Sigmund Freud

Sigmund Freud (6 de mayo de 1856, - 23 de septiembre de 1939) es uno de esos hombres que vienen al mundo decididos a cambiar la historia. Para ello contaba con tres atributos que son indispensables para alcanzar tal fin: carácter, persistencia y pasión. Solamente poseyendo estas tres cosas, puede alguien ser capaz de enfrentarse al mundo -incluyendo sus dogmas y creencias recalcitrantes- para defender sus ideas aún a costa de su propia reputación. Freud fue el único que se atrevió a hablar de sexo en una época en la que la iglesia y la tradición social habían cerrado toda posibilidad de tocar este tema debido a un tabú muy bien estructurado.

La vida de Sigmund Freud es la apasionante historia de un hombre que rompió con todos los paradigmas establecidos de su época para abrir la puerta al mundo, para entonces desconocido y enigmático, de la psicología moderna. Como todo gran innovador, ha tenido numerosos críticos y enemigos, pero esto sólo indica que, para bien o para mal, su obra fue lo suficientemente revolucionaria como para no pasar desapercibida en la historia.

Incluso muchos psicólogos humanistas modernos que dicen estar distanciados del psicoanálisis debido a su determinismo, tienen sus más profundas raíces en la teoría psicoanalítica de Freud. Odiado por unos, respetado por otros, e incluso adorado como un dios por algunos de sus seguidores, Sigmund Freud tuvo esa rara capacidad de cambiar la historia de la humanidad.

El niño prodigio

Ya desde que era un niño, las personas cercanas podían intuir que Freud no sería una persona del montón. Su pasión por el estudio y su alto grado de responsabilidad hicieron de él un alumno brillante. Era el hijo preferido y gracias a ello gozaba de algunos privilegios. Entre sus hermanos, era el único que tenía su propia habitación, y cuando su hermana tocaba el piano, Sigmund solo necesitaba quejarse ante su madre de que esta no le permita concentrarse en su estudio, para que el piano fuera silenciado. Esto llevó en algún momento a que este bello instrumento musical fuera definitivamente desterrado del hogar de Freud.

Desde joven se interesó mucho por la investigación. Llevó a cabo la meticulosa disección de muchas anguilas para investigarlas a fondo. Llevaba cuadernos con dibujos y notas que serían solamente una pequeña muestra de sus trabajos posteriores.

Médico y enamorado

Freud estaba enamorado de la amiga de su hermana. Esto lo llevó a escribir cientos de cartas de amor, en una muestra más de su pasión por cualquier persona o idea que se metiera en su cabeza. Años después se casaría con Martha Bernays y tendría varios hijos con ella.

Sigmund quiso ser investigador, pero contra su voluntad tuvo que estudiar medicina. Una vez graduado, se interesó mucho en los enfermos mentales que en aquella época eran tratados con electro shock

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