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Los Alumnos Sobredotados


Enviado por   •  14 de Mayo de 2013  •  8.338 Palabras (34 Páginas)  •  363 Visitas

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Integrantes:

Osorio Ramos, Mónica Andrea

Manrique Leiva, Karem Junet

Quevedo Loarte, Jessica Melisa

Javier Chacón Irene, Mireya

Introducción

En el siguiente trabajo monográfico, presentaremos un tema de mucha importancia al nivel mundial como es los alumnos superdotados.

Las cuales nos permitirán tener un desarrollo científico más alto, porque aquellas personas con ese don permitirán mejorar el mundo para bien, pero no debemos tener en menosprecio a aquellos alumnos que los alumnos con coeficiente intelectual normal deben ser tratados con igualdad.

Dedicatoria:

A nuestros padres y hermanos que siempre nos apoyan a seguir progresando.

LOS ANTECEDENTES HISTÓRICOS

La historia de la educación de los alumnos superdotados gira alrededor de dos temas:

a) el desarrollo de las teorías de la inteligencia

b) elaboración de programas educativos especiales para ellos.

El desarrollo y la provisión de servicios educativos para alumnos superdotados se han basado históricamente en las concepciones de la inteligencia. Sócrates dio una de las primeras descripciones escritas de las características de las personas superdotadas, diciendo que poseían un “don de la naturaleza”.

Galton propuso una definición del genio a partir de sus características o producciones observables. Su estudio se basaba en adultos famosos. Pensaba que la inteligencia humana es permanente e inmutable, concepto que terminó consagrándose bajo la forma de la teoría de la estabilidad de la inteligencia, según la cual se creía que las personas nacen y mueren con una inteligencia pareja, con independencia de sus experiencias vitales.

En 1905 el gobierno francés encargó a dos psicólogos, Alfred Bidet y Theophile Simon que desarrollaren un método para separar a los alumnos con dificultades de aprendizaje de los demás niños. En 1916 estas escalas fueron traducidas al inglés y adaptadas por Lewis Therman, de la universidad de Stanford para que el gobierno norteamericano pudiera asignar diversos tipos de tareas a los soldados que lucharon durante la Primera Gerra Mundial. El instrumento se publicó en 1916 con el nombre de Escala Stanford-Binet, y se convirtió en el baremo para comparar todas las demás escalas de inteligencia.

El resultado de todo esto fue la aparición de una medida única, el “cociente de inteligencia” o “CI” y las herramientas relacionadas con él se convirtieron en los instrumentos principales para determinar las diferencias intelectuales que existen entre los seres humanos.

Terman realizó un estudio longitudinal sobre los superdotados. La investigación consistía en el seguimiento de unos 1.500 sujetos superdotados desde la infancia hasta la vida adulta. Los niños de estudio de Terman debían poseer un CI de 140 puntos o más en la Escala de Stanford-Binet. Se evaluaron diversas áreas, como el desarrollo físico y social, el rendimiento académico, el carácter, los libros leídos y los intereses lúdicos. El estudio fue muy importante para disipar las creencias erróneas sobre los superdotados, como las de que “el gran genio es un fracaso”, “el genio y la locura van juntos” y el estereotipo de que los niños superdotados son semejantes a adultos pequeños.

Leta S. Hollingworth, una psicóloga de la educación, advirtió las necesidades que tienen los niños superdotados cuando sometió a prueba a un niño con más de 180 puntos de la escala de Stanford-Binet. Hollingworth comunicó la historia de 12 de estos niños provenientes de la zona de Nueva Cork. Su historia escolar era muy variada. Uno de los factores que distinguía a los niños con éxito de los que fracasaban era la detección temprana de su talento y la disposición de los padres y del personal educativo para actuar en consecuencia. Algunos de los estudios de casos demostraban que los niños superdotados se sentían frustrados y ahogados por la educación ordinaria. La detección temprana, el asesoramiento, el interés personal en estos niños y los programas especiales contribuían a ayudarles a adaptarse y a aceptar el aprendizaje como una tarea gratificante.

Durante mucho tiempo se confiaba en exceso en las puntuaciones de CI como índice del éxito posterior. A principios de la década de 1950. Guilford (psicólogo), animó a los profesionales a que abandonaran las concepciones tradicionales de la inteligencia y a que consideraran la puntuación de CI apenas como una pequeño muestra de las capacidades superiores que ha desarrollado en diferentes direcciones y abarca diversas formas de actividad intelectual.

En la actualidad, la gran mayoría de las personas cree que los logros de extraordinarios de los superdotados derivan casi íntegramente de predisposiciones innatas y no de factores del entorno como el apoyo de padres; el acceso a materiales y a los medios educativos y las oportunidades de utilizarlos; la práctica constante y repetida como medio de aprender, y la motivación.

Ahora se cree generalmente que las capacidades que evalúan los tests de CI son sólo un aspecto de las capacidades y habilidades del individuo. Se ha dividido a los defensores de las teorías alternativas de la inteligencia en dos grupos:

- Generalistas: consideran la inteligencia como un fenómeno unitario y reúnen todas sus manifestaciones en un concepto general.

- Fragmentalistas: consideran que existe una variedad de fenómenos que interactúan entre sí y que determinan la inteligencia, y en consecuencia la fragmentan en capacidades diferentes pero relacionadas entre sí.

Durante

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