SEXUALIDAD EN LA VEJEZ
jiki3th23 de Mayo de 2012
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LA SEXUALIDAD EN LA VEJEZ
Existen muchos prejuicios en relación a lo que es la sexualidad en la vejez. Probablemente uno de los mitos más conocidos en nuestra cultura, en lo que se refiere a lo afectivo-sexual de las personas, sea que la capacidad de amar y de disfrutar de los afectos y de la sexualidad tiene unos límites, bien sea por la edad, por cambios fisiológicos u otras razones socioculturales, límites que podrían situarse en torno a la menopausia femenina y a la andropausia masculina.
En las personas mayores la actividad sexual, no es entendida necesariamente como actividad orientada al coito, sino que se trata del placer del contacto corporal global y la comunicación, así como la seguridad emocional que da el sentirse querido. El concepto de la sexualidad en la vejez se basa en la calidad de la relación, integrando componentes tales como: personalidad, intimidad, género, pensamientos, sentimientos, intereses y valores.
La vida afectiva y la expresión sexual persisten a lo largo de la vida. Las transformaciones físicas y fisiológicas afectan tanto a hombres como a mujeres: disminuye el tono muscular en todo el cuerpo, se atenúa el vigor y se reduce la elasticidad de los tejidos. El descenso de los niveles hormonales determina cambios en los tejidos de los genitales y la rigidez de los vasos sanguíneos afecta la irrigación de la zona genital. (Cedeño, Tagle / Cortés, Paola / Vergara, Andrés, 2006).
Algo muy importante, es lo referente a los cambios fisiológicos, en el proceso de envejecimiento provoca en mujeres y hombres. Según Alvarez-Gayou (1986), algunos de los cambios que con la edad se presentan en la respuesta sexual de las mujeres son: disminución en la congestión vulvar, mayor tendencia entre la aplicación del estímulo sexual efectivo y la aparición de lubricación vaginal, disminución en la cantidad de la lubricación vaginal y menor intensidad de las contracciones clónicas de la musculatura perineal. Todos estos cambios no son limitaciones que imposibiliten una relación sexual plena y satisfactoria a cualquier edad.
En el hombre, según Alvarez-Gayou (1986), los principales cambios que se presentan con la edad en la respuesta sexual son: mayor latencia entre el estímulo sexual efectivo y la erección, erecciones menos firmes, disminución de la fuerza de las contracciones musculares orgásmicas por lo que disminuye la fuerza de la eyaculación y disminución del volumen de semen.
Ninguno de estos cambios basta para anular la respuesta y el deseo sexual. Ambos persisten en el ser humano hasta edad muy avanzada. A pesar de esto, muchos hombres y mujeres han abandonado por completo su vida sexual a partir de cierta edad. Esto muchas veces, se debe a falta de información y a estereotipos y mitos referentes a la vejez. También, hay adultos mayores que mantienen una estupenda vida sexual con su pareja, dentro de un marco de ternura y amor; pero se ven obligadas a no comentarlo pues tienen miedo de caer en el ridículo de las críticas sociales que hacen referencia a viejos que no deberían andar en esas cosas.
Entre los estereotipos y mitos más usados está el que la sociedad vea a un anciano como un “viejo verde” si se atreve a manifestar en forma abierta su deseo sexual o si la práctica. La sociedad les quita a las personas mayores, todo el derecho de ejercer la mayoría de las funciones, especialmente las sexuales; se les ridiculiza cuando intentan mejorar su apariencia personal, y más aún si está acompañada de un toque de coquetería o juventud como expresión de su vitalidad y de su espíritu dinámico y emprendedor.
La educación sobre la sexualidad, a toda la población, aclararía algo sobre los prejuicios y mitos, creando así, una conciencia de apoyo y aceptación del anciano y suprimir el estigma de inutilidad e incapacidad. Hay que entender que la sexualidad
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