Sobredotados
erendiramarcon1 de Diciembre de 2011
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SOBREDOTACIÓN
La superdotación intelectual o sobredotación intelectual (abreviadamente superdotación) es el término con que se identifica la posesión de un potencial intelectual muy elevado. Tradicionalmente se ha asociado con tener una inteligencia por encima de la media, hasta el punto de que durante mucho tiempo se consideró como definición de superdotación el tener un cociente intelectual (CI) superior a 130 puntos en la escala de David Wechsler (siendo la media de 100). Como cualquier otro talento, la superdotación se considera una aptitud personal innata, que no puede ser adquirida, a diferencia de las habilidades, que pueden adquirirse mediante entrenamiento y experiencia.
Aunque originalmente no hubo una definición unificada de superdotación, los avances en la teoría de las inteligencias múltiples han creado un nuevo modelo en el que se distingue entre personas con uno o más talentos (es decir, que sobresalen en uno o más de los posibles tipos de inteligencia), y personas superdotadas, que sobresalen en general en todos los tipos de inteligencia, y presentan además una alta creatividad y varios rasgos de personalidad característicos.
Por extensión, superdotado es el término usado para designar a aquellas personas que poseen esta característica. Aunque existe un cierto debate al respecto, la opinión comúnmente aceptada es que la superdotación es hereditaria. Algunos autores proponen que se hereda a través del cromosoma X (es decir, de la madre), lo cual justificaría la diferencia estadística entre hombres y mujeres en los tests, aunque dicha afirmación está en disputa.
Definición según CI
Tradicionalmente se ha identificado la superdotación con un alto cociente intelectual (CI) desde que Lewis Terman publicó la escala de inteligencia Stanford-Binet en 1916. Según esta definición, un superdotado sería todo aquel que alcanza una puntuación de más de 130 puntos en un test de CI. Esta percepción subsiste hoy día, siendo una forma muy extendida de identificación de superdotación.
Siguiendo esta línea, algunos pedagogos y psicólogos presentan la siguiente clasificación para describir diferentes niveles de superdotación intelectual, con el CI como punto de referencia:
• Inteligencia brillante (no alcanza la superdotación intelectual): más de 115 de CI. Representa aproximadamente el 16% de la población (uno en seis).
• Superdotación intelectual moderada: Más de 130 de CI. Representa el 2,1% de la población (uno en cincuenta).
• Superdotación intelectual alta: Más de 145 de CI. Representa el 0,1% de la población (uno en mil).
• Superdotación intelectual excepcional: Más de 160 de CI. Representa el 0,003% de la población (uno en treinta mil).
• Superdotación intelectual profunda: Más de 175 de CI. Representa el 0,00003% de la población (uno en tres millones).
Las críticas más habituales hechas a este modelo son idénticas a las expresadas contra el concepto mismo de cociente intelectual en general: solo miden un factor del individuo, sin tenerlo en cuenta en su totalidad; y los tests pueden contener preguntas que introduzcan factores sociales y culturales que manipulen el resultado (una prueba de matemáticas avanzadas para alguien que no haya recibido dicha formación, o acerca de conocimientos propios de un entorno social concreto).
Sin embargo, otros investigadores han sugerido desde la primera mitad del siglo XX que el intelecto no puede expresarse de una forma tan unitaria, dando lugar a otras aproximaciones más ámplias al concepto de inteligencia. En esta línea, investigaciones desarrolladas en las décadas de 1980 y 1990 han proporcionado datos que apoyan el concepto de múltiples componentes de la inteligencia, lo que ha llevado a la teoría de las inteligencias múltiples. Bajo este punto de vista, la superdotación no es solo atribuible a un alto CI, sino que deben darse también otros elementos, múltiples cualidades de las cuales no todas son de tipo intelectual. En este contexto, identificar superdotación con CI se percibe como un error conceptual y una simplificación inadecuada.
En este contexto, la mayoría de autores distinguen diversos casos que, siguiendo la definición tradicional, serían todos identificados indistintamente como superdotación intelectual, dependiendo de si el individuo resulta sobresaliente en una, varias, o todas las posibles formas de inteligencia:
• Talentos simples: percentil superior a 95 en una determinada capacidad: cálculo numérico, aptitud verbal, creatividad...
• Talentos múltiples: percentil superior a 85 en dos capacidades: verbal + numérico, creatividad + verbal
• Talentos complejos: percentil superior a 80 en tres capacidades: académico (verbal+lógico+gestión de memoria), artístico (espacial+lógico+creativo), matemático (numérico + lógico + espacial)...
• Superdotación: percentil superior a 75 en todas las capacidades relacionadas con las aptitudes intelectuales tradicionales, junto con la creatividad.
Englobados dentro de un paradigma más actual, los distintos talentos serían formas específicas de "altas capacidades intelectuales", diferentes de la superdotación, y por tanto con distintas características y problemáticas. Siguiendo con esta línea, y ante la dificultad técnica de realizar test de CI a niños muy pequeños, se prefiere hablar de "precocidad intelectual" en los casos de niños de altas capacidades intelectuales, retrasando una definición más exacta hasta el momento en que sean fiables los test correspondientes (entre los 8 y los 12 años). En cualquier caso, la problemática a esas edades es la misma, y se sugiere la misma aproximación en cuanto a educación, sin distinciones.
Los tres anillos de Renzulli
Joseph Renzulli propuso en 1978 otra definición, la "superdotación en tres anillos". Esta, que habla más de comportamientos superdotados que de personas superdotadas, propone que dichos comportamientos superdotados reflejan una interacción entre tres conjuntos de características humanas: habilidad superior a la media, altos niveles de compromiso con la tarea desarrollada, y altos niveles de creatividad. Los individuos superdotados en esta definición serían por tanto aquellos que poseen o son capaces de desarrollar este conjunto de habilidades, y las aplican en cualquier área potencialmente valiosa de rendimiento humano.
Características
Todas las características que se mencionarán no se dan en todos los niños con alta capacidad intelectual, pero sí que responden en su mayoría al perfil general que presentan estos niños y niñas, que se caracterizan porque:
• Poseen un conocimiento más amplio y profundo que el resto de sus compañeros, siendo capaces de adquirir los conocimientos de una forma más rápida y eficaz. Esto les permite dominar nuevas estrategias con una velocidad inusual. Suelen ser lectores precoces y poseen una gran memoria.
• Son capaces de generalizar los conceptos aprendidos a otros campos y de mostrar un amplio nivel de planificación.
• Son capaces de seleccionar la información que le será útil para definir un problema y de localizar o diseñar las estrategias necesarias para resolverlo. Siendo a su vez capaces de determinar criterios con los que evaluar sus propios rendimientos.
• Muestran una gran curiosidad ante tareas que les supongan un reto. Por el contrario, se aburren y muestran desinterés ante tareas simples, repetitivas o con poca dificultad. Persisten en la tarea hasta que son capaces de llegar al final.
• Generalmente comienzan a hablar antes de lo habitual, utilizando un vocabulario complejo y oraciones bien construidas. Además, dado que su comprensión del lenguaje es muy elevada, son capaces de entender desde pequeños conversaciones de adultos, lo que les permite, a su vez, ampliar sus propios conocimientos.
• Otros signos de un lenguaje avanzado son el uso de metáforas y analogías, la elaboración de historias o canciones espontáneamente, la modificación de su propio lenguaje a la hora de utilizarlo con niños más pequeños, etc. También se relaciona con el lenguaje su capacidad para captar la ironía y el sentido del humor, aunque en ocasiones su propio humor no es comprendido por los demás. Desde muy pequeños poseen una gran imaginación y fantasía.
• Sus pensamientos e ideas son flexibles y son capaces de aportar nuevas soluciones a los problemas. Generalmente son más sensibles a las necesidades y sentimientos de otras personas. Pueden identificar cuál es la situación emocional de las personas, y deducir cuál puede ser la causa de sus conductas.
• Suelen aprender antes de lo habitual a jugar con juegos que poseen reglas e incluso pueden incorporar espontáneamente, dentro del juego, algún aspecto académico o literario.
• Generalmente muestran capacidad de liderazgo, que suele presentarse en ciertos aspectos como la aceptación de responsabilidades, la preferencia por dirigir el grupo, la capacidad de comunicación, adaptabilidad, flexibilidad, la capacidad de dirección del grupo, etc.
• Suelen poseer un amplio sentido moral y de la justicia, al tiempo que desarrollan antes el auto concepto, lo cual acelera el reconocimiento de que son “distintos” de los demás.
• Generalmente su alta persistencia en la tarea les hace ser perfeccionistas, fijándose metas muy altas en su propio rendimiento, incluso más altas de las propuestas por los padres o los profesores
Desarrollo en el niño de altas capacidades
Artículo principal: Síndrome de di sincronía
Los niños de altas capacidades intelectuales
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