Misa Sagrado Corazón

Misa del Sagrado Corazón

Motivación

“Señor Jesús, danos un  corazón redentor como el tuyo, en la obediencia humilde a la voluntad del Padre y en la entrega generosa al servicio de nuestros hermanos.”

                Hoy, nos reunimos como comunidad educativa y cristiana para  celebrar el amor y la misericordia del  corazón de Jesús, un corazón capaz de perdonar; que no se hace  duro frente al dolor del otro,  un corazón sensible que lloró por el amigo y se conmovió frente a la viuda que perdía a su hijo. Esta es la buena noticia que Jesús nos entrega a través de su corazón abierto para el amor, dispuesto a acompañarnos cada día y ayudarnos a llevar nuestras cargas.

        Con el deseo de darnos enteramente a Dios y valorar los dones de su espíritu, comenzamos la Santa Misa Cantando

(Canto)

Primera Lectura: 

En la Primera lectura, Pablo escribe a Timoteo como un testamento espiritual de todo aquello que ha recibido.

Escuchemos la primera lectura tomada de la segunda carta del Apóstol San Pablo a Timoteo.

Salmo Responsorial:

        Acogemos la lectura anterior con la siguiente antífona: “¡Levanto mis ojos hacia ti Señor”

Evangelio:

        Jesús en su entrega total a la humanidad, lo dio todo. Su misión es mostrar a su Padre y ser ejemplo de paciencia y humildad de corazón.

        Escuchemos y reflexionemos el Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, según San Marcos

Ofertorio:

        Cuando Jesús se iba a despedir de sus apóstoles, hizo el gesto que vamos a realizar nosotros ahora. Escogió los elementos más sencillos y que  estaban en cualquier mesa, donde los parientes o los amigos se reunían: Pan y vino.

        Del mismo modo se ofrece al altar del Señor, una Biblia y un cirio que en manos de dos alumnos que se preparan para recibir su Sacramento de la Confirmación, representa el sedeo de seguir a Jesús y conocer su Palabra de Vida.

        .

Comunión

        El Señor Jesús está presente en medio de nosotros, a través de su Cuerpo y Sangre.

        Es el momento de acercarse a recibirlo con profundo respeto y amor.

        Nos acercamos a recibirlo mientras cantamos...

Despedida

Cristo vive y permanece junto a nosotros. En cada Eucaristía su cuerpo y su Sangre se convierten en nuestro alimento, con el cual, sellamos nuestro compromiso y unión con Dios, quien nos brindará tranquilidad en su cercanía.

Procuremos  valorar siempre esta alianza, recordando el sacrificio y el infinito amor  de Jesús,  cada vez que celebremos la Cena del Señor.

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