Auditus Fidei

Para entender algunas partes de la teología es necesaria la razón desde un aspecto filosófico. Sin embargo, el teólogo tiene que partir de la realidad, pero esa reflexión teológica no está destinada a encerrarse solamente ahí, sino que necesita de una trascendencia, de no ser así, la reflexión teológica se convertiría en una inconsciente utopía. La teología es pues pensamiento profético que invita a contemplar la realidad desde el sueño de Dios para el hombre, aquí también se hace una invitación a la contemplación de la revelación que Dios tiene hacia el hombre.

El lugar exterior de la teología establece el quehacer del teólogo, así nos muestra el método de la dialéctica inherente a todo quehacer teológico; otro factor que influye para condicionar el quehacer teológico es la escucha del tiempo, pero la escucha de la fe viene a determinar la labor del teólogo. El hecho de que el método ponga en primer lugar lo que es el auditus termporis, se debe a una motivación teológica.

Como se indicaba al principio de este trabajo, la filosofía es una base muy importante para la teología, cabe señalar que la teología no es una filosofía que brota de la especulación y de la voluntad del pensador, pero la teología exige estar fundamentada en la razón.

Una característica muy importante de la teología es que no se le considera como una simple proyección humana sino que, constitutivamente y por esencia, está abierta a las maravillas del adviento. Un segundo momento del método teológico es entre Jerusalén y Emaús el cual tiene doble dimensión testimonial e interpretativa. La teología aparte de está fundamentada en la filosofía también se funda en el silencio más que en el discurso, su culmen reside en el ser receptáculo de una voz que, al venir de fuera de ella misma, no le pertenece.

La adoración, la doxología, la alabanza la fundan y la salvan de la tentación de predicarse a sí misma. La teología también debe moverse en círculo de la interpelación divina y la respuesta humana para que haya una religación entre estos dos polos. El Dios de los hebreos y cristianos se caracteriza por su entrada en la historia, el fundamento de esta fe es la revelación, la certeza de que Dios se ha revelado al hombre por medio de palabras humanas, es por eso que se considera a la teología como la acreditación de la Palabra de Dios.

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