Puntos de Quiebre y Suicido

INTRODUCCIÓN

La presente investigación abarca el tema del suicido, el cual es entendido popularmente como el acto de poner fin a la propia vida por la propia mano. El atentar contra uno mismo en este nivel parece contra intuitivo, ya que cada impulso en el cuerpo humano trata, si no de manera directa, al menos en parte tangencial a preservar la existencia. Desde la necesidad reproductiva hasta la conducta de mirar a ambos lados antes de cruzar la calle el ser humano busca continuar viviendo de alguna forma.
¿Cuál es o son entonces las circunstancias que llevan a que una persona vaya contra su naturaleza y recurra al suicidio como opción válida para lidiar con sus problemas? Para los efectos de este trabajo, se designa a estas circunstancias “puntos de quiebre”, también conocidos en inglés como “triggers” o, en español, como “desencadenantes”, y forman la parte central del informe. Estos eventos poseen tentativamente la característica de producir ideaciones e intentos suicidas en personas con patologías psicológicas previas. Corresponden a un punto de inflexión en el que la persona deja de ver la vida como algo con lo que continuar y pasa a intentar acabar con ella. Si bien se puede decir que los puntos de quiebre son distintos para cada paciente suicida, se intenta agruparlos y describirlos con el fin de poder comprenderlos mejor.

Impulsado no solo por un interés académico y acotado a la población de adultos jóvenes (entre 18 y 25 años) en diversos países de América, la investigación llevada a cabo planea describir a fondo y de manera concreta los distintos puntos de quiebre. Esto con la esperanza de sentar una base para que más investigadores logren predecirlos ya que se comprende que mientras mejor se comprenda una situación peligrosa, más fácil será prevenirla. De lograrse una intervención o prevención frente a un punto de quiebre, el resultado sería, por decir lo menos, considerable, ya que no solo se lograría salvar una vida, sino que se abrirían las puertas para la recuperación de un individuo aquejado por patologías mentales altamente invalidantes.

En la primera parte del trabajo se caracteriza el intento suicida en detalle en el grupo demográfico correspondiente. En la segunda parte, se describen, organizan y caracterizan los puntos de quiebre. Se comienza de lo más general a lo más particular para poder encontrar los puntos comunes entre cada “desencadenante”. Se busca concluir con argumentos que fomenten el estudio futuro de pacientes con ideaciones suicidas para identificar posibles factores de riesgo que puedan desencadenar atentados contra su integridad física con posibles consecuencias fatales.

Realidad epidemiológica actual

        En el año 2012 aproximadamente 804000 muertes fueron debidas a suicidio, lo que afectó mayoritariamente a jóvenes entre los 15 y 29 años, entre quienes el suicidio corresponde a la segunda causa de muerte más frecuente. Se entiende que estos datos pueden no ser completamente fidedignos, ya que en algunos países el suicidio es visto como un suceso inmoral y no es reportado apropiadamente a las autoridades (OMS, 2014). Frente a esta evidencia es imperativo buscar causas, factores de riesgo y protectores.

Factores de riesgo de pacientes con ideaciones suicidas o trastornos de la personalidad que podrían actuar como predictores positivos de un intento de suicidio.

        Los factores de riesgo corresponden a aquellas cualidades presentes en la persona que aumentan su probabilidad de incurrir en un acto suicida. No deben confundirse con los puntos de quiebre tratados en este informe, los cuales hacen referencia al evento particular previo al suicidio que tiene relación causal directa con el intento o acto suicida. A pesar de ser diferentes, es necesario mencionarlos y describir los más frecuentes, ya que muchos de ellos pueden corresponder a las bases existenciales, situacionales o sociales por las cuales se podría presentar un punto de quiebre. Según la OMS (2014) los factores de riesgo pueden ser agrupados en tres categorías. La primera guarda relación con el sistema de salud y la sociedad en general, entre las cuales se destacan “las dificultades para obtener acceso a la atención de salud (…), la fácil disponibilidad de los medios utilizables para suicidarse, (…) y la estigmatización de quienes buscan ayuda por comportamientos suicidas, problemas de salud mental y de consumo de sustancias” (OMS, 2014, p.3). La segunda se vincula a la comunidad y a las relaciones e incluye “las guerras y desastres, el estrés ocasionado por la aculturación (…), la discriminación, un sentido de aislamiento, el abuso, la violencia y las relaciones conflictivas” (OMS, 2014, p.3). La última y la que posee mayor potencial para ser interferida por un psicólogo corresponde a la categoría de nivel individual que abarca “intentos de suicidio previos, trastornos mentales, consumo nocivo de alcohol, pérdidas financieras, dolores crónicos y antecedentes familiares de suicidio” (OMS, 2014, p.3).

Factores protectores de pacientes con ideaciones suicidas o trastornos de la personalidad que podrían actuar como predictores negativos de un intento de suicidio.

Los factores protectores representan las cualidades contextuales e intrínsecas de la persona que disminuyen la probabilidad de esta de incurrir en un acto o ideación suicida. El U.S. Public Health Service (1999) destaca el hecho de que los factores protectores no han sido tan estudiados como los factores de riesgo y recalca que, a pesar de esto, es imperativo conocerlos e identificarlos para la potencial prevención del suicidio. Algunos de los factores listados son cuidado clínico efectivo para desórdenes mentales, físicos y de abuso de sustancias; apoyo comunitario y familiar; apoyo de relaciones médicas y de ayuda mental que estén siendo llevadas a cabo actualmente; habilidades para resolver problemas, conflictos y disputas y, finalmente, creencias culturales y religiosas que desalientan el acto suicida y que promueven el autocuidado.

Puntos de quiebre en la realidad de un paciente con ideaciones suicidas.

Los puntos de quiebre, también llamados “triggers” en inglés, corresponden como fue previamente mencionado al evento o circunstancia que antecede un suicidio y que, desencadenando emociones negativas e incomodas, es causal de este. Los puntos de quiebre son diferentes y particulares para cada persona y son percibidos a través de uno o más de los cinco sentidos (Sexual Assault Centre, U. 2016).

Los datos estadísticos sobre ellos son escasos, debido a que la mejor fuente de la cual se puede obtener detalles acerca de la situación particular de un suicida es la persona misma, sin embargo, y con el objetivo de prevenir futuros atentados, se han aplicado encuestas a pacientes que han logrado sobrevivir un intento suicida, a personas que sufren de ideaciones suicidas o a familiares de personas que han logrado recientemente concretar un suicidio.

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