida de que no podía haber ninguna curación verdadera si no se llegaba a una acción concreta. Para que la consulta tuviera un efecto terapéutico, tenía que desembocar en una acción creativa llevada a cabo en el ámbito real. Para lograrlo, tuve que indicar a quienes venían a verme uno o dos actos a realizar.

La persona y yo teníamos que, de común acuerdo y con plena conciencia, fijar un programa de acción muy preciso. Así es como llegué a practicar la psicomagia.

La poesía lo impregnaba todo: la enseñanza, la política, la vida cultural... El pueblo mismo vivía inmerso en la poesía. Eso era debido al temperamento propio de los chilenos y más particularmente a la influencia de cinco de nuestros poetas, que se transformaron para mí en una especie de arquetipos. Fueron ellos quienes moldearon mi existencia en un comienzo. El más conocido de ellos era nada menos que Pablo Neruda, un hombre políticamente muy activo, exuberante, muy prolífico en su escritura y que, sobre todo, vivía como un auténtico poeta.

*La poesía no respeta un ordenamiento estereotipado del mundo...

¡No, la poesía es convulsiva, está ligada al temblor de la tierra! Ella denuncia las apariencias, atraviesa con su espada la mentira y las convenciones. Recuerdo que una vez fuimos a la facultad de Medicina y, con la complicidad de un amigo, robamos el brazo de un cadáver. Lo escondimos dentro de la manga de nuestro abrigo y jugamos a darle la mano a la gente, a tocarla con esta mano muerta. Nadie se atrevía a comentar que estaba fría, sin vida, porque nadie quería reconocer la cruda realidad de que ese miembro estaba muerto. Al hablarte, me doy cuenta de que en cierta manera estoy confesándome. Sé que todo esto puede parecer fantasioso. Para nosotros, se trataba ciertamente de un juego, ¡pero también de un acto profundamente dramático! El acto creaba otra realidad en el seno mismo de la realidad ordinaria. Nos permitía acceder a otro nivel, y sigo convencido de que con actos nuevos se abre la puerta de una nueva dimensión.

¿El acto concebido así no tiene un valor purificador y terapéutico?

¡Claro que sí! Si uno lo piensa, nuestra historia individual está constituida de palabras y de actos. La mayor parte del tiempo la gente se contenta con pequeños actos inocuos, hasta que un día «revienta» y, sin control alguno, se pone furiosa, lo rompe todo, profiere insultos, se abandona a la violencia, llega incluso al crimen... Si un criminal en potencia conociera el acto poético, sublimaría su gesto homicida poniendo en escena un acto equivalente.

El acto teatral:

¿Qué enseñanzas extrajo?

Me di cuenta de que muchas personas llevan dentro un acto que las condiciones ordinarias no les permiten realizar. Pero en cuanto a alguien se le ofrece la posibilidad concreta de expresar públicamente y en circunstancias favorables el acto que duerme en él, es muy raro que la persona dude. Si yo te preguntara qué acto te gustaría realizar en público, estoy seguro de que se te ocurriría inmediatamente una respuesta, y si yo reuniera las condiciones propicias para la realización de ese gesto, tú estarías encantado de participar en el juego.

Bueno...

Voy a darte algunos ejemplos: en los años sesenta yo había fundado en México un grupo Pánico, no con actores y otros artistas, sino con personas entusiastas en búsqueda de una manera auténtica de expresarse, lejos de todo conformismo. Habiendo conseguido el patio central de la escuela San Carlos, propuse a mis amigos que imaginaran el acto que les gustaría realizar, y yo les procuraría los medios para llevarlo a cabo. El célebre pintor Manuel Felguérez se unió a la manifestación pánica y decidió ejecutar una gallina públicamente con el fin de confeccionar un cuadro abstracto con las tripas y la sangre del animal, mientras a su lado su esposa, vestida con un uniforme nazi, devoraba una docena de tacos de pollo.

¿En qué medida el teatro puede ayudar a una persona a volver al «Original»?, por usar la expresión que usted utiliza. Puesto que vivimos encerrados en lo que yo llamo «nuestra autoconcepción», la idea que tenemos de nosotros mismos, ¿por qué no adoptar un punto de vista totalmente distinto? Por ejemplo, mañana tú serás Rimbaud. Te levantarás siendo Rimbaud, te cepillarás los dientes, te vestirás como él, pensarás como él, recorrerás la ciudad como él... Durante una semana, veinticuatro horas al día, y para ningún espectador salvo tú mismo, serás el poeta, actuando como otra persona con tus

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