Rorschach - Administración
valerie.jvn29 de Septiembre de 2013
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LA SUMINISTRACION (administración)
Condiciones contextuales para la suministración del Test.
La utilización del Test de Rorschach es una operación difícil y exigente, que atraviesa varias fases de elaboración. Para garantizar un proceso de realización efectivo, que
conduzca a resultados válidos, nos parece necesario detenernos sobre algunos
presupuestos preliminares de carácter general, que de estar ausentes, sería
recomendable no suministrar la prueba. El resultado, en efecto, se perfilaría desde el inicio de escaso valor.
Sucede a menudo que se decide utilizar el Test, sin valorar la necesidad de hacer operativa tal decisión a través del control de determinadas condiciones. Cuando en instituciones públicas o privadas se introduce el Test entre las pruebas diagnósticas a utilizar, se debe también considerar la disponibilidad de un ambiente físico y el tiempo necesario para la suministración. Posteriormente se necesita otro momento para la elaboración de los datos y para el estudio a profundidad de las indicaciones diagnósticas, la elaboración y la profundización teórica. En ausencia de tales condiciones el Test es inútil, faltando muchos presupuestos para su validez y comprometiendo los requisitos de complejidad técnico-teóricas que lo hacen único.
A la pérdida de tiempo y energía, se suman consecuencias específicamente profesionales, relacionadas no tanto con el uso del Test, sino sobre todo con el criterio de valoración. A veces existe el habito de utilizar los instrumentos diagnósticos complementarios a la entrevista con mucha liberalidad. Pero si estos instrumentos no son seleccionados para obtener la información necesaria, tomando en cuenta las particularidades de cada caso, y no se tiene el cuidado necesario que garantice su validez, no tiene sentido prestar demasiada atención a sus resultados. El riesgo está en que la responsabilidad de la conclusión diagnóstica pueda ser eludida, en la abstracta ilusión de que, en algún modo, la cantidad de instrumentos utilizados sustituya o sea mas confiable que la valoración realizada mediante una escrupulosa entrevista clínica.
Otro problema se vincula al para quien se hace el Test. En un trabajo en equipo con distribución de funciones, solamente algunos operadores lo suministran. Pero en esas condiciones organizativas los destinatarios reales, aquellos que lo utilizaran para el diagnóstico o para el acercamiento subsiguiente al paciente, deberían de estar en condiciones de usarlo de forma autónoma como un instrumento propio . Esto significa que el clínico, aunque no se ocupe de la suministración del Test, debe tener cierta capacidad de lectura que vaya mas allá de la indicación exclusivamente diagnóstica, ya que una interpretación directa puede también acompañar la relación terapéutica con el paciente y ofrecer, en diferentes momentos, indicaciones oportunas y parámetros de comparación.
Archivar todos los protocolos a medida que se dispone de ellos, para crear la posibilidad de una comparación sistemática, no es una inversión gravosa y resulta de gran utilidad para la investigación. No se pierde así un material que en su género es irrepetible y es un modo para dar continuidad a la investigación que nos parece debe estar siempre presente en cada operación clínica, sea en la profesión privada o en la institucional.
Estas consideraciones nuestras, naturalmente, no tienen el objetivo de desalentar el uso del Test, sino de hacer reflexionar sobre lo oportuno de dirigirlo hacia fines definidos, de modo que se le pueda extraer todas las ventajas que ofrece. En caso contrario se consigue una desvaloración inmerecida o simplemente un uso muy reducido.
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